Videoentrevista | Pablo Javkin

“La Argentina no está para seguir soportando grietas”

El intendente de Rosario celebra la coordinación con Perotti y avala la propuesta provincial para Vicentin. Rechazo a los extremos y al frente XXL en Santa Fe.

El intendente de Rosario, Pablo Javkin  (FPCyS), se duerme después de la medianoche. Descansa seis horas pero celebra poder compartir al final del día una serie o dibujos animados con sus hijos. Celebra el andar de la salud pública rosarina en pandemia. Se nota el legado del fallecido exgobernador Hermes Binner. Javkin lo sabe y lo reconoce abiertamente. En esta entrevista con Letra P, también reconoce que no hay margen para no coordinar acciones con el gobernador Omar Perotti. Se resiste a creer que Vicentin es una “empresa de héroes”, avisa que no cuenten con él para armar un frente no PJ en Santa Fe y alerta: “La Argentina no está para seguir soportando grietas”.
 

 

BIO. Llegó a la intendencia de Rosario tras 30 años ininterrumpidos de socialismo. De relación tirante con los líderes del PS, sobre todo el exgobernador Lifschitz, apuesta a convertirse en el líder de una coalición amplia. Fanático hincha de Newell’s, cultor del gen rosarino, los bares, la amistad, la cultura y el asado.


-¿Qué salió bien en Rosario y Santa Fe para no sufrir tanto la pandemia como en el AMBA?

 

-Primero, haber tomado medidas muy rápido. Segundo, haber cambiado toda la forma organizativa de gobierno. Tuvimos contacto permanente y cotidiano en la coordinación de medidas con la provincia y organizamos toda la función de gobierno alrededor de un Consejo de Gestión de Riesgo que nos permitió un trabajo muy organizado. Y, tercero, la clave es la efectividad a la hora del aislamiento de los casos sospechosos y de los contactos, la velocidad y efectividad en ese aislamiento.

 

-¿Cuánto de lo que proyectó al asumir pudo plasmar?

 

-Teníamos proyectado trabajar modelos de movilidad alternativa, pudimos hacer 34 kilómetros de bicisenda. Debidmos acelerar y profundizar las políticas de cuidado en los barrios y el trabajo con las organizaciones sociales. Hay otras cuestiones que en las prioridades económicas de la pandemia no se pueden generar.

 

 

 

-¿Hace un balance del primer semestre?

 

-Esto es como una prueba de estrés, un fuego fenomenal para el equipo, para uno, para el diálogo con la ciudadanía. Tratamos siempre estar un poquito por delante de los hechos. Hay un balance positivo en la forma en la que reaccionamos y la forma en la que venimos administrando este proceso.

 

-¿La coordinación entre Fernández, Larreta y Kicillof se replica en Santa Fe con Perotti y usted?

 

-Sí, cuando se cuestiona esto no se tiene ni idea de la dimensión que tiene lo que estamos viviendo en términos sanitarios, sociales y económicos. La Argentina no está para seguir soportando grietas. Primero, por el fracaso de la continuidad de años, salvo para emocionar electoralmente en algún episodio. Pero en términos de solución de problemas, nada. Pero en este caso, además, está en juego la vida de mucha gente. Esos niveles de coordinación debieran ser indiscutibles.

 

 

 

-¿Con Vicentin reapareció la grieta?

 

-Sí, pero también es una muestra de cómo no va a funcionar si reaparece. El caso Vicentin es un caso entre un concurso que claramente no había dado ningún tipo de respuesta a los acreedores, que son mayoría productores agropecuarios o cooperativas de nuestra zona. Y la idea de una propuesta de solución que en sí misma tampoco va a resolver nada, porque, por más que vos tomes la decisión de expropiar, quién le va a dar granos, quién va a capitalizar la empresa, quién va a salir a darle funcionamiento al complejo productivo. Cuando aparece un matiz, algunas propuestas como la de la provincia, más alguna que se viene organizando, encuentra un caudal de resolución mucho más cercano a lo que podría ser el rescate de la empresa como objetivo. Me resisto a creer que una empresa que produjo esa situación con los acreedores es una empresa de héroes y me resisto también a creer que eso se puede solucionar sin dejar participar a la cadena agroindustrial santafesina, que es la que tiene la expertise, el desarrollo y a la que le sacaron los granos sin pagarle.

 

 

 

-¿La propuesta santafesina es una alternativa superadora?

 

-Me parece un buen camino que abre la posibilidad de construir una alternativa superadora. Alguien me decía “Vicentin hoy vale menos 800”. ¿Qué quiere decir esto? Que hay que poner 800. Hay que armar un entramado para que eso funcione.

 

“Me resisto a creer que una empresa (Vicentin) que produjo esa situación con los acreedores es una empresa de héroes.”

-¿Está de acuerdo con armar un frente no peronista para 2021 como piden varios actores del Frente Progresista?

 

-La elección de 2021 va a estar atravesada por lo nacional. Si ese planteo está ligado a reproducir la grieta, aunque electoralmente pueda ser correcto no me anotes. Volveríamos a un retroceso. Hay un gran valor del Frente, que es haber logrado marcar en la provincia y la ciudad una alternativa a eso. A veces es importante no ir en la corriente pensando un poquito a mediano plazo. Toda fuerza tiene que tener vocación de poder y está claro que cualquier división de espacio quita alguna posibilidad para ganar elecciones. Pero eso también tiene que ver con una cuestión identitaria, que fue lo que en su momento nos hizo ganar. La aritmética no te resuelve una identidad política.

 

-La lógica peronismo, no peronismo no le cierra.

 

-Al peronismo le funciona porque tiene una identidad muy particular a la hora de acumular dentro del peronismo. ¿Lo otro qué es? Ya se define como un “no”. No han sido experiencias muy exitosas. Las experiencias exitosas surgen cuando vos podés construir una identidad y, con tiempo, hay espacio para eso. A veces está la ansiedad de resolver rápido lo que necesita amalgama, tiempo y repensarse. Hay que lamerse un poco las heridas.

 

 

 

-¿Santa Fe sigue siendo de tercios o el PRO está más disminuido?

 

-Es muy volátil lo que estamos viviendo, no hay que apurarse, habrá que ver cómo se refuerzan las identidades. Pero en cien años no vivimos una cosa así. Me animo a decir que la Argentina nunca vivió un escenario como el que estamos viviendo, entonces es difícil sacar conclusiones. Yo esperaría un poco.

 

“Las experiencias exitosas surgen cuando vos podés construir una identidad (…) A veces está la ansiedad de resolver rápido lo que necesita amalgama y tiempo. Hay que lamerse un poco las heridas.”

-¿Lo tentaron Monzó y Frigerio a formar parte de otro armado, no binario, no agrietado?

 

-Ellos son dirigentes de una fuerza política que están planteando hacia dentro la necesidad de adoptar otro camino, y me parece valioso y los conozco y sé lo valiosos que son. Pero también creo que hay algo generacional que atraviesa toda la política argentina. El cimbronazo de esta pandemia, donde Argentina está un poco mejor y seguramente también Santa Fe y Rosario, es el tema de las consecuencias sociales, económicas y el marco de incertidumbre que vamos a tener sobre esas consecuencias. Si no trabajamos con un marco de acuerdo y no encontramos una experiencia como la del Diálogo Argentino en 2002, etcétera, vamos a terminar con un campo muy abierto para opciones autoritarias. Cuando la sociedad se enoja y aparece alguien efectivo a la hora de repartir culpas, a veces caemos en las peores alternativas, el mundo está lleno de esto. Mirá Brasil. ¿Cuál sería la tragedia? Que una generación como la nuestra, que tiene el privilegio de ser la primera en la historia argentina que se crió y desarrolló toda su vida en democracia, fracase. No es impensable y te aseguro que eso también va a ser transversal. Yo no quiero arrepentirme de eso, hay que discutir con la sociedad con razonabilidad. Nosotros necesitamos trabajar y resolver y hay que demostrar que eso se puede hacer.

 

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