En el momento más difícil, y aun con diferencias sobre la implementación de la nueva fase de la cuarentena debajo de la superficie, Alberto Fernández, Axel Kicillof y Horacio Rodríguez Larreta lograron cerrar filas en un discurso empático y contenedor para la población del área metropolitana de Buenos Aires (AMBA), que volverá al confinamiento estricto para combatir el coronavirus, por ahora, sin nuevas medidas de alivio económico.
El tono de los discursos se terminó de cerrar entre el jueves y el viernes, en las largas reuniones que tuvieron en la Quinta de Olivos el Presidente, el jefe de Gobierno porteño y el gobernador bonaerense. En el primer encuentro se definió, además, cuál sería la modalidad: un anuncio grabado y sin fisuras, que le diera a la población certezas y no dejara lugar a ninguna confusión, mientras se atraviesa un tramo delicado de la pandemia, con más de 1.100 muertos y una curva de contagios en ascenso.
Con la idea de empezar a concientizar sobre el paso a una instancia dura y con un agotamiento, emocional y económico, marcado a casi cien días de aislamiento, el mensaje grabado les evitó a los tres el riesgo de enfrentar preguntas "sensibilizadoras" que hagan flaquear esa estrategia. Por primera vez la extensión de la cuarentena se anunció sin prensa, una decisión poco simpática para los medios -los editores de los principales medios pasaron por Olivos el martes por la noche para pormenorizarse de lo que venía- pero que a las tres caras visibles de la profundización del esquema de restricciones les ahorró dolores de cabeza.
El Presidente se encargó de dar el puntapié inicial, con un llamado a la sociedad para "reflexionar todos juntos". En un tono afable y más empático que en las ediciones anteriores de los anuncios de extensión de la cuarentena, Fernández fue repasando los números del coronavirus en Argentina y en el mundo, apoyado en gráficos. Cuando promediaba su discurso, que duró 30 minutos, le pidió ayuda a la ciudadanía. "Hemos dejado a un costado toda diferencia política, les pido que entiendan. Les pido que nos ayuden. Si ustedes nos ayuden todo será más fácil", dijo el Presidente, flanqueado por Kicillof y Rodríguez Larreta en el quincho de Olivos. El gobernador y el jefe de Gobierno porteño llegaron a Olivos poco antes de las 12. El mensaje se empezó a grabar una hora después y tuvo varias interrupciones. Finalmente salió al aire a las 16.15.
"Fue muy bueno, contenedor y entendiendo a los que la pasan mal", señaló a Letra P uno de los hombres de confianza del Presidente, que estuvo en Olivos durante la grabación del video. La falta de empatía con quienes sienten "angustia" durante la pandemia y que no se hubiera expresado en "un tono más contenedor" había sido, precisamente, uno de las críticas que le había hecho a Fernández su mesa chica después de las últimas conferencias. El Presidente tomó nota para el discurso que él mismo escribió para su anuncio de este viernes.
La referencia a la "angustia" de la población, agobiada por la cuarentena, se repitió luego en boca del jefe de Gobierno porteño y el gobernador, que se repartieron de manera igualitaria los minutos restantes. Rodríguez Larreta mantuvo el tono claro y pausado que habitualmente usa en sus discursos y reafirmó su valoración del trabajo en conjunto con Fernández y Kicillof. También se encargó de mostrar concesiones, como la suspensión de las actividades físicas al aire libre, aunque aclaró que está "convencido" de que "el riesgo es cero".
Más allá de los señalamientos sobre el tono del Presidente, en la Casa Rosada hubo elogios para el discurso de Kicillof, diametralmente distinto del que tuvo en ediciones anteriores, por longitud y mensaje. El gobernador había llevado su discurso a Olivos el mismo jueves, a sabiendas de que la decisión de pasar a una fase más estricta en el AMBA ya estaba tomada. Restaba terminar de afinar con la Ciudad los detalles de la implementación, que generaron una pulseada entre las dos jurisdicciones en la que medió el Presidente.
"Yo empiezo diciendo lo que acabamos de escuchar, que sabemos que este esfuerzo, el que vamos a pedir hoy, es agotador, sabemos de la angustia, del cansancio, sabemos también de las broncas", dijo Kicillof en referencia a las palabras que ya habían pronunciado Fernández y Rodríguez Larreta. El gobernador habló durante un lapso de apenas 12 minutos y cerró con un frase esperanzadora: "No me cabe duda de que esto va a pasar y cuando pase, mirando para atrás vamos a estar orgullosos del esfuerzo que hicimos". Según pudo saber Letra P, también fue el autor de su propio discurso, que completó con aportes de su equipo.
Lejos de los cruces y las chicanas políticas, los tres dirigentes procuraron remarcar en sus discursos palabras de agradecimiento y pedidos de ayuda, que se fueron mezclando en el mensaje que cada uno dirigió a su electorado, con menciones al trabajo de gestión realizado en cada distrito y a los resultados obtenidos. También, evitaron señalar que este nuevo confinamiento estricto será "el último esfuerzo" requerido. En la mesa chica presidencial hay quienes advierten que es preferible abocarse al concepto del "martillo", que plantea un período breve pero muy restrictivo, que se combinará en el futuro con una apertura controlada. El martillo podrá volver a utilizarse, en todo caso, en un tiempo futuro.
El discurso, eminentemente enfocado en lo emocional, tuvo pocas referencias al plano económico. El Presidente confirmó que el programa de Asistencia al Trabajo y la Producción (ATP), se mantendrá para las empresas de la Ciudad y el conurbano para los salarios de junio y julio, al igual que el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE). Por consiguiente, se dejará de abonar en el resto de las provincias, que ya pudieron avanzar de fase y reabrieron sus actividades económicas, a excepción de Chaco.
Fernández señaló, en efecto, que "el 95% de los comercios" ya está funcionando en 20 distritos. El Presidente también afirmó que se ampliará el plazo para obtener créditos a tasa cero. Aunque sin dar mayores precisiones, el jefe de Gobierno porteño aseguró que el Gobierno nacional le dará a la Ciudad "un apoyo" destinado específicamente a los comercios, que ahora volverán a cerrar.