“Santa Fe va por el 3 a 0, pero también firma una victoria por menos”. Con esa ambigüedad futbolera se presentará la provincia gobernada por Omar Perotti frente a los apoderados de Vicentin en la conciliación que estableció el juez del concurso de la empresa, Fabián Lorenzini, para determinar el futuro de la administración y quién conduce la agroexportadora luego de haber repuesto a los dueños al mando. Un gran resultado en la negociación significaría para Santa Fe el desplazamiento pleno del directorio y embocar, de una vez por todas, la intervención, para después avanzar en una empresa mixta. Sin embargo, chocan con la resistencia de los dueños, de quienes sospechan la intención de forzar la expropiación. El encuentro con el juez está pautado para este miércoles.
En el área de Justicia del gobierno santafesino entienden que la conciliación servirá para trabajar más en firme y ver la “real predisposición” que tiene la firma de llegar a un acuerdo. Según pudo saber Letra P, la Inspección General de Personas Jurídicas de Santa Fe (IGPJ) no llevará una propuesta nueva sino que ratificará lo expuesto en el escrito ampliado con pruebas donde exige la conducción con un triunvirato compuesto por los gobiernos santafesinos y nacional, con Gabriel Delgado a la cabeza.
Sin embargo, dejarán mover la primera ficha. “Van a surfear según venga levantándose la ola”, graficaron respecto al enfoque de la reunión de este miércoles. Ahí estará la muñeca política del secretario de Justicia, Gabriel Somaglia, y la agilidad técnica de la titular de la IGPJ, María Victoria Stratta. Es decir, lo primero que harán es analizar si los representantes de Vicentin muestran intenciones de buscar una salida acordada. Hasta incluso se puede llegar a discutir la integración de la conducción.
La provincia se sienta sobre un preludio: en cualquier plan de negocios futuro, sea el de Perotti o el de los dueños de la cerealera, el correlato es que la familia Vicentin va a perder el control de la empresa. “Ellos son conscientes”, sostienen. Entonces, la cuestión es cuándo y de qué forma se llegará a eso. Y es allí cuando empieza a tallar la negociación.
Hay dos opciones respecto a ese desplazamiento del directorio tácitamente acordado. Que se haga a la brevedad, asuma la conducción el triunvirato y de ahí en más la provincia ponga tercera en la búsqueda de inversores para el modelo mixto. O que se mantenga un tiempo más la administración Vicentin y le dé tiempo al Plan Perotti de cerrar los compromisos con inversores, y luego sí, el triunvirato tome las riendas para allanar la nueva firma. Esta última idea es la que tiene en mente la provincia, aunque tampoco pretende que el directorio se quede mucho más tiempo con las manos en la botonera de la empresa.
Lo cierto es que se entra en el pico de negociación entre el directorio y la provincia de Santa Fe, con el espectro del Plan Perotti haciendo fuerza para tomar cuerpo, y la intención de revivir la expropiación de otros, incluso de los propios dueños de la cerealera. Justamente, el riesgo que ven desde el gobierno santafesino es que los dueños jueguen a fondo para “pudrir más la cosa y obligar a expropiar”. Mientras, el reloj sigue corriendo en una novela que se hizo larga, suma episodios y nadie sabe ponerle fin, ni tampoco quién será el que coma perdices.