El apuro con que se movió el gobierno nacional para hablar de expropiación en el caso Vicentin y que terminó interpretándose como un error no forzado es un episodio que no quiere que se repita en Santa Fe el gobernador Omar Perotti. La bisagra de la novela será la inminente decisión del juez del concurso de la cerealera que tiene en sus manos la intervención provincial, pero, mientras tanto, el mandatario sigue avanzando personalmente con jugadores de peso, puntualmente con Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA), para darle forma al modelo mixto con el que quiere seducir al presidente Alberto Fernández.
Aquel grito de arenga del gobernador en las primeras semanas de la cuarentena cuando advertía a sus funcionarios más cercanos “en esta no podemos fallar”, ahora lo repite para sí mismo. “Esto es ajedrez puro de Omar”, explican desde el corazón perottista. El manejo del tema Vicentin recayó en sus espaldas y sabe que podría tener finalmente la llave para destrabar un problema que trasciende las fronteras contables de la cerealera y se enciende en lo político.
Perotti apuesta su capital a una salida para mostrar ante el rechazo de la idea estatista que lo terminó salpicando en su provincia con parte del electorado rural que nunca lo situó en esas ideas ligadas al kirchnerismo. Un 2008 o una “126”, que el gobierno nacional busca evitar con una marcha atrás, espantan al gobernador, quien siempre se referenció en el campo. Pero aseguran que sobretodo lo desvela por estos días la dimensión de los efectos económicos de una posible quiebra. “La reconstrucción es lo único que nos sirve”, repiten.
Por eso, se abocó casi totalmente al tema en la última semana. En paralelo a la espera de la decisión del juez, Perotti da señales y continúa con las reuniones multisectoriales para afinar el esquema mixto, todavía en formación, que planea para luego de la posible intervención provincial con las cooperativas y privados adentro, tal como adelantó Letra P.
Este miércoles se reunirá con la Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA), principal acreedor comercial con 4.900 millones de pesos, y señalada en el futuro esquema como clave. “Nos queremos sentar en la mesa para una solución. No diría la palabra socio, pero sí algún tipo de alianza”, dijo semanas atrás el presidente Claudio Soumolou en La red. Parece que la idea está enfocada mayormente en esta cooperativa, un gigante que se mueve subterráneamente en la novela.
Así lo perciben acreedores del sector relegados del protagonismo. Ocurrió con los acopiadores, nucleados en la Sociedad Gremial de Acopiadores de Granos, que le tuvieron que pedir una reunión al gobierno que se concretó el martes. No hubo propuestas concretas de ingreso a un futuro esquema según explicaron desde la entidad que dan el aval a la intervención. “Con ellos (Vicentin) no va más la cosa”. Este sector tiene unos 10.000 millones en acreencias, y mucho granos.
Distinta es la postura que se encontrará esta tarde el gobernador con la Confederación de Asociaciones Rurales de Santa Fe (Carsfe), quien mostró los tapones de punta en la previa al gobernador en voz de su presidente Carlos Castagnani: “En principio, el plan del gobernador no lo veríamos factible, no somos partidiarios de la intervención, creemos que debe seguir todo en el concurso”. “Y no defendemos a Vicentin, para nada”, aclaró en el programa Base de datos, en radio Meridiano de Rosario.
Perotti entiende que el tema se sobreexplotó en los medios y llegó a conectar negativamente con parte de la sociedad, y por eso busca que se bajen los decibeles con un hermetismo total, mientras él teje con los actores relevantes. Así es que, luego de la petición de la Inspección General de Personas Jurídicas (IGPJ) ante el juez del concurso, Fabián Lorenzini, para hacerse cargo de la administración de la empresa, cada paso se da con pie de lana. Desde el área evitan declaraciones “para no perjudicar el proceso”.
También responde a que, según pudo saber Letra P, se ha abierto una instancia de diálogo entre las partes en horas decisivas para la definición, puntualmente parte del gabinete con directivos de Vicentin; el juego de ablandar a los ablandados. Es que todavía los dueños se muestran reacios a una intervención por la simple razón de que tendrán una maraña de sabuesos prendidos a todos sus registros. Desde el perottismo hasta piensan que prefieren la expropiación antes de una intervención profunda.
Por su parte, en el juzgado Civil y Comercial de Reconquista, todo se agitó. Hay una dedicación exclusiva del juez en el expediente, junto al secretario y prosecretario. Incluso pidieron un empleado judicial más para el resto de las tareas. Debe resolver una papa que quema y hay tres escenarios posibles: que el juez acepte la intervención de Santa Fe y tome forma el plan de Perotti, descartando la expropiación; que el juez redoble la apuesta, rechace la intervención y sea el presidente quien decida si avanza con la expropiación; o que el juez patee la pelota a la Cámara de Apelaciones y la nueva intervención quede en stand by.