CUMBRE DIALOGUISTA PRESENCIAL

El Club de los Cinco de la Rosca que el Covid dejó a la vista de todos

Piedra libre en plena cuarentena para Larreta, Vidal, Lousteau, Monzó y Frigerio. Dicen que Cambiemos tiene que ir al centro. Chocan con Macri y sus halcones.

Juntos por el Cambio. El nombre que Cambiemos eligió para rebautizarse hace juego con las reuniones y charlas recurrentes entre Horacio Rodríguez Larreta, María Eugenia Vidal, Martín LousteauEmilio Monzó, Rogelio Frigerio. Unido en una mesa dialoguista que busca que la oposición entierre los postulados extremistas y la radicalización ideologizada al peronismo que hoy lideran Mauricio Macri y Patricia Bullrich, el grupo empieza a escribir su hoja de ruta, con paradas en 2021 y 2023. La noticia de que la exgobernadora dio positivo de coronavirus desnudó la cumbre presencial del reagrupamiento que talla un posmacrismo sin Macri como principal líder.

 

El cónclave se realizó el viernes al mediodía en el Salón de Acuerdos del tercer piso de la sede de Parque Patricios de la Jefatura de Gobierno. Larreta fue anfitrión y organizador. El único ausente fue Frigerio, que no pudo viajar desde Villa Paranacito (Entre Ríos). Vidal, Monzó y Lousteau viven y se mueven por la Ciudad de Buenos Aires. El jefe de Gobierno hizo un repaso de la gestión sanitaria en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) y luego se abalanzaron de lleno sobre el tema que los convocó a todos: fue una reunión política en la que se habló de Juntos por el Cambio y la identificación que debe adoptar la oposición seis meses después de perder las elecciones.

 

Los cinco coinciden en que deben mantener ese bloque interno y pelear por llevar a Cambiemos al "centro" y los cinco quieren que su idea les gane la parada a los halcones para plantar una oposición que pueda diferenciarse del peronismo, mostrarse propositiva, pero que tampoco sienta vergüenza de acordar con el oficialismo en algunos puntos. Los diputados que responden a Frigerio y a Monzó dieron una muestra de esta faceta propositiva antigrieta cuando elevaron un proyecto con un Plan B para Vicentin: rechazaron la estatización sin comparar la movida con el régimen chavista, pero plantean que la empresa sea gerenciada por acreedores privados del sector.

 

"Propuesta", escribió en mayúscula el diputado Sebastián García de Luca para enfatizar que este grupo busca evitar la confrontación como único método de intervención política en el marco del regreso del peronismo al poder.

 

 

 

Algunos catalogan a ese armado como "el futuro". Otros, más cautos, dicen que esa mesa puede extenderse y que la foto del viernes es solo el comienzo de una discusión postergada durante los años de Macri y Marcos Peña en la Casa Rosada. ¿Una línea interna dentro de Juntos por el Cambio? ¿Una oposición moderada que conviva con el antiperonismo de Cambiemos? Es una armado en construcción que, por ahora y como aclararon en ese cónclave, se moverá en torno a dos ejes: marcar diferencias con el ala dura y trabajar para, pese a los matices, conservar la unidad de la alianza.

 

Sobre este último punto hay un subtítulo a desarrollar: la propia unidad como bloque de Larreta, Vidal, Monzó, Frigerio y Lousteau. Por eso, en el encuentro también hubo tiempo para pulir viejas asperezas en pos de mantener ese armado que denominan de "centro". Fue el primer encuentro de Vidal y Monzó, enemistados por el armado de Cambiemos en la provincia de Buenos Aires. Larreta trabajaba un acercamiento que quedó frustrado por la pandemia, pero finalmente se efectivizó este viernes. Toda esta construcción se edifica sobre una viga maestra: una pretensión de horizontalidad que no sucumba a la hora de definir candidaturas. O, como el propio Monzó gusta decir, una mesa redonda que empiece a pensar hoy en 2021 y 2023 porque sino, piensa el expresidente de Diputados, "nos gana la desconfianza".

 

 

 

Ese choque de visiones entre distintas líneas ocurre tanto en el PRO como en la Unión Cívica Radical (UCR). El único partido que no exhibe grietas en esta discusión es la Coalición Cívica, donde hoy prima la visión de Elisa Carrió. Lilita rompió el mutismo y el fin de semana le aclaró a Macri que Juntos por el Cambio debe tender a un equilibrio entre talibanes y dialoguistas.

 

 

 

En este contexto, Carrió está más cerca de Rodríguez Larreta que de Macri. El jefe de Gobierno lo sabe, pero hace malabares para evitar una hecatombe en Cambiemos. En la última semana, se reunió a solas con Macri y con Peña. Dedica tiempo y espacio los integrantes de cada aldea. Al expresidente le adelantó, minutos antes de salir al aire por CNN con María Laura Santillán, que saldría públicamente a desmarcarlo de la causa de espionaje ilegal. En la residencia de Acassuso, a donde el exmandatario espera mudarse en breve, hubo satisfacción por ese gesto.

 

Sin embargo, en este cónclave no existió la advertencia. Ni Macri ni Peña ni los intendentes ni la cúpula de Juntos por el Cambio estaban al tanto. "No había nada que avisar", replican desde la mesa dialoguista que ya construye el posmacrismo.

 

Nicolás Massot, Miguel Ángel Pichetto (Encuentro Federal) con Cristian Ritondo (PRO). Esperan el llamado a extraordinarias. 
Alejandro Fantino en una de las entrevistas que le hizo al Presidente. Lule Menem lo baraja como candidato en Santa Fe.

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