MEMORIA & BALANCE

La vicepresidenta, el petrolero y la Vaka Nuestra

CFK habla seguido con el ex YPF Galuccio sobre el shale neuquino y milita el yacimiento como el ducto de dólares que necesita el Presidente. El misterio de la ley fantasma de hidrocarburos.

Por teléfono, en persona, de local y de visitante. Como en sus tiempos de presidenta y de titular de YPF, Cristina Fernández viene manteniendo asiduos contactos con Miguel Galuccio, el entrerriano que conduce la petrolera mexicana Vista Oil. Charlan sobre la obsesión de ambos: lograr reimpulsar Vaca Muerta y el sector petrolero en general. Si CFK fuera un ceo, sería Galuccio: los que conocen a ambos los describen no sólo con ideas de fondo similares, sino con un carácter muy en línea y una manera de conducir particular, la de los liderazgos fuertes que no admiten juegos propios.

 

Galuccio, que llegó a presidir YPF por recomendación del exgobernador de Entre Ríos Sergio Urribarri, cree, como Cristina, que el petróleo del área es un ducto de dólares frescos con mayor potencial que el campo, único dador de divisas en volumen, pero siempre en tensión ideológica con los gobiernos peronistas. ¿De qué hablan? La vice quiere saber qué riesgos hay, hoy, en Vaca Muerta; cuál fue la herencia del macrismo en el área y cómo se debería proceder en este contexto para apalancar un reincentivo, justo cuando el shale está en su peor momento luego del congelamiento de combustibles, de los precios de producción, todo en una crisis que empezó en octubre de 2019 cuando Mauricio Macri instauró un cepo cambiario.

 

La joya energética de Neuquén. 

 

 

En 2013, CFK y Galuccio crearon, juntos, el plan para impulsar Vaca Muerta y rubricaron el acuerdo más liberal posible dentro del kirchnerismo: una serie de beneficios a la petrolera estadounidense Chevron para que desembolsara dólares (1.240 millones) en el área a cambio de facilidades varias. Una de ellas, un decreto que le permitía a la firma exportar parte de su producción sin retenciones, además de libre disponibilidad de fondos en dólares para operar. Oro en polvo en los años de cepo K. De allí en más, todo fue hacia arriba en el sector, hasta que Macri trabó los giros de dólares y les puso retenciones a las exportaciones del gas y crudo de la zona.

 

Fue un quiebre total del sector con Macri. Paolo Rocca, que había invertido fuerte en Vaca Muerta con Tecpetrol, rompió lanzas. Galuccio, desencantado, criticó públicamente. Hasta ese momento, el entrerriano tenía en Vista Oil a un CEO de buen nexo con Cambiemos. Gastón Remy, que venía de la petroquímica Dow, jugaba al solitario en terreno político afín. Pero hace unos días, con el cambio de clima, salió de la compañía.

 

 

Kicillof quiere que Buenos Aires participe de la renta del shale. 

 

 

La idea de CFK coincide casi en un 100% con el entusiasmo que tiene el presidente Alberto Fernández con el no convencional. Pero hay problemas con la ley de Hidrocarburos que promocionó el mandatario en la apertura de las sesiones ordinarias. Antes de asumir al frente de YPF, Guillermo Nielsen le llevó a Fernández una iniciativa para atraer inversiones, con condiciones muy similares a las del acuerdo con Chevron de 2013, aplicables en un contexto similar en cuanto a la restricción para el movimiento de divisas.

 

Pero, casi seis meses después de eso, el escenario es diferente. En los papeles, hoy no hay una ley si hubiera que discutirla ya en el Congreso. El problema y la explicación de por qué no la hay es netamente político. Con la conformación actual de ambas cámaras, es complejo aprobar una norma que le daría beneficios sólo a la provincia de Neuquén, donde está el corazón de Vaca Muerta.

 

La tensión se da entre provincias que quieren un proyecto más integral y federal que uno centrado en la cuenca neuquina. La pretensión es razonable si se observa que, más allá de los niveles de competitividad que alcanza Vaca Muerta, la empresa emblema del hidrocarburo local, YPF, tiene sólo el 30% de su producción en shale y el resto, en convencional. En este contexto, ¿Mendoza, que tiene una parte de Vaca Muerta, y Santa Cruz votarían una ley sólo para el shale? Río Negro también reclamó cambios a su favor y los gobernadores de la Ofephi dejan el juego abierto. ¿Los empresarios están interesados en una ley para Vaca Muerta y sólo para eso? Los Bulgheroni, por citar sólo un ejemplo por ser uno de los gigantes locales, no tienen operación en la zona. Como ellos, muchos otros.

 

 

 

En las últimas horas hubo un hecho nada casual. El gobernador bonaerense, Axel Kicillof, avisó que quiere que Buenos Aires obtenga beneficios de Vaca Muerta. ¿Qué tiene que ver la provincia con un yacimiento que está a 1160 kilómetros de distancia? La empresa MEGA es la mayor fraccionadora del país y está en Bahía Blanca, como las plantas que más utilizan gas, como DOW y Profertil. El distrito que conduce Kicillof alberga las tres refinerías más grandes del país, la de YPF en La Plata, la de Raizen-Shell en Dock Sud y la de Axion en Campana. Como Buenos Aires, Mendoza y Santa Cruz también quieren comer de la torta de Vaca Muerta. Hoy, la norma está en un pantano y la Secretaría de Energía, envuelta en rencillas políticas, no parece estar focalizada en encauzar el asunto.

 

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