MEMORIA & BALANCE

Las cuevas del alcohol y los viciosos de la remarcación

Fernández les declaró la guerra a los fabricantes y cayó una empresa que subió los precios un 100%. Revisarán la cadena desde la caña de azúcar a las farmacias. El regreso de un garrote amable.

En plena pandemia, el Gobierno quedó apurado por un dilema histórico de la Argentina: cómo administrar la relación con los formadores de precios. Cuando asumió, Alberto Fernández delineó un perfil intermedio, alejado del garrote poco efectivo del último kirchnerismo y del macrismo del dejar hacer, aún más carente de resultados. Pero la coyuntura del coronavirus volvió a mostrar lo peor de algunos pícaros de la remarcación, lo que le sumó al Ejecutivo un problema extra. Además de pensar cómo controlarlos, ahora debe usar el escalpelo fino para no caer en sanciones fuertes que resientan las bocas de ventas o producción, vitales para la paz social.

 

Las miserias, dicen, se ven en los momentos difíciles. Hay casos. En silencio, los inspectores de AFIP y la secretaría de Comercio encontraron precios altos que debieron ser rebajados al nivel del 6 de marzo en supermercados mayoristas y minoristas. Un ejemplo extremo es el del mayorista Yaguar, que se negó a rebobinar y sólo recibió una clausura de horas, hasta que se modificaron finalmente los valores.

 

Una pesquisa en distribuidor de alcohol encontró subas desmesuradas. 

 

 

El garrote amable del Gobierno también llegó a un lugar no estratégico pero sí sensible en una crisis que precisa higiene extrema. Fernández dijo en una entrevista con Telefé que había un puñado de productores de azúcar de la provincia de Tucumán que estaban especulando. Instruyó al ministro de la Producción, Matías Kulfas, a ponerlos en caja.

 

En realidad, el tema es más complejo que un paquete de endulzante. El Gobierno viene analizando de principio a fin la cadena de producción de los alcoholes y ve en la diaria distorsiones fuertes. Los azucareros son grandes productores de alcoholes de diferentes usos y los precios están por las nubes. Al caso del galpón de Farmacity en Chacarita, en el que se encontró mercadería sin distribuir por más de un millón de pesos –la empresa aduce que era para 250 farmacias y que se entregaría-, se sumó en las últimas horas otro hecho importante. En el parque industrial de Pilar hay una firma que distribuye y fabrica alcohol en gel que se llama Alcoholes del Plata. Una inspección constató que ofrecía el producto para que se vendiera en locales un 100% más caro que hace un mes: había pasado de $35 a $70 el litro. La obligaron a retrotraer los precios y analizan una sanción económica. También hallaron otras farmacias porteñas que decían no tener alcohol y detrás del mostrador había hasta bidones de producto para fraccionar.

 

También están siguiendo de cerca a los cañeros e ingenios de alcohol de caña en Tucumán y de alcohol de maíz en la provincia de Córdoba. Tienen detectado que hay niveles de especulación que hacen que se acopie el producto a la espera de un precio más alto, sobre todo cuando arrecie el frío. A tales fines, se buscan vías alternativas de producción de un bien sencillo como el gel, que ahora también saldrá de empresas de bebidas y bodegas.

 

 

 

LAS OTRAS CUEVAS. La bronca del Presidente y los funcionarios radica en la conducta de algunos empresarios en la pandemia, evidenciada en los casos del alcohol. Pero hay advenedizos en otros frentes. Si bien la economía funciona a media máquina por el parate obligado de la cuarentena, hay empresarios que estudian reclamarle al Estado más ayuda de la que está dando (Repros para pagar salarios, crédito barato, menos impuestos y rebajas en contribuciones patronales). Inluso, analizan declaratorias de crisis.

 

Los pedidos, de parte de un Círculo Rojo que en un punto se volvió un amante furioso del populismo y la teta del Estado, son por lo menos para estar en alerta.

 

En el Gobierno analizan el tema con algunos números: si se toma desde el día uno de la cuarentena obligatoria, hubo sólo cuatro días hábiles para las empresas, por los pases de los feriados del 2 de abril al 30 y 31, más el primer fin de semana XL. En el caso de que, como ocurrirá, se amplíe la cuarentena hasta mediados de abril, habrá sólo seis días hábiles en el segundo tramo, por la Pascua y el corrimiento antes mencionado. Ergo, para la actividad la cuarentena tendrá sólo diez días netamente laborales.

 

 

Yaguar, el mayorista que violó las normas de precios y fue clausurado por unas horas.

 

 

En este contexto, ¿es lógico que haya intentos de pedirle más al Estado, aún cuando no se sabe cuánto durará el parate?

 

Hoy en día, con un 80% del PBI nacional atribuible al consumo, funcionan las fábricas proveedoras de alimentos, bebidas, textiles, medicamentos, farmacias, los bancos, el campo, las exportaciones de cereales y aceites, supermercados, carnicerías, Mercado Central, verdulerías, delivery para restaurantes y transporte público. Naturalmente, hay sectores dañados, como el turismo, la hotelería, bares y un infinito número de pymes que están, de uno u otro modo, ya asistidas. Allí si sentirá el parate y hay razones para el reclamo.

 

También es insoslayable la crisis que ya arrastraban la producción y el trabajo. El camino es espinoso de aquí a una cuarentena larga y las negociaciones y medidas estarán abiertas de cara a las necesidades que tendrá la economía. En el medio, tensiones y algunas miserias.

 

No hice nada malo, afirmó Javier Milei, admitió que sufrió un cachetazo y atacó a la oposición.
Pobreza

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