Menos de 24 horas duró el entendimiento entre el gobernador Omar Perotti y su antecesor Miguel Lifschtz. Luego de que el mandatario convocara este martes a la oposición y la sumara al comité de crisis por la pandemia, el Frente Progresista impuso su mayoría en Diputados y le metió gruesas modificaciones al proyecto de Ley de Necesidad Pública que pretendía el rafaelino. En Santa Fe, rosca mata mimos.
Los líderes políticos de la provincia volvieron a verse las caras luego de tres meses y pico. La última había sido en el traspaso de mando. En el medio, Perotti lo picanteó una y otra vez, lo responsabilizó de haber heredado tierra arrasada. El socialista eligió silencio, pero no se mantuvo inactivo.
Este miércoles, hasta minutos antes de la sesión, oficialistas y opositores rosquearon la posibilidad de un acuerdo. Consenso que siempre estuvo lejos, pero que se supuso cercano después del encuentro entre los popes, el martes, que se extendió por más de tres horas. Nada más lejano en definitiva.
En la Casa Gris, el martes Perotti acordó con la oposición que enviaría un proyecto que fijaba la creación de un fondo especial contra la pandemia de 6 mil millones de pesos. Nadie chistó, todos avalaron. Pero la iniciativa, para extrañeza del Frente Progresista, nunca llegó a la Cámara baja.
Antes de las 15, horario dispuesto para la sesión, tronaron los teléfonos del Ejecutivo y voceros progresistas. Contrarreloj, el ministro de Economía, Walter Agosto, y los diputados opositores se cruzaban propuestas para alcanzar a un acuerdo que nunca lograron.
Socialistas y radicales acordaron permitirle a Perotti un endeudamiento de 31 mil millones de pesos, muy cerca de los 39 mil millones que pretendía el gobernador antes de la pandemia. Además, le concedieron los 6 mil millones de pesos del fondo anti crisis, lo que hizo un total de 37 mil millones de pesos, una cifra cercana a la que anhelaba el gobernador.
No hubo caso. Con un Perotti intransigente, el Frente se plantó e hizo la suya. Modificó la media sanción que provino del Senado y la devolvió a la Cámara alta, de mayoría justicialista, que tratará el proyecto este jueves. “Nos estamos negando a los súperpoderes y le estamos diciendo no al pago de los salarios en negro a los empleados públicos”, dijo un legislador progresista a Letra P.
El exministro de Gobierno y diputado Pablo Farías fue el vocero socialista. Ponderó que le daban al gobernador “herramientas sumamente válidas” y evitó hablar de fracaso. “Hubo límites que no pudimos traspasar, hasta último momento tuvimos toda la voluntad, quedamos muy cerca”, lamentó.
Lo cruzó el jefe de la bancada peronista Leandro Busatto, quien denunció que el progresismo practica un “tabique político” sobre el gobierno. “Lifschitz quiere sacar ventaja política en medio de la crisis”, agregó.
Sobre la noche, en una de las conferencias diarias que da para analizar la situación epidemiológica, Perotti lamentó que el proyecto haya salido con modificaciones y pegó: “Con todo lo que estamos viviendo, no entender que estamos en emergencia es del siglo pasado”. Su tono ya no era conciliador como en los últimos días.
En el medio de la disputa entre peronistas y progresistas, volvió a hacer su juego el intendente de Rosario, Pablo Javkin. Es que su diputado Ariel Bermúdez se abstuvo y fue el único frentista que no votó a tono con la mayoría. “Deberíamos haber llegado a un acuerdo con el Ejecutivo, esto perjudica mucho a los municipios, sobre todo Rosario”, atinó a decir.
Javkin surfea sobre una ola de magnitudes. Por un lado, le envía gestos pacíficos a Perotti y se aleja de la postura de Lifschitz, pero por el otro gana broncas de parte de las primeras líneas del Frente Progresista. Cuida su reducto por sobre todas las cosas y alimenta una tercera posición.