La dirigencia del socialismo se sentó en la mesa con el gobierno provincial y escuchó sus pretensiones. Pero también reprochó y exigió cuestiones puntuales para tratar la ley de emergencia en seguridad, financiera y social que busca el Ejecutivo como condición sine qua non para encender la gestión. El esperado encuentro entre el gobernador Omar Perotti y su antecesor Miguel Lifschitz no ocurrió: ninguno participó del encuentro.
Al igual que lo hicieron el lunes sus socios radicales en el Frente Progresista, los dirigentes del PS bajaron los decibiles en comparación con lo sucedido durante el tratamiento de los proyectos de emergencia, que terminó en un revés para el oficialismo. Inclusive se abrió una ventana para acompañar el proyecto que será enviado en los próximos días a la legislatura.
"Santa Fe no está en medio de un apocalipsis; es parte de una realidad nacional, pero es una de las provincias más solventes.” (Joaquín Blanco, diputado)
Pese a los buenos términos en que se desarrolló el encuentro, el socialismo planteó una serie de exigencias y cuestionamientos. Le recriminó al peronismo su tono beligerante desde el arranque de la gestión Perotti. Las acusaciones que repartió el gobierno provincial, principalmente de boca del ministro de Seguridad, Marcelo Sain, aludiendo a un pacto criminal de la dirigencia socialista, fue lo primero de lo que se habló. Un día antes, el radicalismo también se había quejado del trato. “Exigimos respeto político y compromiso de convivir”, explicó un participante socialista.
También le reprochó al oficialismo la actitud de responsabilizar a la gestión anterior por las finanzas y, puntualmente, por el atraso en los pagos a empleados estatales. “Nosotros veníamos pagando sueldos en tiempo y forma. La provincia no cambió en 10 días”, sostuvo el diputado Pablo Farías tras la reunión encabezada por los ministros de Gestión Pública, Rubén Michlig; de Gobierno, Esteban Borgonovo; y de Economía, Walter Agosto.
Por el socialismo asistió el presidente del PS de Santa Fe, Enrique Estévez, los diputados Joaquín Blanco, Pablo Farías y Claudia Balagué. Durante el encuentro, la delegación del socialismo entregó un documento con consideraciones sobre el estado de las cuentas y las finanzas provinciales, y planteó la “preocupación por la intención del gobierno de tomar deuda por el equivalente a 600 millones de dólares sin que quede claro con qué finalidad”.
Blanco adelantó que van a analizar en detalle el pedido de endeudamiento. “Se le asigna un destino difuso, como gastos corrientes o para fondear a la provincia cuando la tradición marca en Santa Fe que se toma deuda para obras públicas, nunca para pagar sueldos. Partimos de diagnósticos diferentes: Santa Fe no está en medio de un apocalipsis; es parte de una realidad nacional, pero es una de las provincias más solventes”, señaló.
La reunión encauzó al menos la negociación. Tras la reunión, Farías dijo a Letra P: “Dejaron de hablar de emergencia y abrieron la puerta a la discusión. Se comprometieron a sacar todo lo que no era estrictamente urgente y a que no encontraríamos delegación de facultades. Eso es un reconocimiento a nuestros planteos y un avance”. En los próximos días se realizará una reunión el Frente Progresista para discutir las posiciones tras sendas reuniones con el oficialismo.