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Economía congelada, precios calientes: la paradoja de la inflación Fernández

En enero registraría entre 3 y 4% y en febrero, algo menos del 3%. Índices que preocupan con tarifas y dólar planos y cautela salarial. Las señales y el corazón de los acreedores.

De acuerdo con proyecciones privadas, la inflación parece haber iniciado un camino descendente: desde el 3,7% de diciembre pasará a alrededor del 3,5% en enero, de acuerdo con un promedio de diferentes ponderaciones. Sin embargo, esos datos encienden algunas señales de alarma porque dicha reducción resulta menor a la esperable en el contexto de una economía que el gobierno de Alberto Fernández ha puesto en estado de congelamiento en todos sus precios clave, desde el dólar hasta las tarifas de servicios públicos.

 

Gabriel Zelpo, socio de la consultora Seido, le dijo a Letra P que “para enero proyectamos una inflación del 3,8%". "De acuerdo con los primeros registros que tenemos, en febrero se podría desacelerar bastante y cerrar con un índice que empiece con dos”, amplió.

 

Fuente: Indec.

 


La tendencia bajista, con todo, resulta llamativamente suave dado el contexto de un dólar clavado en torno a los 60 pesos en el mercado mayorista desde la previa de las elecciones de noviembre; de tarifas de transporte congeladas por 90 días y de luz, gas y agua, por 180; de una política salarial que se cocina a fuego lento y de vigencia del programa Precios Cuidados, el que, más allá de sus limitaciones, fue establecido justamente para constituir una referencia que ayude a anclar expectativas. Todo sea por desindexar la economía y calmarla, como dice el ministro Martín Guzmán.

 

“Hay que tener en cuenta que esta dinámica de precios se da en un contexto de congelamiento de tarifas y dólar y hasta de salarios planchados. Los registros que se ven no son buenos en relación con ese mix de políticas”, advirtió Zelpo.

 

“Si hablamos de señales, hasta el momento el Gobierno las dio en relación con ciertas políticas para reactivar y distribuir el ingreso, pero no sobre la inflación”, dijo Gabriel Zelpo.

 

Respecto de las causas, el hombre de Seido mencionó la política expansiva del Banco Central, “más que por sus efectos prácticos, dado el poco tiempo transcurrido, porque implican una señal hacia la sociedad que no contribuye a moderar las expectativas de inflación”.

 

“Que el Banco Central financie al Tesoro puede ser comprensible en medio del proceso de reestructuración de la deuda, pero es riesgoso que al mismo tiempo baje la tasa de interés para expandir el crédito. Claramente (el BCRA) va a tener que hacer algo, pero eso se verá con el correr de los meses”, abundó.

 

“Si hablamos de señales, hasta el momento el Gobierno las dio en relación con ciertas políticas para reactivar y distribuir el ingreso, pero no hubo ningún mensaje claro sobre la inflación”, remató Zelpo.

 

Enero fue, en efecto, no solo el primer mes pleno de gestión de Alberto Fernández sino el del debut de la batería de medidas destinadas a frenar en seco la inercia inflacionaria. Se trata de muy poco tiempo para realizar un juicio categórico, pero suficiente para evaluar tendencias.

 

A la espera de los datos oficiales, la proyección de Seido se encuentra en el rango superior de lo que el mercado espera en materia de precios para enero. De acuerdo con el último Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM), el promedio de las consultoras y economistas consultados arroja un 3,5%. En tanto, para otra firma de referencia como Elypsis dio 3,2%

 

 

Fuente: Banco Central

 

 

“La estabilidad del dólar y el congelamiento de las tarifas de servicios públicos fueron los principales frenos al aumento de precios”, dijo esa consultora en su último informe. “Para febrero, proyectamos una inflación de 2,8%”, añadió.

 

En tanto, el REM establece un promedio del 3% esperado para el mes en curso, “previendo una tendencia levemente descendente, hasta alcanzar 2,9% mensual entre mayo y julio de 2020”. Se trata de niveles todavía muy elevados, que irían temporalmente más allá de las fechas establecidas para los descongelamientos, lo que hace que la inflación siga constituyendo un dolor de cabeza.

 

Para todo el año, Seido espera “una inflación levemente por encima del 40%, en caso de que el proceso de reestructuración salga bien y no haya un shock interno o externo”, estimó Zelpo.

 

Elypsis, en tanto, proyecta un 42% y el mercado, a través de REM, un promedio del 41,7%.

 

En todos esos casos, los números van más allá de lo esperado por el Ministerio de Economía, que afirma trabajar con proyecciones minuciosas a pesar de que recién vaya a comenzar a revelarlas en la aparición que Guzmán hará en el Congreso entre los próximos días 12 y 17. En efecto, la conducción económica apunta a una evolución de los precios al consumidor que se ubique claramente por debajo del 40%, un objetivo que se pondrá los próximos meses de campo minado, roces con los acreedores y las asperezas en la calle.

 

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