Más variopinto que el chat exclusivo para CEOs, pero con la misma tonalidad amarilla que caracteriza la afinidad del sector con el gobierno de Cambiemos, en uno de los grupos más numerosos de WhatsApp del agro los mensajes que refutan la reforma agraria deslizada por Juan Grabois y la Junta Nacional de Granos mencionada por Felipe Solá marcan la tendencia por encima de las alusiones a los créditos inaccesibles, la dificultad de cubrir costos dolarizados o la voracidad de los exportadores que presionan para eludir su obligación de pagarle los granos al productor al tipo de cambio del día anterior.
En ese grupo de 250 miembros creado previo al inicio de la campaña, donde predominan productores medianos y grandes, dirigentes intermedios de entidades, analistas del mercado, ingenieros agrónomos y hasta empresarios agroindustriales de peso, la grieta se excava con alusiones constantes al temor por lo que definen como políticas “intervencionistas y distorsivas” a aplicar por el kirchnerismo en su retorno al poder.
“Hay mucha gente asustada, es una usina de generación de rumores muy fuerte”, definió al grupo virtual con tono crítico uno de sus participantes, para dar cuenta también de una intensidad en las interacciones que no cesa pero que cada vez se concentra más en un reducido número de participantes –un docena, calculan- que “dan manija” en darle centralidad a sembrar nubarrones sobre “lo que puede venir”.
En esas hipótesis afloran los interrogantes en torno a la figura de un posible gobierno bonaerense a cargo de Axel Kicillof. Algunas voces del agro abordadas por Letra P asocian la imagen del candidato con retenciones, Registro de Operaciones de Exportación (ROE), entre otras políticas no generadas por su paso ministerial y que tampoco estarán en su radio de acción de ser electo mandatario provincial. Pero su conexión directa con Cristina Fernández de Kirchner parece ser suficiente para algunos.
Las resistencias existen, aunque, tal como se plasma vía WhatsApp, empiezan a dar paso a una mayor moderación y disposición a la escucha, algo que no fue inicialmente sencillo para el candidato del Frente de Todos. Al comienzo del año, su charla con productores de Bragado provocó una resolución de Carbap que instó a sus rurales distritales asociadas a reunirse solamente con candidatos locales. También sacó a flote las diferencias entre las entidades e internas dentro de las mismas. Por ejemplo, en aquel municipio, Kicillof no fue recibido por la filial local de la Federación Agraria, que hizo lo propio en Rojas, pero no así en Tandil, Salto y Pergamino.
Uno de los participantes a esas reuniones admitió que fueron “muy discutidas” pero tuvieron saldo positivo. Entre los planteos críticos, figuran productores que aluden a “intervenciones perjudiciales” para el maíz y el trigo durante el kirchnerismo. Como contrapartida, se menciona que Kicillof, como ministro, devolvió las retenciones a los productores de soja “más chicos” y que también hubo compensaciones en las retenciones de trigo.
“Son cuestiones que hay que recordar”, aluden quienes trabajan campo adentro por el candidato del Frente de Todos y que remiten a una mayor apertura a escuchar: “Los productores tienen problemas reales y quieren soluciones reales”, marcan para cargar contra el aumento del Impuesto Inmobiliario “como nunca”, Ingresos Brutos y los créditos inaccesibles durante la actual administración cambiemista.
Dentro de Carbap, en tanto, cuestionan como “promesas incumplidas” de la gestión Vidal el hecho de no haber derogado el impuesto a la herencia y el Inmobiliario Complementario, creados por Daniel Scioli en 2013 y que catalogan como "absolutamente anti campo e ideologizados".
Teniendo previsto recibir a los candidatos a la gobernación el próximo 2 de octubre (fecha aún tentativa y no definida por completo), en Carbap le preguntarán a Kicillof sobre el destino de esos dos gravámenes en un hipotético gobierno suyo y, con la presión tributaria en la mira, buscarán saber con detalle “de dónde va a recaudar el dinero que la provincia necesita”.
Mientras, voces de esa entidad miran de reojo la propuesta kicillofista de “segmentación” de las políticas para el sector: “Segmentar, como toda una gama de intervenciones, acarrea arbitrariedad y burocracia distorsiva”, observan, aunque de todos modos no se apresuran en sacar conclusiones: “Estamos más ocupados que preocupados, escuchando con atención lo que se dice y lo que no se dice también. Vamos a esperar la palabra de los candidatos”.
Con esas críticas a cuestas, en el campo la “incertidumbre enorme” no es exclusividad de las conjeturas en torno al futuro, sino por el presente: en sectores que vienen golpeados larga data, como la lechería, productores dan cuenta de costos que aumentaron un 25% en dólares, mientras que, por tercer mes consecutivo, el precio nominal de la leche cruda no se mueve de los $16 de junio. A eso, también se suma la sequía.
PEDIDOS. Más allá de la diversidad de los perfiles productivos que se diseminan sobre territorio bonaerense, el pedido unánime sigue siendo el mismo: políticas de largo plazo. Aunque cuestiones macro se definen en la cancha nacional, en la esfera bonaerense los reclamos pasan por la generación y reactivación de herramientas crediticias que incentiven una inversión paralizada.
“Para sembrar, un tercio es del proveedor y un tercio del banco, pero hoy esta tasa de interés es mortal. Sin crédito no podés invertir”, resumen para describir que, en este contexto, muchos productores pasaron a ser rentistas.
Aquí, dirigentes agrarios y productores consultados por este medio coincidieron en el rol que debe tener el Banco Provincia con el reimpulso de la tarjeta Procampo y créditos blandos, un programa integral de mejora de la red vial rural –otro "debe" que anotan a la gestión V- y aceitar la aplicación de moratorias de la Agencia de Recaudación (ARBA). En este último punto, también cuestionan a la actual administración: “ARBA tardó tanto en sacar el plan de pagos, lo sacó recién ahora. Se venía pidiendo desde la sequía del año pasado. De la emergencia (agropecuaria) no aplicaron nada prácticamente”, despotricó un dirigente ruralista para advertir que a muchos productores “le cayeron embargos del ARBA porque no tenían certificado de emergencia”.
También, se cuestionó el rol del Bapro: “Ayudó a 1.500 productores con 1.000 millones de pesos, eso es una gota en el mar. Hubo mucho discurso pero poca efectividad”. Con ese antecedente, las exigencias futuras apuntan a un Ministerio de Agroindustria con mayor dinamismo y articulación con las bocas del Estado provincial que sirven de apoyo para el sector, como el Bapro, ARBA o el Fondo de Garantías Buenos Aires (Fogaba).
INTERLOCUTORES Y VISIÓN. En recientes desembarcos al noroeste bonaerense –con vistas a ganar terreno en uno de los bastiones del núcleo duro del PRO en el interior-, Kicillof comenzó a dar trazos del perfil que tendrá la cartera de Agroindustria provincial, de acceder a la Gobernación. Allí, marcó que no tendrá “una sola política para un productor de 8 mil hectáreas que para un pequeño”, por lo que aludió a “una segmentación de la política agropecuaria”.
En esa línea, en el Frente de Todos hacen foco en el rol del Bapro como “un instrumento de política y no una herramienta de especulación financiera”, atendiendo así a una de las demandas centrales del sector. En cuanto a la conformación ministerial, en el sector individualizan como uno de los principales asesores de Kicillof en la materia a Javier Rodríguez, quien fue promovido en 2013 por el entonces ministro de Economía como secretario de Emergencia Agropecuaria.
Dentro del esquema societario del Frente de Todos, el Frente Renovador también cuenta con una estructura especializada en el agro en el ámbito bonaerense, con dirigentes como los ex diputados bonaerenses María Ratto y Jorge Solmi, entre otros.
Por lo pronto, no hay definiciones de nombres y no parece haber apuro: “Perotti ganó Santa Fe sin tener referente de agro”, subrayan en el armado de Todos para dar cuenta de una estrategia de “no quemar” dirigentes en un área de significativa sensibilidad de acceder Kicillof al sillón del edificio platense de calle 6.