Entre la primera y la segunda reunión de la Mesa contra el Hambre, pasaron ocho meses. En ese tiempo, el coronarivus y la emergencia sanitaria alteraron los planes de trabajo, incluso en uno de los ejes más urgentes de la campaña del candidato a presidente Alberto Fernández. El organismo que encabezan el ministro de Desarrollo, Daniel Arroyo, y la titular del Consejo de Coordinación de Políticas Sociales, Victoria Tolosa Paz, comenzó, finalmente, los trabajos en comisiones y muestra un proyecto en estado avanzado, en el que el Gobierno deposita las esperanzas para convertirlo en un caso de éxito.
El Consejo Federal Argentina contra el Hambre tuvo su primera foto el 20 de diciembre. Marcelo Tinelli, el escritor Martín Caparrós, la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto; la cocinera Narda Lepes y otras personalidades se sumaron a referentes políticos y de movimientos sociales. La reunión se repitió el último 18 de agosto. En el medio, el Gobierno repartió la Tarjeta Alimentar a 1,5 millón de familias. La intención de Arroyo de complementar ese subsidio de entre 4.000 y 6.000 pesos con capacitaciones para mejorar la nutrición y ferias de productores chocó contra las políticas de aislamiento y el deterioro económico hizo que la pobreza creciera 5,4 puntos porcentuales y la indigencia, 2,5.
Según fuentes oficiales, la pandemia demoró los tiempos. La segunda reunión de “notables” estaba prevista para junio, una vez que el operativo de la Tarjeta Alimentar estuviera terminado y el programa hubiera corrido lo suficiente como para tener una primera evaluación. A partir de ese segundo encuentro, se conformaron tres comisiones para trabajos técnicos: una sobre Producción y Comercialización, otra sobre Calidad nutricional y la tercera, sobre Acceso a Alimentos. Las reuniones a ese nivel comenzaron hace dos semanas.
“Se hicieron las presentaciones, no mucho más”, dijo el presidente de Federación Agraria, Carlos Achetoni. La entidad agropecuaria interviene en las comisiones de Producción y Comercialización y Calidad Nutricional. “El objetivo es ratificar el compromiso de las partes para trabajar mancomunadamente, acompañando a nuestros productores para poder llegar a los centros de comercialización de cercanía, como ferias comunitarias, y que el consumidor pueda adquirir productos sanos, de buena calidad y más económicos que en los grandes centros urbanos”, dijo la representante de FAA en Producción y Comercialización, Marisa Boschetti. “Fue una reunión de presentación y de colaboración de la entidades presentes”, agregó. Eso fue el 21 de octubre último.
LECHE BARATA. Un invento del INTA y la UBA para ensachetar y pasteurizar leche a pequeña escala concentró la atención del Gobierno, como punta de lanza para mostrar resultados de la Mesa contra el Hambre.
La ensachetadora permitirá que pequeños productores lácteos puedan envasar la leche en origen, sin transportarla a las grandes empresas, y venderla a los consumidores de cercanía. Eso reduciría costos logísticos y huella de carbono y mejoraría la rentabilidad de los productores, además de bajar los precios al público.
Según Eva Verde, coordinadora de Asesoramiento en Gestión a Unidades Productivas de la Secretaría de Economía Social del Ministerio de Desarrollo, la ensachetadora en origen podría aumentar la rentabilidad del productor y bajar el precio en la góndola entre 30 y 40 por ciento. “Hoy, la leche recorre 700 kilómetros (entre el tambo y la fábrica). Eso conlleva un impacto ambiental, además del costo logístico”, dijo.
La ensachetadora en origen podría aumentar la rentabilidad del productor y bajar el precio en la góndola entre un 30 y 40 por ciento.
Con financiamiento del Gobierno, cuatro pymes fabricarán 13 máquinas para empezar a distribuirlas entre pequeños productores de seis provincias, con 96 familias involucradas en el proceso productivo. Son 7,3 millones de pesos que pondrá el Ejecutivo para la producción de la maquinaria, el acondicionamiento de las salas y la capacitación del personal. En la actualidad, el INTA audita el prototipo y pidió mejoras en el armado.
Una vez lista, la máquina también tendrá su comercialización a pequeña escala. El Gobierno calcula que el 15% de la leche que se consume es “cruda”, sin pasteurizar. Este invento permitiría también mejorar esos índices.
“Está todo planeado para que el productor entre en el mercado de cercanía. Hoy no accede a mercados concentrados. No es solo llevar la máquina al medio del campo, sino que haya una articulación con la red de comercios”, dijo Verde.
“La ensachetadora permitirá que haya pequeños emprendimientos, sin el encarecimiento del transporte por ir a la planta y volver (al mercado local), y que haya participación de pequeños productores en la renta, que el productor pueda proveer a su pueblo”, coincidió Achetoni, de FAA.