NUEVO CICLO | YA HAY 2023

Larreta lanza la Maratón 4Años: todos habilitados a caminar la Ciudad

El alcalde abre el juego para su sucesión y no discrimina entre macristas, larretistas paladar negro y radicales. Ya hay varios anotados. ¿Interna múltiple? Un enigma llamado María Eugenia.

Faltan cuatro años y en el medio hay elecciones legislativas. Para algunos es “un montón”, pero otros ya trabajan en su futuro político y sueñan. El sendero, pedregoso y con forma de laberinto político aún en construcción, hacia la competencia por la Ciudad de Buenos Aires en 2023 ya tiene algunos caminantes: con la venia del jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, hay macristas, larretistas paladar negro, aliados y un radical dispuestos a recorrer el largo camino y vestirse de sucesores.

 

 

El plan del alcalde, como contó Letra P, implica un desdoblamiento: partirá su agenda entre la cotidianidad de la gestión porteña y su proyección federal, que implica un sendero hacia la presidencial de 2023 bajo el amplio paraguas de Juntos por el Cambio pero "ampliado”, como recitan en las huestes larretistas. En esa agenda bifronte, el alcalde le dará rienda suelta a Miguel para que se encargue del gobierno porteño. En tanto, su socio político principal seguirá siendo el vicejefe, Diego Santilli.

 

Con la llave de la gestión en mano, Miguel se imagina como uno de los herederos y Rodríguez Larreta deja correr su sueño de ocupar el sillón de Parque Patricios, mientras sonríe con la urticaria que le genera a la Unión Cívica Radical (UCR) la pluralidad de candidatos en carrera.

 

 

 

El acuerdo para que Lousteau se sume a la lista que encabezó Larreta en la Ciudad llegó con un sinfín de miniacuerdos en las nóminas de candidatos y un reparto de cargos de la administración porteña. Generosidad -mechada con necesidad- que sacudió la autoestima de la tropa PRO, pero que el alcalde exhibió para ampliar la base de sustentación del oficialismo capitalino y evitar el ballotage. El flamante senador es la carta del radicalismo porteño para pelear la Ciudad en 2023 y, por estas horas, articula como stopper ante el modelo dialoguista con el peronismo que propone el jefe de Gobierno.

 

Dispuesta a confrontar con el oficialismo nacional en todos los terrenos, Bullrich avanza para posicionarse en la Ciudad. Su primera parada es competir por la diputación de Capital en 2021, pero su fin último es la disputa por el sillón porteño. De buen vínculo con Rodríguez Larreta, acordaron un doble juego para encarar la relación con el Frente de Todos: el alcalde mantiene el lazo institucional y usufructúa sus puentes con el peronismo, en tanto la exministra golpea para florearse con el sector del 40,32% que pide a gritos conservar la grieta.

 

 

 

A priori parecería que sus visiones políticas tenderían a una colisión, pero por el momento hay química y las semanas de campaña porteña que compartieron aflojaron viejas rencillas del traspaso policial. Es una paz que los une en el objetivo de ponerle un freno a Dietrich, que se movió rápido en el PRO y logró que Mauricio Macri lo apoyase para encargarse de la rama partidaria que se ocupa del voluntariado y la movilización.

 

Con la experiencia de la fiscalización en las elecciones generales, donde el expresidente subió ocho puntos porcentuales, Guillo quiere abrirse paso en el partido amarillo. Si bien parte del larretismo lo mira de reojo, el alcalde lo valora y, también, le dio aval para que camine el distrito. En la previa a la derrota de Juntos por el Cambio, en la Jefatura de Gobierno corría un chiste -con dejo de enojo por su intención de hacer carrera en la Ciudad- sobre el exministro: “Al final se ríen de Horacio (Rodríguez Larreta), pero el que se la pasa cortando cintas en la Ciudad es (Guillermo) Dietrich”

 

 



Ocaña tira paredes con Larreta y colabora activamente con el oficialismo porteño desde el primer mandato del alcalde. Tras su paso por la Legislatura porteña, se sumó a Cambiemos e intensificó su alianza con Rodríguez Larreta, aunque siempre preservando su identidad con el partido Confianza Pública, que cuenta hoy con un bloque de cuatro diputados porteños, aunque integrados a la bancada oficialista.

Cauto, Rodríguez Larreta abre el juego para todos y no pone obstáculos. En su mesa chica se imaginan un escenario de múltiples internas para evitar fugas y, al mismo tiempo, acumular desde todos los sectores. Eufemismos afuera, se trabajará para romper el centro -como se hizo en 2017 y 2019- y se buscará contener a todo el conglomerado de espacios que integran Juntos por el Cambio para enfrentar a un candidato peronista alineado con la Casa Rosada. Son pronósticos, ideas y especulaciones de un engranaje que recién está comenzando a moverse.

 

 

 

ENIGMA MARIU. En el mar de especulaciones que atraviesa Juntos por el Cambio en la Ciudad, hay una figura que rompería cualquier pronóstico y ahogaría cualquier elucubración. Si la exgobernadora bonaerense María Eugenia Vidal decidiera competir por la Jefatura de Gobierno, siguiendo el relato bíblico de la proeza de Moisés, abriría las aguas de las costas porteñas y entraría triunfal para ser ungida como la candidata del oficialismo.

 

Como publicó el periodista Ezequiel Spillman en Perfil, acaba de mudarse a la Ciudad de Buenos Aires. Deseoso de evitar "regalar" el distrito a la UCR, más de un dirigente porteño del PRO quiere que también traslade su futuro político a la cuna del macrismo e impulsa esa jugada. La exmandataria aún no da señales y cualquier definición, por estas horas, es muy prematura.

 

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