El estallido opositor de algunos referentes del PRO, la Unión Cívica Radical (UCR) y la Coalición Cívica por el recorte de la masa de recursos coparticipables que recibe la Ciudad de Buenos Aires poco tiene que ver con el tono cordial de las negociaciones entre Alberto Fernández y Horacio Rodríguez Larreta, que van por el carril rápido. Mientras el Presidente y el alcalde pusieron sus equipos a disposición para llegar a un acuerdo para disminuir la transferencia de recursos de la Nación al distrito porteño sin dañar la cotidianidad de la ciudad capital, el sector más ultra de Juntos por el Cambio prendió la luz de alarma y salió a cruzar la decisión. Mientras tanto, el larretismo confía en la palabra y el compromiso del albertismo. Esas diferencias de criterio y abordaje político ante el peronismo son parte de un doble juego que caracteriza los primeros trazos de la nueva oposición.
En efecto, el Gobierno está decidido a recortar los fondos que transfiere la Nación para atender las urgencias económicas nacionales y Fernández le disputa al alcalde cerca de 36.000 millones de pesos que esperaba recibir en 2020. Sin embargo, es una tensión controlada y propia de la negociación política que avanza mediante un diálogo franco y sin intermediarios entre Rodríguez Larreta y el ministro del interior, Eduardo De Pedro.
A poco de conocerse la intención de Fernández de bajar alrededor de un punto la coparticipación de la Ciudad, parte de la nueva oposición salió en cadena a cuestionar la medida. “La Constitución es taxativa: el traspaso de funciones es con recursos. Cambiar las reglas de juego y sacarle la coparticipación a CABA cuando presta el servicio de Policía es una clara extorsión. Vuelven al látigo y la billetera contra las provincias y CABA”, arremetió la ex ministra de Seguridad Patricia Bullrich a través de su cuenta de Twitter.
La futura presidenta del PRO radicaliza su discurso para tributar al liderazgo de Mauricio Macri sobre el 40,32% que lo acompañó el 27 de octubre, pero en la Jefatura de Gobierno escapan a ese mensaje de constraste directo, que se extendió durante los cuatros años de reinado discursivo y político de Marcos Peña en la administración macrista. Como prueba de esa apuesta por una buena vecindad, Rodríguez Larreta instruyó a todos sus ministros a que asistan a reuniones con sus pares nacionales y colaboren con la gestión de Fernández. Según pudo saber Letra P, a tono con la decisión nacional de congelar aumentos de servicios, el jefe de Gobierno frenó el incremento del subte de $19 a $21, que está autorizado hace tres meses.
Mientras tanto, el excompañero de fórmula de Macri Miguel Ángel Pichetto calificó al principio de acuerdo entre la Casa Rosada y Parque Patricios como "trato de enemigos". "A los amigos les adelantamos coparticipación, a los enemigos se las quitamos", agregó vía Twitter.
Esta distinción entre los integrantes de la nueva oposición es a imagen y semejanza de la interna de Juntos por el Cambio por la megaley de Fernández, que dividió aguas entre los gobernadores y los legisladores nacionales: los popes opositores en la Cámara baja salieron al cruce, mientras los mandatarios -con el fin del Pacto Fiscal bajo el brazo- se comprometieron a ofrecer quórum para enviar una señal de compromiso con la gobernabilidad.
Las negociaciones por la quita consensuada de la coparticipación se iniciaron en la reunión de buenos vecinos que el Presidente y el jefe de Gobierno tuvieron el viernes 6 de diciembre, justo antes del traspaso presidencial. En ese encuentro, ambos acordaron la remoción de las rejas de Plaza de Mayo y, en un marco de buena sintonía y promesas de convivencia amable, comenzaron a dialogar sobre los recursos que la Nación transfiere a la Ciudad. Las conversaciones siguieron después entre Rodríguez Larreta y De Pedro, con quien el jefe de Gobierno ya se reunió en dos oportunidades en la Casa Rosada.
En las charlas preliminares, el oficialismo marcó -con el argumento de la situación de crisis macroeconómica- que necesita la plata con urgencia y Rodríguez Larreta compartió -con matices- el diagnóstico sobre el escenario económico.