Al filo del vencimiento del plazo para presentar candidatos, la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, dominada por el oficialismo liderado por Horacio Rodríguez Larreta, se sumerge en la disputa por designar a los miembros del Consejo de la Magistratura porteña, como cada cuatro años. El PRO, el peronismo y el radicalismo porteño negocian el lote de aspirantes y existe un protoacuerdo que deberá refrendarse en el recinto.
El PRO capitalino, que responde exclusivamente al alcalde, va a nominar al vicepresidente primero del parlamento porteño, Francisco Quintana. La asociación natural sería un acuerdo entre Rodríguez Larreta y el jefe de Gabinete, Marcos Peña, pero la candidatura del secretario general del PRO tiene un condimento extra: el apoyo del presidente Mauricio Macri.
Durante los últimos cuatro años, Quintana surfeó los cortocircuitos entre ambos pesados pesados del macrismo y logró esquivar el mote de "peñista", al menos en la cabeza de Larreta. Desde la Legislatura colaboró para que avanzaran las leyes que se enviaban desde Parque Patricios y cumplió a rajatabla el plan de ajuste fiscal que diseñó el Gobierno, bajo la constante auditoría del jefe de Gabinete local, Felipe Miguel. Además, el abogado egresado de la UCA tuvo su silla en la mesa política porteña, con presencia en las reuniones de los lunes en La Biela, íntegramente compuesta por larretistas paladar negro.
Sin embargo, su mudanza al Consejo de la Magistratura generó un rosario de criticas dentro del edificio de Perú 160. A ese lugar apuntaba el diputado Daniel Presti, actual presidente de la Comisión de Justicia. Como existía una especie de preacuerdo para garantizar ese desembarco, en el bloque oficialista generó malestar la novedad. El enojo también es con Rodríguez Larreta y el jefe de Gabinete porteño. En especial, luego del tendal de heridos que dejó el cierre de listas, agravado por el resultado de las PASO: muchos funcionarios y legisladores viven en un clima de incertidumbre por su futuro luego del 10D. Pero en esta negociación también pesó la voz de Daniel "El Tano" Angelici, que apoyó la candidatura de Quintana y lo mantendrá en un cargo clave en Boca Juniors bajo un inoxidable acuerdo con Macri, pero también con Peña.
Si prospera su candidatura, Quintana deberá renunciar a su cargo de secretario general del PRO debido al impedimento que representa la afiliación partidaria para los funcionarios judiciales, según la Ley N°31 (normativa orgánica del Consejo de la Magistratura de la Ciudad). También, tiene que hacer lo propio en la Legislatura, desencadenando un aceleramiento de la sucesión parlamentaria: si Quintana asume en noviembre, como indica el actual mandato de los consejeros por el estamento político, dejará su sitial en la vicepresidencia primera de la Legislatura. El vicepresidente primero del Parlamento será Agustín Forchieri,actual jefe del bloque Vamos Juntos, que agrupa al PRO, la Coalición Cívica y Confianza Pública.
Bajo el paraguas del partido amarillo, pero camuflado como el radicalismo PRO, Angelici tiene su candidato. Se especuló con las postulaciones del subsecretario de Justicia, Hernán Najenson, y con el aspirante a legislador Martín Ocampo. El ex ministro está decidido a asumir en la Legislatura. Cree que la versión que lo nombraba en el lote de candidatos de Angelici al organismo judicial partió del peronismo PRO. Es un contrapunto que preanuncia un estilo de convivencia puertas adentro de Perú 160. También, el ex consejero Sebastián De Stefano estuvo a punto de ser el candidato.
Pero el presidente de Boca dejó correr los rumores y se guardó la carta definitiva para el final. Se inclinó por un "tapado" que no sonaba en el conteo previo. El Tano apostará por Alberto "Nacho" Biglieri, un académico bien ponderado por el mundillo judicial-político. Su candidatura también tiene el aval del radicalismo que comandan Emiliano Yacobitti y Enrique "Coti" Nosiglia, en un esfuerzo por sostener el acuerdo electoral que forjaron con el PRO en la Ciudad.
Este sector tenía intenciones de presentar candidato propio, pero finalmente hubo un entendimiento entre los boina blanca para sumar sus votos en la Legislatura y acompañar a Biglieri. Esa jugada hubiese puesto en peligro la alquimia para juntar 40 votos y, además, generado un cortocircuito con el peronismo porteño que Larreta quiere, a toda costa, evitar.
La tercera plaza, como ya es tradición, corresponde al peronismo. El nombre que analizan en el bloque del Partido Justicialista (PJ) porteño es el de Ana Salvatelli, secretaria de Legal y Técnica del Consejo de la Magistratura, que fue la mano derecha de Juan Manuel Olmos en su gestión como presidente del organismo.