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Alberto Fernández dejó todo y consiguió el clamor del cordobesismo rebelde

El candidato del Frente de Todos se llevó el apoyo de más de 50 intendentes en un acto comandado por el presidente del PJ local, Caserio. La reconciliación, 11 años después de la ruptura.

CÓRDOBA (Enviada especial) Prometió dar vuelta la página, apeló al recuerdo de José Manuel de la Sota y apuntó al corazón cordobés con referencias a su historia, su prestigio universitario y sus industrias. Alberto Fernández dejó hasta la voz en su esfuerzo por reconciliar a la boleta presidencial que integra junto a Cristina Fernández de Kirchner con el peronismo local tras 11 años de desencuentros y se llevó de Carlos Paz el apoyo de más de 50 intendentes, presidentes comunales y legisladores que desafiaron al gobernador Juan Schiaretti para proclamar la fórmula del Frente de Todos. 

 

“Vengo a dar la cara y a hacer un nuevo contrato con los cordobeses”, anunció el candidato presidencial ante unos 1.500 dirigentes del peronismo local que este viernes por la noche, en el cierre de una visita de dos días del aspirante a la Casa Rosada al segundo distrito electoral más importante del país, colmaron el teatro Luxor de esta ciudad. La platea devolvió una ovación y varios "Alberto presidente". 

 

“Vengo a dar la cara y a hacer un nuevo contrato con los cordobeses”, anunció el candidato presidencial ante unos 1.500 dirigentes del peronismo local.

En las sillas ubicadas sobre el escenario del teatro escuchaban el intendente de la tercera ciudad de Córdoba, Villa María, Martín Gill; el presidente del PJ cordobés, Carlos Caserio, organizador del acto en su distrito; los intendentes Gastón Mazzalay (Malvinas Argentinas), Pedro Ciarez (Malagüeño), Marcelo Eslava (San Francisco del Chañar), Rubén Passero Garay (Reducción), Rubén Moine (San Basilio), Natalio Graglia (Villa Nueva) y Rodrigo Rufeil (La Calera) y los legisladores Walter Saieg, Gustavo Eslava, Tania Kyshakevich y Mariana Caserio, entre otros. 

 

Para buena parte del PJ cordobés presente, el acto dio comienzo a una nueva era. En guerra con el kirchnerismo desde que la pelea por la 125 desató la ruptura final de una relación ya desgastada, en 2008, la presencia de Fernández en la boleta que comparte con Cristina marcó un nuevo rumbo en la relación. 

 

“Ustedes saben que a mí siempre me costó un poco más porque tuvimos una relación difícil con Córdoba. Pero Cristina tomó una decisión histórica y generosa que demuestra una enorme inteligencia política”, explicó Caserio en su discurso ante la dirigencia, que lo reconoció como claro líder del grupo que decidió desoír la decisión del gobernador de mantenerse a una distancia equilibrada de todos los candidatos provinciales para trabajar por Fernández. 

 

El presidente del Bloque Justicialista en el Senado marcó la diferencia y les pidió a los dirigentes que salgan a buscar votos para el candidato presidencial del Frente de Todos, aunque respetando la decisión del peronismo cordobés de llevar boleta corta de diputados. "Tenemos que transformar nuestro compromiso en una actitud militante, ya que no tenemos candidato a presidente en la boleta de Córdoba. A mí no me da lo mismo cualquiera presidente, quiero que Alberto Fernández sea presidente”, dijo. Algo similar había dicho antes Saieg. 

 

 

Entre el peronismo más reactivo a Cristina pero ahora encolumnado detrás de Fernández-Fernández reinaba la certeza de que los resultados en Córdoba no serán, esta vez, los mismos de 2015. "Aquella vez nos abandonaron", le dijo a Letra P un dirigente sindical que participó de las actividades del candidato presidencial. El recuerdo del "abandono" de Cristina, primero, y de Daniel Scioli en la campaña 2015 se repitió en testimonios de legisladores e intendentes que ahora ven un compromiso territorial fuerte de gran parte del partido con la campaña de los Fernández. 

 

El candidato no le esquivó a la historia de los desencuentros entre Córdoba y los dos gobiernos de CFK, luego de su renuncia como jefe de Gabinete. “En mí tienen un compañero. No entiendo bien qué es lo que ha pasado, pero no se puede pensar una Argentina sin Córdoba, es demasiado importante", había dicho en la reunión previa que mantuvo con dirigentes en el hotel Eleton, de Carlos Paz, donde llegó desde Villa María junto a Gill, con quien había participado de una visita a un tambo y de una reunión con rectores de universidades. 

 

 

 

Los intentos por endulzar el oído cordobés incluyeron apelaciones al recuerdo del fallecido De la Sota, con quien Fernández trabajó cuando tenía 25 años en la Cámara de Diputados, y un insistente discurso económico, con eje en los problemas de Córdoba y foco en sus principales actividades, la metalmecánica, la industria automotriz y el campo. 

 

Con la primera prueba superada, focalizada en la región centro -los departamentos de Santa María, Punilla y Colón-, el PJ cordobés, en abierta rebeldía con el gobernador, ya sueña con nuevas visitas del candidato que puedan dejar atrás años de desencuentros y animar al peronismo local a poner una boleta que lleva la cara de Cristina en la urna.

 

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Aníbal Fernández. 

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