CÓRDOBA (Enviada especial) Bajo la consigna gruesa de conquistar el voto de un electorado esquivo para todo lo que huela a kirchnerismo, Alberto Fernández llegó a esta provincia con dos objetivos centrales: reclutar para su causa la mayor cantidad de intendentes del cordobesismo -la fuerza peronista conducida por el gobernador Juan Schiaretti, que le retacea apoyo- y entusiasmar, con la promesa de cambiar el modelo macrista por uno que aliente la producción, el trabajo y el consumo, a los principales motores de la poderosa economía local.
El precandidato presidencial por el Frente de Todos, que desarrolla una intensa agenda desde este jueves al mediodía, cuando arribó a la capital provincial, viene machacando con mensajes y gestos apuntados con precisión a dos rubros clave de la industria -la metalmecánica y la automotriz- y al campo, al que le dedicó un capítulo central.
En la primera jornada de su gira, el compañero de fórmula de Cristina Fernández habló ante una platea de empresarios. "Salgamos de acá a convencer a todos los cordobeses de que Córdoba no se construye con todos los trabajadores de las automotrices suspendidos ni con la metalmecánica parada ni sin el campo”, los convocó. “El 11 de agosto y el 27 de octubre se discute si en Argentina hay trabajo o cierran fábricas”, reforzó, en fina sintonía, Sergio Massa, que lo acompaña en esta incursión.
Este jueves, en el segundo día de su estadía en la provincia, Fernández dejó la capital y se internó en el corazón de la zona núcleo agropecuaria.
Sus anfitriones en Villa María son un dato político en sí mismo: en el tambo y fábrica de lácteos La Ángela lo recibieron el presidente de la Sociedad Rural de Córdoba, Pedro Salas; el secretario de la Sociedad Rural local, Elbio Seia, y el presidente de la Federación de Cooperativas Lácteas (Fecolac), Héctor Liberti.
Fernández se llevó oro en polvo para la campaña. En un informe pormenorizado sobre la situación de la industria lechera, los hombres de campo le informaron que “las decisiones macroeconómicas del inicio de la gestión Macri, como la eliminación de retenciones al maíz y la baja en soja y la devaluación del 50% en un solo acto, afectaron negativamente al tambo”. También, que “la alta inflación, la inaccesibilidad de créditos y, sobre todo, los bruscos movimientos del dólar (el 70% de los insumos del tambo está dolarizado), generaron un escenario hostil para la lechería nacional”.
Los lecheros cordobeses revelaron que “el consumo de lácteos está en 170 litros por habitante/año, por debajo del mismo número de 2001".
Según los dirigentes, la realidad industrial láctea del primer semestre de 2019 estuvo dominada por los “Tres Sin”: “Sin leche, sin stocks y sin créditos”. “Hoy la capacidad ociosa de la industria es del 60%”, aseguraron.
Los lecheros cordobeses le dejaron datos comparativos de altísimo impacto: “El consumo de lácteos medido de manera instantánea (en los meses corrientes) está en 170 litros por habitante/año, por debajo del mismo número de 2001 y muy lejos de los 201 litros de 2016 y de los 217 de 2012”.
“Desde 1989 no se registra un valor tan bajo (162 litros per cápita)”, remataron.
Antes de meterse de cabeza en la política dura, el ex jefe de Gabinete completó el tour productivo con una recorrida por la fábrica de biodiesel Aca Bio.
Fernández en el tambo La Ángela, de Villa María.
SCOUTING PJ. Fernández se preparaba para cerrar su gira en Carlos Paz, donde buscaría romper el hielo que congeló durante años la relación del kirchnerismo con el peronismo cordobés.
Se trata de una tropa que se referencia en el recientemente reelecto por paliza gobernador Schiaretti, que dio libertad de acción pero, según supo Letra P, presiona a sus caciques territoriales para que no le pongan el cuerpo a la campaña del Frente de Todos.
No obstante eso, como ya informó este portal, una importante legión de intendentes está decidida a militar la fórmula FF. Este viernes, Fernández esperaba tener una foto nítida sobre ese ejército prestado.