SANTA ROSA (Corresponsal) Sergio Ziliotto tiene la responsabilidad de llegar a cuatro décadas de gobiernos peronistas en La Pampa y ratificar que esa estructura es infranqueable más allá de los nombres. Ungido por su amigo Carlos Verna, el gobernador que más criticó a la Casa Rosada, fue pionero en la unidad con el kirchnerismo y mantiene una altísima imagen positiva en su provincia. Enfrentará a un Cambiemos enmascarado en una campaña teñida de rojo y con un mensaje diferente al que pregona la mesa chica presidencial: Avancemos.
De 56 años de edad, futbolero de alma, dejó muy joven su General Pico natal para transitar las calles de Santa Rosa entre la universidad y la administración pública. Ahí formó una familia y consolidó su trayectoria militante, que lo llevó a cargos de alto rango. Su trabajo en el Congreso, primero como asesor y después como diputado, lo posicionaron. Por eso, este domingo, tendrá la elección más importante de su extensa carrera.
Sus inicios fueron como director de Transporte en el gobierno de Rubén Marín. Ya con Verna en el mandato, de 2003 a 2007, fue subdirector de Políticas Sociales y ministro de Bienestar Social. En esta instancia, diseñó el sistema Pilquén: el plan que terminó con la entrega de bolsones con el cobro de planes a través de tarjetas de débito. Siendo funcionario, estuvo en Washington explicando esta idea y recibió una distinción.
Con Verna, lo une la vida. “A Sergio lo conozco de la época en que pegábamos carteles”, dijo el gobernador cuando cerraban la campaña de Fernanda Alonso, en Pico. Vernista de la primera hora, siempre acompañó al amigo militante y conductor de un peronismo siempre en el poder. Como colaborador en el Senado, o funcionario, Ziliotto fue los ojos del caudillo peronista. Una clara muestra de su lealtad fue en la votación por la interrupción voluntaria del embarazo, en 2018, cuando por orden de Verna dio vuelta un resultado histórico que, tiempo después, sería rechazado en el Senado. Convenció a Ariel Rauschenberger y Melina Delú para que acompañen el voto positivo.
“Soy parte del proyecto de Carlos, hace 35 años que estoy al lado de él, lo entiendo sin que me hable. Me va tener donde él y la gente decida, en mi casa o en un cargo, sería un gran privilegio ser elegido”. La palabra de Ziliotto, en tiempos que se anunciaba una lista de candidatos, demostraba el trabajo orgánico en el espacio del gobernador que lo terminaría bendiciendo.
Este fanático del fútbol y del club Costa Brava, una histórica institución de Pico en la que jugó y fue dirigente, disfruta -cuando puede- de partidos de veteranos. Su padre -policía, camionero y ferroviario-, hijo de inmigrantes, le transmitió el amor por el peronismo. Luego de un breve paso como bancario (en el actual Banco Santander), se inscribió en la Universidad Nacional de La Pampa (UNLaPam), donde militó en la Juventud Universitaria Peronista (JUP) en el amanecer democrático de los ochenta. Ese tiempo le sirvió para consolidar una figura militante, que le abrió diálogo con los popes del PJ pampeano.
Un gobierno de más diálogo, con sectores diversos (trabajo y conocimiento), será la gran diferencia a la de su conductor político, "siempre hombre de consulta". Primero, claro, deberá ratificarlo en las urnas.