Santa Rosa y General Pico son la clave de cualquier elección en La Pampa por el caudal electoral que ponen en juego. Este domingo, los vecinos de ambas ciudades definirán al próximo intendente y se subirán a la pelea provincial: las opciones más competitivas son el peronismo y Cambiemos. En la primera, habrá mano a mano entre La Cámpora y la UCR. En la segunda, el PRO se enfrentará a la máquina electoral del PJ pampeano en su bastión. De los 282.055 electores que tiene la provincia, 140.359 se llevan entre estos dos grandes centros urbanos. En otras palabras: la mitad de la elección de todo el territorio se juega en estas dos ciudades.
Radical vs La Cámpora. En la capital, Leandro Altolaguirre busca un segundo mandato y deberá ganarle al kirchnerista Luciano Di Nápoli. Este es el máximo referente de La Cámpora en la provincia -le ganó una dura interna a Jorge Lezcano,bendecido por Carlos Verna- y ojos del entorno de Cristina Fernández. De a poco, consiguió la fuerza -luego ratificada en las urnas- para salir a jugar en una elección en la que se ponen en juego 36 años de modelo pejotista.
“Está trabajando todo el espacio, tenemos una gran expectativa con Sergio Ziliotto. Pasamos el proceso de internas y la unidad funcionó sin ningún tipo de cuestión”, explica Di Nápoli a Letra P. Con la lista del Frente Justicialista Pampeano (Frejupa) y el aporte del aparato provincial, este dirigente ultra K pretende que todo el campo peronista lo acompañe hasta el triunfo. Desde los calurosos días de febrero, caminó cada barrio, habló con cada dirigente y se mostró con funcionarios provinciales de peso que entendieron a la perfección la necesidad de unirse para no poner en riesgo más de tres décadas y media de poder.
“Santa Rosa es una de las ciudades con mayor desocupación, el índice alcanza al 10,2%. La ciudad tiene una emergencia sanitaria. Sumado a la unidad del peronismo y el desgaste de Cambiemos, el oficialismo tiene muchos factores en contra”, repite Di Nápoli. En sintonía, el legislador provincial Espartaco Marín, hijo del ex gobernador Rubén Marín, reconoció a Letra P que desde "el día uno" ambas vertientes convergieron en el objetivo de recuperar la capital. Hasta Verna fue al cierre de campaña y le brindó todo su respaldo.
Del otro lado, está Altolaguirre. Este radical puro se sube al plan de Kroneberger para eludir la mala imagen de la coalición. Mostrándose con pancartas de “Avancemos”, una lavada de cara al golpeado Cambiemos, ratificó una campaña que se puso cuesta arriba por la mala situación económica y la ebullición en el corazón de la alianza luego de la aplastante derrota en Córdoba.
“No podemos subestimar a los otros candidatos, pero la reelección la tenemos”, dijo confiado Altolaguirre, quien lamentó no haber tenido un mejor diálogo con el gobierno de Verna. A pesar de que coincidió con el peronismo de su provincia en algunos temas, quedó sumergido en la batalla del gobernador con la Casa Rosada.
PJ vs PRO. En Pico, Fernanda Alonso competirá contra Martín Maquieyra, una de las promesas del macrismo. Este diputado nacional, hermano del joven que incomodó hace unos años a CFK en Harvard, llegó a su banca luego de que Carlos Javier “Colo” Mac Allister abandonara el Congreso para terminar en el gabinete nacional. Difícil es la tarea que se propone: derrotar a quien puede ser la primera intendenta de la historia en el fortín peronista de La Pampa.
“Sabemos que es duro, pero trabajamos para esto”, responde Maquieyra a Letra P. Desde que atravesó la interna abierta, pese a que el candidato provincial del PRO quedó en el camino, pudo sobrellevar las diferencias que se profundizaron en el último tiempo con el radicalismo. Hasta hizo campaña con el color rojo de Avancemos, una versión pampeana de Cambiemos a pesar de que en la boleta se podrá leer el nombre de la alianza nacional.
Alonso, delfín de Verna, pretende ser la primera mujer intendenta peronista en la ciudad. "Fernanda (Alonso) conoce General Pico, sabe que lo que hay que generar es trabajo", lanzó Verna en un gran acto de cierre, al prometer la ampliación del parque industrial.
NÚMEROS. Otras ciudades con peso electoral son Toay (12.731 electores), General Hacha (11.570 electores), Eduardo Castex (8.723 electores), Colonia 25 de Mayo (7.458 electores) e Intendente Alvear (7.089 electores). El resto de las localidades no superan esas cifras. Colonia Barón, la ciudad de Kroneberger, hay 2.639 electores. La más pequeña.