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Los tres tercios, no sin alternancia y reconfiguración, llegaron para quedarse en Santa Fe y los resultados de este domingo así lo demostraron. Las investigaciones, denostadas cuando se equivocan y silenciadas cuando se aproximan, estuvieron a la altura de las circunstancias y revelaron con claridad el escenario de internas. Durante los días previos a las PASO, el ámbito político coincidía en varios puntos:
-Las muestras indicaban grandes dificultades de competitividad para Cambiemos en las tres categorías ejecutivas más fuertes de la provincia: gobernador, intendente de Santa Fe e intendente de Rosario.
-En la categoría gobernador, el peronismo iba camino a consagrase como el partido más votado y Antonio Bonfatti como el candidato más votado. A la inversa de lo que iba a suceder en la ciudad de Rosario, donde el candidato del peronismo, Roberto Sukerman, emergía como el candidato más votado y el Frente Progresista como el partido ganador.
-Se conjeturaba un triunfo claro de Omar Perotti por sobre María Eugenia Bielsa, de Miguel Lifschitz en la categoría a diputados provinciales, de Emilio Jatón de cara a la intendencia de Santa Fe y una interna reñida en Rosario, con leve ventaja del candidato no oficial, Pablo Javkin, por sobre la elegida por el gobernador Lifschitz, Verónica Irizar.
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Esta doble lectura que obliga a hacer el sistema electoral santafesino fue iluminado por las investigaciones serias que se hicieron en Santa Fe, es decir, aquellas investigaciones que publicadas o no, tienen responsables, fechas y fichas que explican cómo se hicieron y que su único objetivo es aportar a la transparencia del escenario y aportar a la toma de decisiones estratégicas de quienes las contratan.
El resultado de las generales sigue abierto, la lucha será cabeza a cabeza entre Perotti y Bonfatti, y las estrategias apuntarán a persuadir al votante de Bielsa y trabajar la idea de voto útil.
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SANTA FE NACIONAL. Las PASO en la provincia de Santa Fe cobran importancia en el plano nacional dada su magnitud demográfica. A su vez, porque inevitablemente traería consecuencias al interior de los tres espacios que hoy se dirimen el arco político nacional. Veamos:
-CAMBIEMOS: se ratifica, aunque con mayor impacto, el retroceso de la alianza Cambiemos. En 2017 con Albor Cantard a la cabeza, un candidato que en la ciudad de Rosario rondaba el 40% de desconocimiento, sacó el 27% en las legislativas nacionales. Hoy Corral, a solo dos años, obtuvo el 19%. Peor aún si se compara la elección con las PASO de 2015, donde Miguel Del Sel obtuvo el 32%. Por otra parte, el gobierno nacional no puede ocultar su performance como hizo en otras provincias, intentando subirse a terceras vías no kirchneristas ya que se involucró con claridad a través de funcionarios de primera línea bajando al territorio provincial, incluso con la visita del propio presidente, Mauricio Macri, en la última semana de campaña.
-FRENTE PROGRESISTA: si bien hubo buenos resultados como la elección en la ciudad de Santa Fe, el balance final es magro: en Rosario perdió la interna la candidata oficial tras una apuesta fuertísima, escenario inédito para el socialismo. Bonfatti, en la individual, superó a Perotti por sólo el 3% y, partidariamente, el frente perdió por 11 puntos. Aquí posaba la mirada fundamentalmente Roberto Lavagna, que necesitaba en esta instancia un triunfo contundente del espacio santafesino para legitimar sus intenciones, sobre todo considerando que las generales provinciales son en junio, cuando probablemente el escenario nacional ya tenga definiciones.
-PERONISMO: más allá de cómo se las ingenie para contender y/o ampliar lo acumulado, el resultado de este domingo refleja el camino que debería tomar el partido para derrotar a Cambiemos en octubre. Punto para Cristina Fernández de Kirchner que, cuando el manual militante le pedía acordar con Bielsa, cerró una alianza lúcida con Perotti, quien ganó rotundamente las internas.