MARTÍN GUZMÁN

El tapado que fascinó a Fernández

El joven discípulo de Stiglitz entró como un huracán al círculo de confianza de Fernández. Será el ministro de Economía que no encontraba. El sábado pasado, Letra P contó su historia y su pensamiento.

Parece haber llegado en el momento justo. Cuando la deuda se traga el PBI argentino, el peronismo va de regreso al poder y la economía aparece vacante, como una brasa caliente que ya consumió experimentos de los más variados. El joven economista argentino Martín Guzmán arrancó desde lejos en la carrera por acercarle a Alberto Fernández una salida para la crisis. Porque vivía en Manhattan, porque no formaba parte del círculo de candidatos a ministros que orbitaba en torno al Frente de Todos y porque contaba con escasos lobistas en el poder económico. Sin embargo, por algún canal parece haber llegado. Con amigos como Matías Lammens, con el aval del Premio Nobel Joseph Stiglitz y con una experiencia destacada en reestructuración de deuda.

 

 

Nacido en La Plata y graduado en la UNLP, Guzmán tiene 37 años y estuvo entre los primeros críticos de la salida uruguaya que enunció Fernández en la Fundación Mediterránea, hace poco más de dos meses, cuando era todavía un candidato opositor. En las contadas entrevistas que concedió, el discípulo de Stiglitz consideró que la apuesta del presidente electo se basaba en supuestos excesivamente optimistas y planteó una tesis que ahora se extiende entre el nuevo oficialismo y gran parte de los especialistas locales: para poder impulsar el crecimiento económico, hay que iniciar de entrada una negociación más compleja con los acreedores privados y con el Fondo. No alcanza con dejar de pagar el capital, sino que también es necesario dejar de pagar intereses de la deuda por un plazo mínimo de dos años. Tampoco es necesario avanzar ahora con más ajuste ni impulsar las reformas previsional y laboral que Mauricio Macri dejó truncas y el mercado reclama a los gritos.

 

Con esas ideas fuerza y con la convicción de que no hay que recibir la plata del Fondo a cambio de mayor condicionamiento, el profesor de la Universidad de Columbia hizo, hace diez días, una presentación detallada sobre el tema en Ginebra antes las Naciones Unidas. En línea permanente con Matías Kulfas, sus propuestas parecen haber convencido a Fernández.

 

 

 

ENTRE STIGLITZ Y LA DEUDA. Pese a que se lo menciona desde hace dos semanas en todas las conversaciones, de Guzmán se sabe poco y mucho de lo que se dice es errado, producto del desconocimiento o de la mala fe. Fanático de Gimnasia y Esgrima La Plata, cuando la crisis de 2001 hacía volar al país por los aires, Guzmán comenzaba a estudiar Economía en la UNLP. Doctorado más tarde en la Brown University, una institución de élite en el noreste de Estados Unidos, vive en el exterior desde hace 11 años y viene a la Argentina todos los años para dar cursos como profesor en La Plata y en la UBA.

 

Trabaja desde hace siete años con Stiglitz en la Universidad de Columbia. Están a una oficina de distancia, hablan todos los días y comparten la sala de reuniones.

Sin experiencia en la función pública, el economista que ahora suena fuerte como parte del equipo económico del presidente electo trabaja desde hace siete años con Stiglitz en la Universidad de Columbia. Según pudo saber Letra P, están a una oficina de distancia, hablan todos los días y comparten hasta la sala de reuniones.

 

Hace unos días, Stiglitz y Guzmán estuvieron juntos una semana en París, donde participaron de un taller de crisis macroeconómica con profesionales de alto nivel, algunos de la élite académica y otros con experiencia en la función pública. Sin embargo, en Puerto Madero, aclaran que Stiglitz nunca habló con Fernández y que Guzmán llegó por otro lado a convertirse en una pieza clave. “Discuten mucho, construyen teoría, escriben juntos y también intervienen en países en casos concretos. En materia de Argentina, la autoridad es Martín y el que pregunta es Stiglitz”, afirma un economista que conoce el vínculo entre el argentino y el Premio Nobel. Son coautores de libros, artículos y publicaciones.

 

 

 

LA PLATA DEL FONDO. La tesis de Guzmán es opuesta a la que plantea Martín Redrado, hasta hace poco con llegada preferencial a Fernández. De acuerdo a un trabajo que presentó a principios de noviembre, el ex presidente del Banco Central propone avanzar con un Extended Fund Facility, un programa que incluye un nuevo acuerdo con el Fondo para recibir desembolsos extra y ganar más tiempo a cambio de comprometerse a llevar adelante las reformas de ajuste que el peronismo fernandista no quiere hacer.

 

Guzmán tuvo en los últimos dos meses tres encuentros importantes con miembros del Frente de Todos: con Sergio Massa en Manhattan, con Juan Manzur en Tucumán y con Kulfas en Buenos Aires. A los tres, les planteó la inviabilidad de la salida a la uruguaya, les aclaró que la plata del Fondo es perjudicial si va destinada al pago de deuda y les advirtió que, para solucionar la crisis, será necesario un reperfilamiento más complejo, lo que fue interpretado como una quita más agresiva. De los tres, el más interesado en su punto de vista fue el economista del Grupo Callao, que acompaña a Fernández a todos lados y aparece con un cargo asegurado en el gabinete.

 

 

 

Según dicen en el albertismo, Kulfas y Guzmán incrementaron en las últimas semanas el trabajo conjunto a un ritmo acelerado y son aliados para la etapa que viene. “Repasaron cada número y cada detalle. Tienen una relación de respeto profesional”, afirma un vocero del Frente de Todos. El portal El Destape dio por hecho, el jueves último, que Kulfas será ministro de Economía y Guzmán, secretario de Hacienda.

 

Según pudo saber Letra P, Guzmán contradice a los formadores de opinión que sostienen que Fernández rechaza la plata del Fondo porque saben que no se la van a dar. En eso, solamente, parece coincidir con Redrado, que plantea un nuevo acuerdo que incluye futuros desembolsos.

 

El discípulo de Stiglitz está entre los que piensan que el organismo quiere aumentar su injerencia en Argentina y está dispuesto a prestar, pero bajo determinadas condiciones que implican un mayor ajuste. En su presentación ante la ONU, aseguró que, si el Fondo tuviera una visión desarrollista -que no tiene-, el país podría aceptar nuevos créditos, pero para desarrollar infraestructura y aumentar la producción en el sector transable, lo que permitiría generar dólares en una economía sedienta.

 

 

 

LOS CONTACTOS. De estrecha relación con Lammens, el argentino, que además dirige en Columbia un programa sobre reestructuración de deuda soberana, apareció mencionado como alfil de Massa en Nueva York. La realidad es bastante distinta. Se vieron dos veces en los últimos dos años y tuvieron un vínculo constructivo, pero no están en contacto permanente ni aparecen enrolados juntos de cara a la etapa que viene. Al contrario, todo indica que Massa promociona a Redrado, el economista que lo acompañó en la experiencia del Frente Renovador. Un dirigente del gabinete de Fernández que conoce a Guzmán descartó por completo ante Letra P la posibilidad de que el discípulo de Stiglitz sea funcionario de un ministerio de Economía conducido por el ex intendente de Tigre, una de las tantas versiones alocadas que circularon en los últimos días. “Eso es subestimar el carácter de Martín”, aseguró.

 

Kulfas y Guzmán incrementaron en las últimas semanas el trabajo conjunto a un ritmo acelerado y son aliados para la etapa que viene. “Repasaron cada número y cada detalle".

La especialidad del economista platense al que algunos consideran “el tapado” de Fernández es la macroeconomía, pero en especial las cuestiones de inestabilidad y los casos de resolución de crisis de deuda soberana.

 

Entre sus relaciones en Argentina, no sólo están Kulfas y el fernandismo. Además, aparece un vínculo estrecho con el reconocido economista Daniel Heymann, el investigador de la Universidad de Buenos Aires que lo incorporó como parte de los cursos anuales de la UBA. También, un entendimiento especial con Sergio Chodos, ex secretario de Finanzas, ex director del Banco Central y ex representante argentino ante el Fondo, que -como Guzmán- conoce bien la lógica de los actores con los que Fernández deberá negociar. Esa información puede ser clave para la reestructuración a tres bandas del gobierno argentino con los bonistas y el organismo que ahora preside Kristalina Georgieva.

 

 

 

Coautor de varios libros con Stiglitz y otros economistas, Guzmán además es Senior Fellow no residente del Centre for International Governance Innovation (Cigi), un instituto canadiense sin fines de lucro creado por el gobierno de Canadá y uno de los fundadores de BlackberryJim Balsillie. Exhibe lazos con congresistas de Estados Unidos y conoce como pocos a los fondos de inversión que ahora reclaman al gobierno de Fernández cobrar la deuda monumental que incubó Macri.

 

Muy respetado a nivel académico, el economista nacido en La Plata afirma que no sobra tiempo para resolver el problema de la deuda. Pero remarca que la negociación “liviana” que recomienda el mercado sería un arma de doble filo porque no despejaría el horizonte del próximo gobierno y terminaría, tarde o temprano, en mayor ajuste y una crisis todavía más explosiva. Guzmán coincide, además, con la tesis que ya enunció el presidente electo: el Fondo, que apostó todo a Macri y al ajuste, ahora debe asumir su propio fracaso.

 

Alberto Fernández.
Jorge Macri y Javier Milei

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