ELECCIONES 2019. escenarios

Posse, por la revalidación del poder en San Isidro

El año próximo cumplirá 20 como intendente de ese distrito bonaerense y su apellido, 36. Habilitado por Vidal, buscará otro mandato. Enfrente, fuego interno y un vecinalismo cercano a Cambiemos.

Desde el advenimiento de la democracia, San Isidro ha sido conducida por una dinastía. La familia Posse ha logrado sortear los distintos turnos electorales y las fricciones internas y mantener el apellido en el máximo lugar al que un dirigente político puede aspirar a nivel distrital. A los 55 años, Gustavo Posse  vuelve a cepillar su traje de candidato, jugada que no por conocida será fácil. En el zaguán del 2019 y ubicado en el primer lugar del podio, el jefe comunal no sólo deberá consumar estrategias para anestesiar la proyección de la oposición, sino reposicionarse en la danza de nombres que pugnan por un lugar en las nóminas de Cambiemos.

 

La primera vez que San Isidro acompañó con su voto la propuesta de un Posse, el actual intendente aún no había nacido. En 1958, Melchor Posse, padre de Gustavo, asumía su primer mandato como jefe comunal, a los 25 años, anotado en la entonces Unión Cívica Radical Intransigente. Tras concluir el mandato, se abocaría a su profesión de médico y recién volvería con una propuesta similar en 1983, acompañando el proyecto que encabezó Raúl Alfonsín.

 

A 14 años de la muerte de mi padre Melchor, gran pediatra y dirigente político, mi familia y yo lo recordamos con mucho cariño. #MelchorPosse #SanIsidro #Aniversario #Padre #Médico #Político #Vecino #Amigos

 

Publicado por Gustavo Posse en Martes, 16 de enero de 2018

 

Con dieciséis años consecutivos al frente del municipio, en 1999 es convocado para integrar la fórmula a la gobernación que encabezaba Graciela Fernández Meijide para la Alianza. El acuerdo de su candidatura incluyó la postulación de su hijo en San isidro, quien ya había cumplido distintas funciones en el gabinete local y había alcanzado una banca en la Cámara de Diputados provincial en 1995, mientras en simultáneo despuntaba su pasión por el automovilismo.

 

En diciembre del próximo año, se cumplirán 20 años del día en que Gustavo Posse juró por primera vez como intendente; dos décadas en las que su posicionamiento político logró acomodarse a la coyuntura partidaria, llegando a adecuar su origen radical a propuestas que, en los últimos mandatos, van desde el kirchnerismo hasta el macrismo, pasando por el massimo.  

 

 

 

Los más de 96 mil sanisidrenses que volvieron a elegir su propuesta en 2017 no evitaron las grietas en el oficialismo y la aspiración de dirigentes de Cambiemos de disputarle el sillón el próximo año. Para sondear el origen y el reposicionamiento de nuevos nombres, hay que revisar los últimos movimientos de Posse, único responsable de engrosar la cantidad de adversos.   

 

LA JUGADA QUE ROMPIÓ EL FRENTE. A principios de 2015, Posse firmó el acta de defunción al acuerdo tejido con Sergio Massa; acuerdo que no pudo cajonear la histórica rivalidad con la familia Galmarini. El rompimiento con el Frente Renovador lo volvió a acercar al entonces jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, viejo amigo y socio partidario.

 

En el marco de aquel nuevo acuerdo, sostuvo su candidatura a gobernador bonaerense, postulación que había nacido cuando aún respondía a Massa. Las primeras declaraciones como socio de Macri lo ubicaron como el candidato radical que le disputaría la interna a la entonces ministra de Desarrollo Social del Gobierno porteño, María Eugenia Vidal.

 

 

 

Su postulación en la provincia sería el primer chispazo que, con el correr de los meses, haría explotar el vínculo con Carlos Castellano, entonces presidente del Concejo Deliberante y hombre de confianza. Su proyección para ser quien reemplazara a Daniel Scioli en la administración provincial ubicó a Castellano como sucesor en el municipio.

 

Sin embargo, luego que el radicalismo sellara un acuerdo electoral con el PRO y la Coalición Cívica, Posse bajó su candidatura. “Pasa el tiempo y vemos que el oficialismo se fortalece, sus candidatos se definen, arman acuerdos y suman dirigentes. Mientras tanto, la oposición permanece desunida. Por esa razón, dejo de lado mi candidatura a gobernador, con el objetivo de no ser un obstáculo en el armado que llevan adelante el PRO, la UCR, la Coalición Cívica, Espacio Abierto, partidos vecinalistas, independientes y otras fuerzas del campo democrático”, expresó Posse al anunciar que ya no competiría por la provincia.

 

 

POR LA UNIDAD DE LA OPOSICIÓN, DEJO DE LADO MI CANDIDATURA A GOBERNADOR Desde hace más de un año recorro, como...

 

Publicado por Gustavo Posse en Viernes, 15 de mayo de 2015

 

QUIEBRE CON CASTELLANO. La decisión se llevó puestas las intenciones de Castellano de cumplir con su primera experiencia electoral como candidato a intendente. “Asumo el desafío de la intendencia como si fuera la primera vez", señaló Posse en el acto de lanzamiento de su última candidatura. El premio consuelo para el concejal fue encabezar la lista de aspirantes al Concejo Deliberante y conservar su lugar como presidente del cuerpo.

 

El costo de aquella jugada comenzaría a sentirse en diciembre de 2017, cuando Posse fracasó en su intento por desplazar a Castellano del sillón del deliberativo para poner a un nuevo hombre de confianza en ese cargo. El dirigente en cuestión fue, hasta su salida de la Presidencia, una de las figuras más importantes del possismo, no sólo por el acompañamiento a la familia, desde la gestión, durante más de 30 años, sino por la amistad con el actual intendente. En 2014 asume la titularidad del cuerpo, tras cumplir distintas funciones en el gabinete de Melchor y Gustavo Posse.

 

 

 

“Desde el año 2011 nos veníamos planteando con Posse la necesidad de avanzar con cambios y renovaciones en el proceso político de San Isidro y, si bien no se pudieron concretar, eran necesarios. Eso que era charlado en privado seguramente empezó a incomodar a Posse, quien habrá visto que se ponía en riesgo su estilo de conducción”, dijo a Letra P Castellano tras ser corrido por el propio intendente de la Presidencia de Concejo luego de que el concejal expresara su enojo por el traspié de su candidatura.

 

Castellano consideró que la actitud de Posse buscó “disciplinar a aquellos que éramos críticos y teníamos una voz de cambio. Sigo pensando que San Isidro necesita una renovación”.

 

La estocada que clausuró el vínculo entre Posse y el concejal tuvo dos capítulos. El primero fue en diciembre del año pasado, cuando el intendente intentó imponer al Andrés Rolón, último cabeza de lista de la elección 2017, como presidente del cuerpo. La jugada fracasó ante el rechazo de los ediles de la oposición y de algunos miembros del interbloque Cambiemos. El segundo, en mayo. La caída de la anterior maniobra aceleró las negociaciones del oficialismo con la oposición, hasta que, finalmente, el jefe comunal logró el apoyo de los representantes del PJ y del Frente Renovador. Estos últimos, alfiles de  Marcela Durrieu, suegra de Sergio Massa y ferviente opositora del possismo.

 

Al final de la sesión, Posse se hizo presente en el recinto y, con un apretón de manos, bendijo a Rolón al frente del deliberativo y le puso fin a su vínculo político con Castellano.

 

 

 

“Desde hacía un tiempo, Castellano venía marcando diferencias con la gestión; eso se fue notando en forma tenue en 2017 y se profundizó a fines de ese año. Hubo reuniones entre ellos tratando de buscar acuerdo, pero no fue posible”, señaló a Letra P el concejal possista Pablo Fontanet y consideró que el recambio de autoridades en el HCD era necesario “para que hubiese sintonía entre los dos departamentos”, Ejecutivo y legislativo.

 

Consultado si las fricciones entre el intendente y Castellano surgieron en 2015 ante el cambio de candidaturas, señaló: “El mejor candidato era Posse y eso mismo me lo dijo Castellano en una reunión. ‘Lo mejor es que yo me baje y que Gustavo sea el candidato, porque nos garantiza el triunfo’, me dijo. Lo que sintió él a partir de ahí lo desconozco”.

 

NEGOCIACIONES. Quebrada la sociedad entre Posse y Castellano, el oficialismo asestó un último golpe para rearmar su juego en el Concejo Deliberante, ante la mayoría que antes ostentaba. Como coletazo de aquellas sesiones de rechazo y acompañamiento a las nuevas autoridades, el possismo dio de baja más de 130 contratos de trabajadores del Concejo que cumplían distintas tareas en los bloques.

 

“Se busca un disciplinamiento hacia adentro y hacia afuera, apuntando a los que tenemos una mirada crítica”, dijo Castellano a este portal y detalló que los despidos impactaron en las fuerzas que no respaldaron la postulación de Rolón como presidente; es decir, la vecinalista ConVocación, al armado del concejal radical Carlos Junco, al de su par del PRO Rodrigo Seguín, a la bancada de Unidad Ciudadana y a su monobloque.

 

 

 

Las bajas no se sintieron en el peronismo, dado que acompañaron los cambios. “Fue un mandato del PJ de la provincia. Orgánicamente nos ha pedido que respetemos a la mayoría que ha ganado en la elección del año pasado”, argumentó el justicialista Juan Ottavis al apoyar la decisión de Posse. Consultado por Letra P, su par de bancada, Fabián Brest, aseguró que, si bien en “diciembre se consensuó una presidencia, luego se cambió en función de la costumbre de las fuerzas políticas de acompañar el Concejo a quien ganó el distrito”. El concejal, que responde al armado de la familia del fallecido ex gobernador bonaerense Antonio Cafiero, consideró que “el problema de fondo es la interna que tiene Cambiemos”.

 

Los despidos terminaron en unas nuevas negaciones para posibilitar las reincorporaciones. Unidad Ciudadana tomó el Concejo y logró que el plantel cesanteado volviera a sus lugares de trabajo. Además, el kirchnerismo alcanzó el respaldo para que el crítico concejal Marcos Ciani se quedara con la vicepresidencia del cuerpo. Los medios locales, además, hacen hincapié en el acompañamiento de este bloque a expedientes posisstas que, en otros momentos, hubiesen cuestionado.

 

FUEGO INTERNO. La disputa con Castellano no sólo quebró el armado oficialista alineado con Cambiemos, sino que puso sobre la mesa las intenciones de ambos actores de anotarse para las próximas elecciones.

 

Si bien el concejal dirá que “es muy pronto para hablar de candidaturas” y que está abocado a “construir un espacio que marque en términos políticos un cambio, sumando distintas miradas como idea original de cambiemos”, claramente aún no descartó esa idea que acarició en 2015.

 

Como en aquella elección, en el oficialismo dirán que el mejor candidato oficialista es Gustavo Posse. “El intendente es el mejor candidato que tenemos. Tengo trato a diario con él y noto que tiene las mismas ganas y fuerzas que un intendente nuevo. Está permanentemente proyectando nuevas obras, trabajo y le da fortaleza a todo el equipo que lo rodea. Lo veo con ganas. Un periodo más de gestión coronaría muchas obras que hoy están en desarrollo”, señaló Fontanet.

 

El concejal le restó importancia al corte de boleta en la última vuelta electoral e hizo hincapié en la amplia diferencia con el espacio que quedó en el segundo lugar. Con el mismo fervor le bajó el tono a las posibles adversarios internos en las próximas elecciones. “Somos parte de un frente integrado por diferentes fuerzas. En 2015, Posse fue candidato producto de las PASO. Si en 2019, hay alguno otro dirigente que quiere confrontar y piensa que tiene condiciones, se buscará la unidad y, si no se logra, lo mejor es ir a la PASO para que la ciudadanía elija. Yo no tengo dudas que, nuevamente, el elegido será el actual intendente”.

 

Según supo Letra P, en la jugada podría acompañarlo el diputado provincial Walter Carusso  encabezando la lista de concejales para proyectarlo como candidato a intendente en 2023, cuando Posse ya tenga vedada esa posibilidad por la ley que limita las reelecciones. En su armado, también podría tener un rol importante su hija, Macarena Posse, quien, tras tener su primera incursión electoral en 2017,  renunció a su lugar como consejera escolar, en una demostración de respaldo a la política antinepotista aplicada por Mauricio Macri, pese a que no involucraba cargos electivos.

 

 

 

La participación de Posse en distintos espacios políticos lo corre del lugar de “intendente puro” o “propio” en las filas de Cambiemos, posición que ha posibilitado que otros dirigentes del espacio vean permeable un escenario de interna, contexto que se desdibuja en distritos donde el origen del jefe comunal es amarillo.

 

Como indicó Fontanet, en 2015, Posse tuvo que superar la PASO para jugar en octubre. En aquella ocasión, se enfrentó con el ex ministro de Justicia y Seguridad del Gobierno porteño y actual diputado nacional Guillermo Montenegro y lo superó por más de 24 puntos. Tras el primer fracaso electoral, el funcionario macrista levantó sus aspiraciones políticas de su terruño y las mudó a la ciudad de Mar del Plata, donde la gobernadora María Eugenia Vidal quiere instalarlo para arrebatarle, el año próximo, el municipio al polémico Carlos Arroyo.  

 

Eliminado Montenegro del escenario local, aparecieron nuevos nombres con ganas de disputarle el lugar a Posse. “En Cambiemos todavía no hay candidaturas, se están haciendo recorridos de gestión por el norte en general”, señalaron a este portal fuentes del entorno del secretario de Seguridad de la Nación, Eugenio Burzaco, ante las versiones de que el funcionario nacional podría ser el candidato del macrismo en las próximas elecciones.

 

En la danza de nombres también aparece Martín Voss, secretario de Relaciones Institucionales y Comunicación del PAMI; ex militante kirchnerista, muy cercano a Carlos Regazzoni. Si bien es un funcionario que en lo local responde a Posse, un sector del PRO busca posicionarlo en el distrito.

 

En la lista de posibles aspirantes aparece, además, Ramón Lanús, titular de la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE) y responsable del Registro Nacional de Barrios Populares (Renabap). Fue candidato a concejal en la lista que en 2015 encabezó Montenegro y, si bien integró la nómina final de Posse, no ingresó al Concejo. Una entrega de certificados de viviendas en villa La Cava enojó al jefe comunal, que, vía institucional, no dudó en cruzar al funcionario pese a su pertenencia a Cambiemos.

 

 

SAN ISIDRO CALIFICA DE IRRESPONSABLE A RAMÓN LANÚS Bajo la apariencia de una buena noticia, como es la entrega de...

 

Publicado por San Isidro Mi Lugar en Martes, 5 de diciembre de 2017

 

Para Lanús, el corte de boleta del año pasado es “una señal de alerta o un llamado de atención” de los sanidrenses sobre la gestión de Posse, señaló a Zona Norte Diario. Hace algunas semanas, recorrió San Isidro repartiendo volantes. "Soy Ramón Lanús, un vecino de San Isidro que trabaja hace más de 10 años en el equipo de Mauricio Macri, y estoy convencido de que hay cosas por hacer para que vivamos cada vez mejor en nuestro barrio", decía el panfleto en el que se invitaba a los vecinos a participar de reuniones para escuchar “ideas, experiencias e inquietudes".

 

Las visitas de la gobernadora y las reuniones con el intendente han sido leídas por el oficialismo como un respaldo a su gestión ante las crisis internas en la tropa possista y la aparición de posibles competidores dentro de Cambiemos. De cara al 2019, la administración bonaerense podría focalizar toda su estructura en ampliar la tropa en territorios conducidos por adversos y dejar que en distritos pintados de amarillo jueguen intendentes propios o socios, como el caso de San Isidro.

 

 

 

EL VECINALISMO NO POSSISTA. En los últimos comicios, la lista vecinalista ConVocación ha ido escalando posiciones en los resultados electorales. Los números no sólo los han acercado al oficialismo, sino que han relegado en lugares posteriores al peronismo y el massismo, históricos opositores del possismo.

 

Si bien en octubre de 2017 la lista oficialista se puso al frente superando en más de 26 puntos a ConVocación, el corte de boleta favoreció a la fuerza vecinalista que, a diferencia del resto de los espacios políticos, ha ido creciendo en cantidad de votos.

 

ConVocación nació tras la primera asunción como intendente de Gustavo Posse. Entre sus fundadores se encuentra Luis Riva, quien desde agosto de 2017 se desempeña como interventor de la Dirección de Fabricaciones Militares, dependiente del Ministerio de Defensa, a cargo de Oscar Aguad. Riva es quien selló el cierre de la fábrica de explosivos emplazada desde octubre de 1946 en el distrito bonaerense de Azul y dejó en la calle a 220 trabajadores.

 

 

 

En las filas de ConVocación, hoy integra el comité directivo Segundo Carafi, un joven que en su momento no escondió su simpatía por la última dictadura militar. Ferviente activista por la liberación de genocidas presos, marchó junto a Cecilia Pando; gesto que derivó en su renuncia al Ministerio de Desarrollo Urbano, donde cumplía funciones. “Ahora se está llevando a cabo la sentencia de la Causa ESMA 3. La mentira, la venganza y el odio triunfaron en nuestra sociedad, que sigue condenando a quienes lucharon contra el terrorismo”, señaló hace un tiempo en las redes sociales, reivindicando los años de plomo. También buscó que la gobernadora bonaerense derogara la ley anti-negacionista, que reconoce a los 30 mil desaparecidos y que fue aprobada el año pasado por la Legislatura bonaerense: “Intentar callar con una ley la voz de muchos argentinos que opinan distinto a la versión popular de los últimos años que habla de ‘los 30.000 desaparecidos’; es atentar contra los valores más profundos de la República”, sostuvo Carafí en la página de change.org, donde subió su petición.

 

 

 

ConVocación por San Isidro se presenta como un partido de impronta joven, que interpela a la participación de la ciudadanía en política, aunque su matriz ideológica posee un marcado perfil católico entrecruzado con vetustas propuestas económicas. En 2003, logró colocar los primeros concejales en alianza con Recrear, espacio referenciado en Ricardo López Murphy, ex ministro de Economía del gobierno de Fernando de La Rúa.

 

Otro de los componentes que configuran los rasgos identitarios de este partido es su definida oposición al actual intendente de San Isidro.

 

Desde 2008, ConVocación trabajó articuladamente en el Concejo Deliberante en un interbloque con Unión-PRO. Pero en 2011 se reflotaron los resquemores con el Ejecutivo municipal cuando el denarvaísmo se unió al possismo.

 

En la actualidad, desdibujado el denarvaísmo de la escena política, el tironeo es en torno a Cambiemos. Desde el espacio, sostienen que la distancia con el frente electoral es la participación de Posse. En los últimos comicios no les fue nada mal: se ubicaron en segundo lugar con casi 20% de los votos, obtuvieron tres bancas y construyeron, así, un bloque de cinco integrantes. 

 

“Hay posibilidades (de alianzas) con Cambiemos, pero no sucederá mientras esté Posse”, remarcó a Letra P el presidente de bancada, Manuel Abella Nazar.

 

 

 

La posición crítica hacia el oficialismo los puso en la vereda de enfrente ante los últimos cambios en el Concejo Deliberante. “Vimos con preocupación esos movimientos, porque hubo una clara intervención de hecho del intendente”, dijo el edil y agregó que a esa a jugada hay que sumarle “la suspensión por decreto de la sesión siguiente al recambio de autoridades, que se hizo sin razones y de manera unilateral; el rechazo al proyecto de la oficina de anticorrupción -que ponía el control en la oposición- y la baja de todos los contratos de los asesores de los bloques opositores”.

 

En agosto de este año, ConVocación definirá su candidato a intendente para los comicios del próximo año en elecciones internas. “Hasta ahora hay un solo candidato”, completó a este portal el concejal, en referencia a Marcos Hilding Ohlsson, licenciado en Economía egresado de la Universidad Católica Argentina, secretario político del Comité Directivo del espacio.

 

Hilding Ohlsson, que fue concejal entre 2009 y 2017, forma parte del grupo de investigadores que integran la Fundación Libertad y Progreso, que en 2016 publicó la segunda edición del libro “Progresar en libertad. Propuestas para salir de la decandencia”. Además, integra la fundación cristiana Pasando La Antorcha, la Fundación Universitaria del Río de La Plata (FURP) y la Fundación RAP- Red de Acción Política, que reúne a dirigentes políticos de distintos orígenes partidarios, como la vicepresidenta Gabriela Michetti, el gobernador salteño, Juan Manuel Urtubey, y su par santafecino, Miguel Lifschitz, entre otros.

 

En las filas del armado vecinalista son optimistas respecto a la proyección política que tiene el espacio, aunque no desconocen que el poderío de Posse será muy difícil de desraizar. 

 

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Maximiliano Pullaro y tres de sus ministros, en su encuentro con la Corte Suprema, diez días atrás. (Foto: X @josegraells)

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