BIO. Nació en Tandil el 9 de septiembre de 1979. Se recibió de licenciado en Economía a los 22 años en la Universidad de Buenos Aires. Luego cursó la maestría en Economía en la Universidad de San Andrés. Comenzó en la política como asesor del ex gobernador de Mendoza Celso Jaque, a quien acompañó en su gestión como subsecretario de Gestión Pública y responsable de la Unidad de Financiamiento Internacional. En 2008, Cristina Fernández de Kirchner lo designó como director del Banco Hipotecario en representación del Estado. Un año después, con apenas 29 años, la ex presidenta lo nombró director ejecutivo de la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses), y tuvo a su cargo la caja pública más importante del país hasta el fin del gobierno kirchnerista. En diciembre de 2015 asumió como diputado nacional por el Frente para la Victoria. Un mes y medio después, en febrero de 2016, abandonó el espacio junto a otros 11 diputados y formó el Bloque Justicialista, con duras críticas a la conducción de CFK. Sin más relación con el kirchnerismo, es uno de los principales referentes del peronismo federal en la Cámara de Diputados.
-Luego de vetar la ley de Tarifas Justas, el Presidente preguntó si el peronismo había querido hacer una demostración de poder. ¿Fue así?
-Me parece que lo importante en la vida democrática y en la lógica parlamentaria es que no haya agresiones. Si uno cultiva el diálogo y quiere que sea un pilar de la democracia para que las políticas públicas sean sustentables en el tiempo, lo que tiene que haber por parte de todos los actores es generosidad, diálogo, no agresión y no descalificación. Me parece que cuando el Presidente califica el proyecto de esta manera lo que hace, justamente, es retroceder en algo que era importante: la posibilidad de que hubiera diálogo.
-¿Pero el peronismo estaba discutiendo otra cosa, además de las tarifas?
-No estábamos discutiendo gobernabilidad y lo dijimos desde el primer día. Lo que discutimos es un problema concreto que tiene la sociedad argentina. Hay muchas familias, Pymes, trabajadores y jubilados que no llegan a fin de mes, que tienen una situación económica difícil. Y en ese contexto lo que planteamos fue una alternativa moderada, razonable, que estipulaba el aumento de tarifas en función de lo que aumenta el salario de la gente.
-Pichetto dijo que lo que el Congreso quiso hacer fue enviar un mensaje político. ¿Cuál es el mensaje?
-Siempre apostamos a la expresión política de uno de los poderes del Estado, que es el Congreso, y a sentarnos en una mesa a trabajar temas concretos. Cuando el Presidente no ahorra ningún calificativo hacia nosotros yo le recordaría que somos los mismos que hemos trabajado un montón de leyes en el Congreso con absoluta responsabilidad.
El que cambió es el Gobierno, que dijo “ya está sacamos seis leyes, entramos en el proceso electoral, no nos interesa lo que opina el Congreso, van a venir las inversiones, vamos a crecer” y listo. No vinieron las inversiones, no crecimos y de un día para el otro nos desayunamos con que estamos en el FMI.
-El oficialismo plantea que el peronismo vio la oportunidad de endurecerse, ante cierta debilidad del Gobierno.
-Pero si hace tres meses el Gobierno decía que había triple reelección, la de (María Eugenia) Vidal, (Horacio) Rodríguez Larreta y Macri. Y nosotros seguimos con nuestra agenda, que es la agenda de la gente. Hemos sido amplios en la construcción de un proyecto legislativo que no es sencillo. Con lo cual yo le pido al Presidente que se tranquilice. Que no se ponga nervioso, que no dramatice. El Congreso tiene facultades para trabajar sobre muchas cosas, entre ellas tarifas. Entonces, tiene dos opciones: o le da la espalda al Congreso nacional o se ocupa del tema. Y ahí entra el mensaje de Pichetto. No es un mensaje de poder, es el mensaje de que nos preocupa el tema tarifario. Dicen que afecta el Presupuesto que votamos. ¿Cuál? ¿El del 8 y 10 por ciento de inflación para 2018? ¿Que quedó de esa inflación? ¿El del 20,4 del tipo de cambio a fin de año, que hoy ya es casi 26? ¿El del crecimiento del 3,5 por ciento cuando hoy cualquier economista dice que si no crecemos es un triunfo? Me parece que hay que tratar de no descalificar, de construir puentes políticos. Porque lo que viene implica requiere de una oposición que marque los temas que tiene que marcar y que trabaje con entusiasmo.
Bossio dice que en 2019 la construcción política tiene que ser "más amplia" que el peronismo.
-¿Cambió algo en la relación que tuvo el peronismo con Cambiemos a fin del año pasado y ahora?
-Para nosotros no. En enero hicieron un mega DNU que tenía un montón de inconsistencias y errores. ¿Qué hicimos? Nos arremangamos, trabajamos, cambiamos muchas cosas, pusimos un límite para que no se embarguen las cuentas sueldo, que no se puedan tocar los fondos de la Anses. Me parece que el que cambió es el Gobierno, que dijo “ya está, sacamos seis leyes, entramos en el proceso electoral, no nos interesa lo que opina el Congreso, van a venir las inversiones, vamos a crecer” y listo. No vinieron las inversiones, no crecimos, de un día para el otro nos desayunamos con que estamos en el FMI. El Presidente vino al Congreso el 1 de marzo a decir "lo peor ya pasó, estamos sólidos, nos abrimos al mundo" y de un día para otro resulta que estamos en el FMI. Entonces la pregunta no es a nosotros, es al Gobierno. ¿Qué le pasó para que haya habido una corrida cambiara, se hayan perdido 10 mil millones de reservas y se haya modificado el tipo de cambio?
.¿Es mala praxis?
-Impericia.
-En su discurso en el Senado, Pichetto planteó como uno de los problemas en el diálogo que el Gobierno hubiera "devaluado" a Emilio Monzó. ¿Se sintió eso en el Congreso?
-Emilio es una persona que siempre apostó a la construcción de puntos de encuentro, al diálogo, y eso facilita la actividad parlamentaria. Me parece que el Gobierno decidió renunciar a la política. Lo que pasó estos días es que perdió la política como capacidad de poder resolver un problema concreto. Si una ley termina en veto quiere decir que la política no tiene capacidad de encontrar una solución a un problema real.
-En varios de los discursos de los referentes de Argentina Federal en ambas Cámaras se dijo que el Gobierno rompió los puentes al haber tildado al peronismo de desestabilizador...
-(interrumpe) Y antidemocrático. Si hay en toda la historia un sector político que tuvo más muertos productos de la falta de democracia es el peronismo. Y (Elisa) Carrió dice que el peronismo es antidemocrático.
-Entonces, hacia adelante ¿cómo sigue la relación?
-Nosotros creemos en el diálogo como una virtud de la democracia. Pero ese diálogo tiene que ser sincero, franco, no desde la soberbia ni desde posiciones intransigentes o radicales. Ahora, frente a un problema como la inflación, una situación económica compleja, nosotros advertimos que la sociedad tiene problemas con las tarifas, planteamos el tema en el Congreso y solo recibimos descalificaciones, ¿de qué diálogo me hablan?
La única foto con otra figura pública que tiene Bossio en su despacho es con el Papa Francisco.
-El espacio del peronismo federal, del que usted forma parte y que acompañó en estos dos años y medio en muchas iniciativas al gobierno de Cambiemos, se plantea como alternativa para 2019. ¿Cuáles son sus principales diferencias en cuanto al planteo económico?
-Primero, acompañamos pero planteamos muchas diferencias, modificamos leyes, pedimos cambios. Luego, le hemos dicho al Gobierno en reiteradas oportunidades, y con más énfasis hace tres o cuatro meses, que había que cambiar el rumbo económico. Nosotros no creemos que las cosas se resuelvan con ajuste. Creemos que se resuelven desde un modelo productivo. Si vos no generás las condiciones para que la Argentina crezca no vas a resolver nunca los desequilibrios. ¿Cuál es la lógica del Gobierno? Ordeno las cuentas fiscales, ajusto, eso genera confianza en los acreedores externos, vienen y a partir de ahí se empieza a mover la economía. Nosotros vemos que ese caminito no funciona, que la causalidad es exactamente al revés.
-¿Cómo sería?
-Con la Argentina confiando en los propios argentinos, produciendo, aportando fuertemente a un modelo exportador. Nuestras exportaciones bajaron de 84 mil a 57 mil millones de dólares el año pasado. Tenemos que tener un volumen exportador que nos permita salir de esta trampa del subdesarrollo. Argentina necesita 11 mil millones de dólares para sostener la demanda de los propios argentinos en el extranjero. Entonces, tenemos que trabajar para que vengan más extranjeros, más turismo. Perú recibe cuatro veces más turistas extranjeros que la Argentina. Lo dijo el propio Luis Pagani (presidente del grupo Arcor), que le da tristeza que importemos tomate, cuando en Argentina vos tirás una semilla y crece en cualquier lado. Hay problemas con las empresas que producen pollo, los que producen vino, hay cientos de productores, hay talento. El tema es cómo lograr que la actividad productiva sea el verdadero motor del trabajo. Pero eso implica un Estado distinto, no preocupado en si el FMI o Wall Street nos van a solucionar los problemas. Y con esto no digo que no tiene que haber prudencia fiscal.
"Como ya dije una vez, no vamos a ganar haciendo la "V" o cantando la marchita. Vamos a ganar si somos capaces de generar una alternativa en sintonía con la sociedad, confiable, coherente, que resuelva problemas estructurales en el marco del desarrollo y la modernidad"
-Ante las críticas a su modelo, muchos dirigentes de Cambiemos, como Carrió, suelen decir que el peronismo gobernó muchos años y fracasó y entonces no tiene autoridad para señalar los problemas económicos. ¿Cómo responde a eso?
-Yo lo único que sé es que Cambiemos venía a pulverizar la inflación y resulta que es más alta que cuando la tomaron ellos. Había un déficit fiscal importante y hoy resulta que es más alto. Había un país desendeudado y ahora tiene deuda. Había un país que tenía la madurez de sostener un esquema democrático y de diálogo y hoy tenemos un presidente que lo único que hace es agredirnos. Hace 30 meses que el Gobierno lo único que hace es hablar del pasado y aumentar tarifas. Vendemos menos al exterior, somos menos competitivos. ¿La inversión extranjera directa es más alta con Macri que con el gobierno anterior? Tampoco. Entonces hay que tener más humildad, más respeto a la historia y a quienes hemos trabajado los temas. Nosotros no les vamos a decir lo que tienen que hacer o no. Tenemos una verdad relativa. Desde la legitimidad que nos da el habernos arremangado para trabajar y la autoridad moral que nos da el haber discutido todos los temas, le decimos al Gobierno que el camino que eligieron no es correcto.
"Lo que pasó el miércoles en el Senado, a diferencia de lo que dice Macri, reconcilia a la política con una demanda genuina de la sociedad."
-¿Cómo imagina la construcción del espacio federal para 2019?
-(Ríe y hace una pausa) Difícil. Pero para los peronistas las cosas nunca fueron fáciles. Y esta vez tampoco. No tengo dudas de que en el marco de las preocupaciones que tenemos en la Argentina va a haber una alternativa, que seguramente va a ser mucho más amplia que el peronismo. Como ya dije una vez, no vamos a ganar haciendo la "V" o cantando la marchita. Vamos a ganar si somos capaces de generar una alternativa en sintonía con la sociedad, confiable, coherente, que resuelva problemas estructurales, en el marco del desarrollo y la modernidad. Eso requiere de visión territorial, mucho trabajo y los mejores cuadros políticos, que no necesariamente son los nacidos en el justicialismo o en una estructura partidaria.
-¿A qué se refiere?
-Tiene que ser mucho más amplio. Se puede convocar a dirigentes de otros espacios, hay gente que va a ir surgiendo, que viene de otros ámbitos y seguramente va a ir marcando su posicionamiento público. Miguel (Pichetto) está liderando un proceso de armado, está recorriendo las provincias y dando un mensaje público.
-Esas actividades comenzaron con el encuentro de Gualeguaychú y luego se suspendieron.
-Sí, creíamos que en el marco de una corrida cambiaria y de una discusión parlamentaria tan fuerte, con un gobierno que acude al FMI como prestamista de última instancia, con todas las dificultades, había que ser prudentes y oportunos. Ahora vamos a retomar esa agenda. El proceso de construcción va a continuar. Lo que pasó el miércoles en el Senado, a diferencia de lo que dice Macri, reconcilia a la política con una demanda genuina de la sociedad.
-En aquel encuentro de Gualeguaychú el peronismo dejó claro que su límite para 2019 son Cristina y La Cámpora. ¿El problema sería si Cristina quisiera ser candidata?
-No quiero discutir nombres. Me parece importante que haya una alternativa al gobierno del presidente Macri, que sea coherente, responsable, criteriosa, que rescate muchas de las cosas que se han construido en estos años en Argentina pero que ponga al país en un sendero de desarrollo. Ni siquiera es una cuestión de peronismo o no. Es mucho más amplio.
-Pero en algún momento van a tener que resolver el tema electoral.
-Sí, pero ahora estamos con otra lógica.
-No imagina un escenario de unidad con el kirchnerismo.
-Me parece que han elegido un camino distinto. Vi muchas declaraciones de ese sector de personas que decían que estaban contentas de que otros se hubieran ido a otros sectores políticos y que no querían la unidad si no pensaban como ellos. Me parece que el gran aprendizaje, el gran desafío es lograr acuerdos con los que piensan distinto. Los que piensan iguales se suben a un globo y van en ese globo. Hay que ser tolerantes y generosos. Si no, se complica. Fijate a Macri lo que le pasó estos días por el encierro del Gobierno en sí mismo.