Ley anti tarifazo

Crónica de la concreción del plan Pichetto, el verdugo impensado

El señor Gobernabilidad, endurecido con miras en 2019, condujo a la oposición para concretar, en la madrugada de este jueves y en sociedad tácita con CFK, un duro golpe al Gobierno en su peor hora.

Con el apoyo de la mayoría de los senadores del interbloque Argentina Federal, el cristinismo y otros bloques minoritarios, la oposición sancionó esta jueves por la madrugada la ley anti tarifazo y empujó al presidente Mauricio Macri a un veto anunciado, pero no por eso menos costoso ante la opinión pública. Pese a las presiones del Gobierno nacional, el peronismo reunió los 37 votos que necesitaba para “enviar un mensaje político” a la Rosada, en palabras de Miguel Ángel Pichetto, y dejó en claro que ya no está dispuesto a acompañar todas las iniciativas del Ejecutivo.

 

“Les pido no rompamos todo: estuvieron hasta último momento tratando de lograr que hoy no votemos esto. Si para ustedes eso es la política, bárbaro, pero no jueguen con fuego porque nos necesitamos todos”, disparó, sin medias tintas, el vicepresidente del interbloque Argentina Federal, Carlos Caserio, luego de decir que “el Gobierno se confunde” y cree que “además de dejarlo gobernar” el peronismo también tiene que “compartir los costos políticos de su mala gestión".

 

 

Las palabras de Caserio pusieron de manifiesto el clima que se vivió durante todo el día en el Senado donde, hasta minutos antes de la votación, se sucedieron un sinfín de rumores, que indicaban que la oposición podía perder la votación, que no tendría quórum, que el proyecto volvería a Diputados por la introducción de cambios en la discusión en particular o que algunos senadores habían cambiado su voto, sobre todo después de la inesperada partida del puntano Adolfo Rodríguez Saá, quien dejó el Palacio luego de haberse apuntado en las filas de los opositores.

 

 

 

La salida de Rodríguez Saá se compensó con la nueva vuelta que hizo el neuquino Guillermo Pereyra, quien tras decir que iba a votar a favor, luego pasó a afirmar que rechazaría el proyecto para volver finalmente a su posición inicial. Pero a medida que pasaban las horas surgían dudas en el seno del interbloque Argentina Federal, que pasó momentos de zozobra cuando comenzaron a surgir dudas en algunos de sus miembros, como la sanjuanina Cristina López Valverde, que finalmente se ausentó. La preocupación motivó el llamado urgente al ex presidente Carlos Menem, que hizo su entrada al recinto pasadas las 2.30, para sumar el voto número 37, que sería clave a la hora de la votación. Finalmente, cerca de las 3.30, cuando los votos se reflejaron en el tablero, quedó claro que Pichetto había tenido voluntad y logrado alinear a toda su tropa, con la única excepción del salteño Rodolfo Urtubey, que había avisado que votaría en contra. El voto positivo del peronismo incluyó también a los senadores Guillermo Snopek, Carlos “Camau” Espínola y Dalmacio Mera quienes, junto a Urtubey, habían firmado en “disidencia parcial” el dictamen de mayoría la semana pasada.

 

 

Mera, Espínola y Snopek habían firmado en disidencia parcial el dictamen pero votaron a favor del proyecto.

 

Varios factores habían contribuido a que el peronismo se unificara detrás de la ley, pese a las críticas que el proyecto tuvo hacia adentro y durante la misma sesión hasta último momento. El primero fue el anuncio prematuro del veto presidencial, que el oficialismo explica con la necesidad de darle señales del rumbo del Gobierno a los mercados internacionales en plena negociación con el FMI.

 

Otro fue la decisión de la Rosada de intentar negociar primero con los gobernadores y luego directamente con algunos senadores, pasando por encima de la autoridad de Pichetto.

 

A eso se sumaron las recurrentes acusaciones contra los dirigentes del llamado peronismo dialoguista, a los que varios actores de Cambiemos - con Elisa Carrió a la cabeza - tildaron de “desestabilizador” y “demagógico”. Eso ya había provocado la reacción del interbloque Argentina Federal en Diputados.

 

 

 

Por último llegó el mensaje del Presidente quien, casi en cadena nacional, se dirigió a los senadores del PJ y les dijo que “no se dejen conducir por las locuras de Cristina Fernández de Kirchner”, algo que el bloque pichettista leyó como una clara provocación. “Creo que el discurso del Presidente fue hasta agraviante con nosotros, y si encima nos amenazan con el veto eso inclinó nuestro pensamiento", graficó Caserio.

 

 

 

En ese contexto, lejos de generar el freno al proyecto, la seguidilla de acciones del oficialismo generó la “cohesión” del interbloque Argentina Federal, que salió a marcarle la cancha al Gobierno. “Hubo tiempo suficiente para que el oficialismo presentara una propuesta superadora. No lo hizo. Por lo tanto se ha decidido sancionar la ley”, explicó Pichetto una y otra vez, dejando en evidencia que la reacción del oficialismo había sido tardía e insuficiente. Ya en el recinto, el presidente del interbloque Argentina Federal se quejó de los “agravios constantes” del oficialismo y dejó en claro que no le agradaba “votar leyes para el veto porque implican un fracaso del Congreso” y que hubiera preferido “una propuesta razonable, inteligente” por parte del Ejecutivo pero que “nunca llegó”.

 

“Tómenlo con calma, desdramatícenlo. Argentina es un país complejo para gobernar”, dijo mirando a la presidenta de la Cámara, Gabriela Michetti. Al comienzo de su intervención, se había encargado de marcar distancia de Cristina Fernández de Kirchner, a quien el Gobierno intentaba dejar pegado. “Me parece importante discutir ideas, dejar de hacer referencias personales”, dijo en obvia alusión a Cristina, para luego criticar la emisión monetaria del kirchenrismo.

 

La ex presidenta también le había dedicado unas palabras al interbloque que conduce Pichetto, convertido en su impensado aliado circunstancial a la hora de derrotar al oficialismo. “Ustedes no pueden quejarse de la oposición que han tenido. Me acuerdo cómo eran ustedes cuando eran oposición nuestra. En 2010 nos dejaron sin presupuesto. Al menos hablen con los opositores que dicen que son racionales y lleguen a un acuerdo para que la sociedad no viva lo que está viviendo”, le dijo Cristina a Michetti.

 

 

 

Para entonces, el destino de la ley ya estaba sellado. Pocos minutos después, durante el discurso de Pichetto y por pedido suyo, Menem hacía su ingreso en el recinto. Con las ausencias de los misioneros Maurice Closs y Magdalena Solari Quintana, Rodríguez Saá, López Valverde y la santiagueña Blanca Porcel, la oposición reunía igual 37 votos y derrotaba al oficialismo, que contaba 30 y a esa altura solo esperaba que el trámite terminara lo más pronto posible para dar vuelta la página y que el tema de las tarifas deje de estar en la agenda mediática. Encuestas en mano y ante la inminente derrota en los pasillos del Senado este miércoles los dirigentes de Cambiemos se unían en un solo deseo: que empiece pronto el Mundial.

 

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