Desde que se conoció el posible recorte del 43% en el presupuesto destinado al Hospital “El Cruce” de Florencio Varela –uno de los efectores de salud más importantes de la provincia de Buenos Aires-, la espiral de rechazos fue incrementándose de manera significativa a la par de un silencio oficial. Una semana después de desatado el conflicto, y tras el masivo abrazo simbólico a este centro de Alta Complejidad, el Gobierno salió a desmentir ese fuerte ajuste y prometió a los médicos y profesionales que allí se desempeñan que se garantiza la totalidad de los recursos para el óptimo funcionamiento del hospital, además de la continuidad de los trabajadores contratados.
Pero durante los siete días en que el oficialismo tardó en salir a remarcar que “no es cierto” ese recorte, surgieron reproches en voz baja de funcionarios del gobierno de María Eugenia Vidal hacia la figura del ministro de Salud de la Nación, Adolfo Rubinstein.
No es la primera vez que Rubinstein despierta antipatías en el gobierno de Vidal. A principios de este mes, el ministro de Gobierno bonaerense, Joaquín De la Torre disparó munición gruesa contra el titular de la cartera de Salud nacional, luego de que éste último defendiera su posición a favor de la legalización del aborto en el marco de las jornadas de debate por el aborto legal en el Congreso de la Nación. "En vez de preocuparse tanto por lograr aplicar las excepciones del protocolo no punible, debería atender mejor sus obligaciones", había arremetido el funcionario provincial.
“Los recursos son de la Nación pero las quejas las recibimos nosotros”, se fastidió - previo a la resolución del conflicto- una voz del vidalismo más atenta en blindar la imagen de la mandataria bonaerense que en recordar que 30% del financiamiento para este hospital es responsabilidad del gobierno de la provincia de Buenos Aires. La manera en que el titular de la cartera de Salud nacional manejó el tema desde su aparición en la agenda mediática, fue uno de los disparadores del resquemor de funcionarios provinciales que despotricaron desde abajo –contra las autoridades del hospital colocadas por Salud, que fueron consignados como los responsables de anunciar el recorte - hasta la cabeza del ministerio.
No es la primera vez que Rubinstein despierta antipatías en el gobierno de Vidal. A principios de este mes, el ministro de Gobierno bonaerense, Joaquín De la Torre disparó munición gruesa contra el titular de la cartera de Salud nacional, luego de que éste último defendiera su posición a favor de la legalización del aborto en el marco de las jornadas de debate por el aborto legal en el Congreso de la Nación.
A la par, se advertían los dardos emanados por intendentes de la Tercera sección electoral (jurisdicción donde el hospital tiene un rol sanitario clave).
Que este tema erosione la relación con algunos caciques peronistas del principal bastión del conurbano que tienen un perfil “dialoguista” para con el gobierno de Vidal, fue tema de preocupación en los pasillos oficiales bonaerenses.
“Duele ver como dejan caer un hospital de alta complejidad, de gran excelencia. Pero esto recién empieza, desde la oposición vamos a generar ámbitos de debate sobre la salud pública”, aseguró días atrás Julio Pereyra, ex intendente de Florencio Varela y actual jefe del bloque de diputados provinciales “PJ Unidad y Renovación”, durante una conferencia de prensa en el que todo el arco opositor –dialoguistas y los más duros- unió fuerzas para arremeter contra el posible recorte presupuestario en El Cruce.
La posible repercusión política del conflicto –y sus alcances, de extenderse- fue algo de lo que tomó nota el vidalismo para comenzar a filtrar sus resquemores en oficinas nacionales. Ante la magnitud que comenzaban a tomar los reclamos, este jueves Rubinstein y su par bonaerense, Andrés Scarsi, se reunieron con una comisión de profesionales del hospital y garantizaron que se respetaría el presupuesto asignado -$2574 millones para su funcionamiento en 2018, de los cuales $1801 millones correspondían a la Nación y $772 millones a provincia. Bomba desactivada.
"Jamás hubo una instrucción, una directiva, ni nada que tuviera que ver con una reducción presupuestaria del 42%. Ahora, por qué las autoridades del Hospital El Cruce dijeron eso habría que preguntarles a ellos", señaló Rubinstein a La Nación. Como saldo del recorte que no fue, fueron removidos los directivos del centro de Alta Complejidad.