“Nosotros aportamos para formar ese bloque en su momento, pero ellos tienen un problema estructural grave: no tienen candidatos. Y los que tienen están más vinculados a lo viejo que a lo nuevo”, resumió un alto funcionario de la Casa Rosada en diálogo con Letra P. Su objetivo: bajarle el precio a la reunión que encabezó la semana pasada el senador Miguel Ángel Pichetto, en la ciudad de Gualeguaychú, con referentes del peronismo no kirchnerista, entre ellos los diputados Sergio Massa y Graciela Camaño, del Frente Renovador.
“Ellos se perdieron una oportunidad histórica en el comienzo de nuestro gobierno. Hay algunos políticos que son estrategas y otros que son más tácticos. Sergio ha demostrado ampliamente que es parte del segundo pelotón y eso explica que ahora integre ese encuentro de Gualeguaychú”, completó el escudero de la jefatura de Gabinete, que conduce Marcos Peña, en diálogo con este medio.
La lectura coincide con los razonamientos del ejército de funcionarios dedicado a estudiar la composición de la opinión pública y la evolución de las demandas estéticas y emocionales que Cambiemos intenta satisfacer desde la gestión. En el entorno presidencial, y especialmente en el de Peña, analizan que la cita de Argentina Federal en Entre Ríos, como el resto de las cumbres peronistas -como las anteriores de San Luis o Hurlingham- se inscriben en una lógica de la oposición jugando a su favor. O, dicho con ironía, que esas fotos pejotistas son "macrismo explícito".
Esa hipótesis de trabajo, que rosa los límites del microclima autosatisfactorio, estaría sustentada en los estudios que realiza la Casa Rosada, donde “el peronismo aparece más asociado a lo viejo, y Macri aparece relacionado a lo nuevo”, confió una fuente de ese espacio.
LA VISITA DE ERNESTO
En la batería de citas que no fueron enunciadas en el protocolo oficial,
el Presidente mantuvo encuentros con los titulares de YPF, con el Gabinete Económico junto al presidente del Banco Central,
Federico Sturzenegger. También hubo reuniones del jefe de Gabinete, Marcos Peña, con los ministros de Modernización,
Andrés Ibarra, y del Interior,
Rogelio Frigerio, además del encuentro de la mesa chica de Cambiemos. En el almuerzo con los socios menores de la alianza oficialista estuvo presente el ex titular de la UCR Ernesto Sanz. El mendocino, oriundo de San Rafael, no quiso hacer declaraciones a la prensa, pero su presencia podría justificar el silencio de los representantes radicales, que no hablaron con la prensa luego de la cita que mantuvieron con Peña y los representantes del PRO y la Coalición Cívica.
SONDEOS Y CERTEZAS. Esa idea de novedad, aclaran en Balcarce 50, no está relacionada con la evolución de la imagen presidencial, sino con la cosecha de preguntas clave para el Gobierno. Una de esas consultas, sin componentes previos que determinen la respuesta, es: “¿Quién encarna lo nuevo y quién lo viejo en la política?”. La incógnita es parte de la batería de preguntas que el Gobierno encarga a distintas consultoras, contratadas para aportar un mapa actualizado de opiniones en un año preelectoral.
Los contornos de esa información son parte de los argumentos que utiliza el Gobierno para limar la dimensión electoral del peronismo y minimizar las pugnas que determinan su interna. “Si ponderamos a ese espacio, por fuera del kirchenrismo, estaríamos diciendo que nos preocupa el peronismo unido. Y, la verdad, es que nosotros consideramos que estamos en condiciones de enfrentar el año que viene a todo el PJ, con el kirchnerismo adentro”, espetó otro funcionario envalentonado, del mismo sector, sobre las aspiraciones del oficialismo para el escenario de 2019.
PUJA TERRITORIAL. Aunque falta un año y medio para que comience la maquinaria electoral a funcionar, dentro de la Casa Rosada no sólo manejan amplios sondeos sobre percepción de la imagen del Gobierno, de la gestión y de los funcionarios mejor posicionados para aspirar a una candidatura. También barajan el “poroteo” territorial del oficialismo para este año.
“Los ejes para nuestros aliados son claros y estratégicos: defender la gestión, apostar a la reelección del presidente y organizar los territorios”, confió un operador de Cambiemos en referencia a la reunión que había realizado la mesa chica del oficialismo dentro de la Rosada con los representantes de la UCR y de la Coalición Cívica. En esa territorialidad en disputa, los integrantes del espacio Argentina Federal son vistos como “adversarios que trabajarán dentro de la agenda corta de este año, sin candidatos claros, y con un escenario de posible unificación que profundiza la polarización entre lo nuevo y lo viejo”.
Por fuera de esas caracterizaciones, dentro de Balcarce 50 pronostican un 2019 con elecciones a gobernador desdobladas de las presidenciales, donde la presencia territorial del oficialismo, a través de las visitas de Macri, buscará contrarrestar los armados distritales del peronismo. Para el Gobierno la clave de esa pugna pasa por los mandatarios provinciales, especialmente los peronistas, con quienes Macri busca reforzar el intercambio institucional desde el gobierno central. “En la primera reunión de los peronistas de Pichetto y Massa no hubo un solo gobernador. Ellos dicen que no es necesario que estén, pero nosotros tenemos otra interpretación, por lo tanto, donde ellos vayan, nosotros también”, disparó el hombre de Peña, mientras la Casa Rosada mantenía el ritmo febril de reuniones antes de la llegada del presidente español Mariano Rajoy.