El radicalismo, socio en el Frente Progresista que gobierna Santa Fe, se le plantaron al gobernador socialista Miguel Lifschitz y le avisaron que “ninguno” de sus legisladores le aprobará su proyecto de reforma constitucional, si antes no le introduce modificaciones.
Se reunieron en Rosario 16 de los 17 legisladores que deben levantar la mano en sesión a fin de que prospere el deseo del gobernador. El proyecto de reforma fue presentado de manera formal a principios de semana y todas las miradas se posarán ahora en la Legislatura.
Pero lejos de evidenciar un enfático apoyo a Lifschitz, el encuentro correligionario destapó malestares y broncas con el socialista. “Todos dijeron que al proyecto del gobernador ninguno lo votaba, así como vino no tuvo ni un voto”, sentenció el presidente de la UCR santafesina Julián Galdeano.
A Lifschitz no le alcanza con el voto de los legisladores radicales para tener la reforma. Requiere los dos tercios de cada una de las dos Cámaras, pero cuenta (¿contaba?) con los ojos cerrados las manos arribas de los socios frentistas como piso para luego ir a buscar los porotos que le faltan en otras bancadas.
¿Cuáles son las razones para el rechazo? “Hay motivos distintos, en el Senado hay una mirada más crítica acerca de los límites de mandatos, la paridad de género y la intransferibilidad de los servicios públicos. En Diputados no entramos en algún punto en particular, pero en general se dijo que aspiramos a que haya cambios”, explicó Galdeano, quien además de autoridad es diputado provincial y le tocará en su momento apoyar o no la reforma.
“A los senadores no les queda claro el alcance del articulado, si la limitante de mandatos aplica para concejales y comisiones comunales, si es a partir de ahora o retroactivo, porque puede ocurrir que muchos podrían no ser candidatos. No queda claro. En el fondo el temor es que la paridad se aplica para el cuerpo. Estás obligado como candidato varón o candidata mujer a llevar del otro sexo tu suplente, pero podés llegar al Senado con 19 varones y que te sorteen a ver quién le toca el cupo, la paridad”, razonó Galdeano.
No es una negativa intransigente. Pero es la demostración más cabal de que para lograr su cometido, antes de negociar con el peronismo y el PRO, Lifschitz tendrá que contener y seducir a los radicales.
Galdeano y algunos de los suyos habían tenido el privilegio de acceder a un “borrador” antes de que sea compartido con los partidos opositores ¿Qué pasó en el medio? ¿Tan diferente fue el “borrador” a lo que finalmente presentó el gobernador? “Lo que han incorporado desde el borrador hasta ahora es la instransferibilidad de servicios públicos y la Caja de Jubilaciones. Nos lo entregaron, pero no tuvimos nunca una instancia para conversar. A mí me lo dieron, pero nunca hubo una reunión o espacio de debate”, se quejó el presidente de la UCR.
En el cónclave que se realizó la semana pasada, con autoridades de todos los partidos con representación parlamentaria, el gobernador dijo que “nada era cerrado” y pidió “que se debata en la Legislatura”. Por lo pronto, “así no sale”, le avisaron desde el radicalismo.
Lifschitz, ya lo dijo, aspira a tener el proyecto aprobado entre mediados y fines de mayo. Pero Galdeano, de ascendencia en el partido, tiene otros planes. “Podemos llegar con mucha suerte a fines de mayo con el proyecto tratado, pero no aprobado, hoy no veo que tenga los dos tercios en Diputados y hay serias dificultades para cambiar algunas opiniones”, avisó el diputado.