“Está distinto, nunca lo vimos así”, se sorprendieron los madereros una vez concluída la reunión de la mesa foresto-industrial. El presidente Mauricio Macri se mostró ante empresarios luego del G20 y confirmó que la organización exitosa de la cumbre le modificó el humor y la autoestima, que venía golpeada por los yerros en la política doméstica. “Hasta nos levantó a nosotros”, contaron en el entorno del secretario de Agroindustria, Luis Miguel Etchevehere, que participó de la reunión junto al ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, y el asesor presidencial Gustavo Lopetegui.
Otro detalle que los presentes consideraron relevante en este cambio de perfil del mandatario es el nivel de información que tenía sobre los temas. De hecho, hubo retos para los gobernadores de Entre Ríos, Gustavo Bordet, de Corrientes, Gustavo Valdés, y representes del gobierno de Misiones.
Las referencias fueron concretas: los corrió con críticas sobre demoras en temas clave. En el caso de Misiones, por la Ley de Insalubridad de la industria papelera. Una norma que para el sector no suma y, a pesar de que la provincia lo reconoce, el texto sigue sin ser derogado. A las tres provincias en su conjunto les pidió, además, explicaciones por las demoras con la implementación de bitrenes, una apuesta que para el Gobierno es clave en la disputa con el camionero Hugo Moyano. Rápidos de reflejos, los gobernadores avisaron que están habilitando corredores para este tipo de transportes en las rutas provinciales dentro de los próximos 30 a 45 días.
Tras la reprimenda elegante, y viéndose fortalecido para manejar la situación, Macri se animó a bromear con el correntino Valdés. “En la gala del Colón la estrella fue el chamamé y ni me lo mencionaste”, le dijo, y generó sonrisas en los interlocutores ocasionales de la madera, los muebles y el papel.
Contrariado. Macri en Mercado Libre, con perfil diferente al actual.
“¿Qué lejos quedó aquel encuentro en Mercado Libre, no?”, se comentaron dos empresarios que estuvieron en la reunión con sectores de la industria y el consumo que Macri comandó en las oficinas de su amigo Marcos Galperín. Aquella fue una mesa sectorial del comercio confusa, sin definiciones y enormes dudas. Y quedó reflejada en una postal de un Macri derrumbado, por entonces, por la corrida cambiaria y la disparada inflacionaria. Naturalmente, los empresarios dejaron reclamos sobre la mesa que, por primera vez en mucho tiempo, el Presidente pareció entender hasta comprometerse a mejorarlos. Algunos de ellos: restituir la Línea de Crédito de Inversión Productiva; que se adelanten los beneficios de la reforma laboral y tributaria; y que se efectivice la promesa de reducir en un 50% el ritmo de aumento de tarifas en el NEA y el NOA. Los madereros de FAIMA, en tanto, explicitaron la “aguda” crisis del sector.