El verano marcará la primera prueba de fuego para el diálogo entre el peronismo que se identifica con los gobernadores de Argentina Federal y el kirchnerismo en Entre Ríos, donde Gustavo Bordet tiene chances de pelear por la reelección pero enfrenta el desafío de Unidad Ciudadana, que presiona para mejorar el reparto de cargos en las listas y amenaza con jugar por afuera del PJ.
El gobernador formalizó a principios de diciembre el llamado a elecciones primarias para el 14 de abril y fijó el 9 de junio como fecha para las generales. Así, Bordet se aseguró el desenganche de los comicios locales de la pelea nacional, que protagonizan en la previa el presidente Mauricio Macri y Cristina Fernández de Kirchner.
El calendario se completa con el 13 de febrero como fecha límite para definir los frentes electorales y el 19 de ese mismo mes para el cierre de listas provinciales. Para esa fecha, el peronismo entrerriano deberá haber definido si el sector que encabeza Bordet y el kirchnerismo pueden encolumnarse en la elección detrás de una sola candidatura a gobernador, si dirimen su interna en una PASO o, por el contrario, si Unidad Ciudadana competirá por fuera del justicialismo, una situación que se repite en diferentes distritos y que tiene chances de trasladarse al plano nacional.
La posibilidad de que exista una única candidatura que pueda contener a todos está prácticamente descartada por los dos sectores. Tanto los dirigentes que integran la mesa chica del gobernador como los referentes de Unidad Ciudadana local consultados por Letra P admitieron que “no habrá lista de unidad” y que, como máximo, el peronismo puede aspirar a resolver sus diferencias en una primaria, tal como sucedió en 2017, cuando la Alianza Frente Justicialista Somos Entre Ríos fue a las PASO con diez listas internas.
El gobernador Bordet intentará repetir el escenario. “Unidad Ciudadana es parte del justicialismo. Son expresiones y yo soy respetuoso de todas las expresiones, no excluimos absolutamente a nadie”, buscó contener en los últimos días el mandatario entrerriano. Para Unidad Ciudadana, sin embargo, el discurso no es suficiente.
En el sector que encabeza el ex gobernador Sergio Urribarri esperan que Bordet tenga “algo más” que palabras conciliadoras y los convoque formalmente para establecer “reglas de juego” para una eventual primaria, en la que Unidad Ciudadana llevará probablemente como candidato a gobernador al diputado nacional Julio Solanas.
En particular, el kirchnerismo apunta contra el reparto de cargos que establece la carta orgánica del PJ, muy desventajosa para las minorías. Tal como rige en la actualidad, la lista que resulte triunfante en la elección se queda con la mayoría de los cargos, mientras que los restantes son adjudicados por el sistema proporcional D’Hont. Con una imagen positiva que ronda el 60 por ciento y los intendentes alineados, el gobernador se encamina a una victoria segura en una PASO, lo que dejaría a Unidad Ciudadana casi sin representación.
Sin embargo, los dos sectores tienen claro que una fractura electoral podría dejarle la provincia casi servida al Gobierno nacional que tiene a Rogelio Frigerio como su as de espadas. El ministro del Interior sonó este año como posible candidato de Cambiemos en la provincia, donde las encuestas le dan números alentadores. Según un sondeo publicado en noviembre por la consultora Aresco, Frigerio tiene un 33,5 por ciento de intención de voto, seguido por Bordet, con un 29,9, mientras que Solanas alcanza un 10,7 por ciento. El otro posible candidato de Cambiemos, el radical Atilio Benedetti, cosecha el 27,7 por ciento. El presidente Macri tiene en Entre Ríos cerca de un 37 por ciento de intención de voto, según la misma encuesta.
Aunque en el PJ entrerriano descartan que el ministro del Interior vaya a participar de la elección y lo sitúan, a tono con los rumores, más cerca de desembarcar en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), su eventual presencia en una elección podría complicar el panorama justicialista. Y perder la provincia a manos de Cambiemos en junio no solo atentaría contra el proyecto reeleccionista de Bordet sino también contra el kirchnerismo que alienta la candidatura presidencial de Cristina y quiere evitar un traspié peronista en la ola de triunfos que vislumbran en el camino a la elección nacional.
En ese contexto, Unidad Ciudadana presiona por un cambio en las condiciones de integración de las listas, que le permitan aumentar su representación y, al mismo tiempo, contener a las bases cristinistas no peronistas que no están dispuestas a apoyar gratis a Bordet, a quien consideran demasiado cercano a la Casa Rosada y acusan de haberle “votado todo a Macri”. El kirchnerismo pretende que el cambio de reglas se concrete los primeros días de enero, pero Bordet llevaría la negociación hasta el límite de los plazos legales, según le dijo a Letra P un dirigente de estrecha confianza del gobernador.
En la guerra de nervios entre los dos campamentos juega, además, el temor al “efecto Santa Fe”, la provincia vecina en la que el peronismo perdió el poder a manos del socialismo en 2007 y que todavía no logró recuperarla. Si el kirchnerismo entrerriano sueña con conquistar la gobernación, dicen en el entorno de Bordet, “siempre le convendrá suceder a un gobernador peronista”.
De relación fluida con el Gobierno y alistado formalmente en Argentina Federal, el entrerriano llama a no excluir a la ex presidenta de un eventual armado peronista, en un intento por mantener el equilibrio y contener al kirchnerismo local sin desatender al electorado independiente que lo apoya en tanto no se acerque demasiado a Cristina. Como cartas de negociación, blande su buena imagen y el alineamiento de la totalidad de los intendentes, entre los cuales también cuenta kirchneristas como Martín Piaggio, de Gualeguaychú, quien estuvo en octubre en el lanzamiento de Unidad Ciudadana de Entre Ríos junto a Urribarri, Solanas y los diputados nacionales Axel Kicillof y Juan Manuel Huss.
La palabra de la ex presidenta será clave en la decisión que los referentes de Unidad Ciudadana tomen en Entre Ríos, donde el kirchnerismo asegura que, con Cristina en cancha, cuenta con un piso de 160 mil votos, lo que representa cerca del 20 por ciento del electorado. En el kirchnerismo afirman que el gobernador y la senadora estuvieron a punto de reunirse dos veces en las últimas semanas pero las reuniones se frustraron por decisión del propio mandatario. Los puentes de negociación están abiertos y las conversaciones podrían empezar a marcar el rumbo de los acuerdos que el peronismo empezará a tejer en los distritos y a nivel nacional.