"Nos borramos por unos días, pero estamos preparando todo con los abogados para cuando termine el G20", cuenta uno de los empresarios de laboratorios denunciados penalmente por la legisladora Elisa Carrió por desestabilización. Lilita tiene ante la jueza María Servini un escrito que muestra, según sus datos, cómo los jefes de la cámara nacional CILFA compraron dólares de manera masiva en plena corrida. En esa misma denuncia, se refleja una movida bancaria del titular del Banco Macro, Jorge Brito, en el mismo período.
El freno de esta contienda, que recrudeció en subterráneo cuando Macri decidió quitarles a los laboratorios el manejo de la provisión de remedios a PAMI, grafica la conducta que tendrán los empresarios en el marco de la cumbre del G20. Hubo un juramento de no agitar la crisis y aminorar la crítica al Gobierno en los cuatro días de plenarias de líderes del mundo. "La del G20 no es nuestra agenda, ni por asomo; no resuelve nada de los problemas que tenemos", disparó un dirigente alimenticio el martes último, en la reunión clásica de la Unión Industrial Argentina (UIA). Asintieron con la cabeza desde una mesa raleada por el evento global. Muchos empresarios del interior optaron por no viajar a una Buenos Aires que se imaginaban -con razón- sitiada y militarizada.
Boca-River, a Macri lo obsesiona. El resto no entiende por qué.
En los pasillos del evento de cierre del Business 20, brazo empresario del G20, Adelmo Gabbi, anfitrión del evento, reunió a los líderes del G6 (Construcción, UIA, Sociedad Rural, Cámara de Comercio y Bancos) en su oficina antes del encuentro y charlaron de qué decir en este contexto. "Tranquilidad", coincidieron. En la discusión pública se observó mesura. En la privada, la agenda subterránea que se guarda en el marco de este cese del fuego temporal.
En ese mismo evento, un referente del sector consumo se mostró inquieto con la paritaria que firmó el gremio sectorial con las cámaras CAME y CAC. Esa reapertura le sumó 20 puntos a un acuerdo que ya tenía 25 y se acercó positivamente al 45% de inflación anual esperada. Lo que para los trabajadores es una buena noticia es una pandemia para los CEOs que buscan bajarle la tensión al tema.
Comercio es la única rama, de las que atraviesa una crisis furibunda, que tocó la inflación anual. Sólo Camioneros, Petroleros y Aeronavegantes lo habían logrado, todos con sindicatos más combativos y actividades con menos problemas que el consumo básico. Tan fuerte fue el sacudón, que algunos empresarios de la Asociación de Supermercados Unidos (ASU) pensaron en acciones legales. Otros, en aprovechar la paritaria para pagar el bono a cuenta de esa suba.
En este contexto, lo que más bronca generó y alteró la paz acordada fue la conducta de Macri ante un hecho que la mayoría de los hombres de negocios considera irrelevante en una recesión que da señales de recuperación nulas. "Sin palabras, no me hagas hablar...", pide por favor un banquero de alto rango. No le gusta el fútbol y dice que, si le gustara, también se guardaría las palabras. El mandatario decidió trasladarse de reunión en reunión con el súper clásico a cuestas, sobre su espalda. En su entorno cuentan que el tema lo obsesiona. Lo vivieron en carne propia el vice de la UIA y referente de la cámara alimenticia Copal, Daniel Funes de Rioja, y el jefe de UOCRA, Gerardo Martínez. Fueron hasta Olivos a contarle a Macri los detalles del cierre del B20 y se encontraron con la pelota arriba de la mesa. Diez minutos se llevó el tema Boca-River, con Martínez, xeneize confeso, entretenido. Macri quería, en ese momento, que se jugara en el Monumental y hasta contó que le había pedido a Horacio Rodríguez Larreta que saliera a confirman que la Ciudad era garantía de seguridad. Pero los micros, esta vez, no doblaron por Monroe y se dirigieron a Madrid, España. Horas después volvió a charlar la cuestión con el titular de la FIFA, el ítalo-suizo Gianni Infantino.
El último tema que molesta y confunde -además de la inflación, las tasas y el pedido eterno de pagar menos impuestos- es el ida y vuelta con el acuerdo entre Mercosur y Unión Europea. Hernán Lombardi contó en la sede del IMC y Prensa en Parque Norte detalles de la reunión entre Macri y su patr francés, Emmanuel Macron. Confesó que el galo apoya el cierre del acuerdo, algo que él mismo negó horas antes en una entrevista con el diario La Nación. Para los empresarios argentinos el convenio es extemporáneo y más aún en esta crisis. Tan extemporáneo como la agenda del G20. Por ahora, irán todos a la gala tanguera del Teatro Colón. El lunes, vuelve la contienda.