El pase de facturas corre como reguero de pólvora dentro de la coalición Cambiemos. La jugada conjunta del peronismo y el kirchnerismo en Diputados por el Consejo de la Magistratura cayó como una bomba dentro del gobierno de Mauricio Macri, donde la califican como una derrota sorpresiva que abre nuevamente un foco de tormenta interno entre el PRO, la Coalición Cívica y la Unión Cívica Radical.
La Casa Rosada puso la negociación en manos de dos integrantes estrella de la mesa judicial del macrismo, Fabián “Pepín” Rodríguez Simón y el asesor presidencial José Torello, quienes acordaron con la diputada Elisa Carrió que buscarían renovar las sillas del macrista Pablo Tonelli y el jefe del interbloque Cambiemos, Mario Negri, como diputados integrantes de la Magistratura. Ese acuerdo incluía al lilito Juan Manuel López como candidato suplente.
Sin embargo, toda la estrategia se desmoronó ante el acercamiento entre peronistas, renovadores y kirchneristas, que, en paralelo, coronó al camporista Wado De Pedro y a Graciela Camaño como los dos representantes por la mayoría. Una jugada que contó con el aval de Cristina Fernández de Kirchner, Sergio Massa y el gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, como detalló Letra P.
Esos sectores no hicieron más que aprovechar el reglamento de la Cámara para sumar voluntades y derrotar al Gobierno, que venía de repetidas victorias de cara a la nueva conformación del organismo judicial. Sacaron provecho de un vericueto legal que, casi tres años después de la asunción de Macri, se convirtió en una espada de Damocles para el oficialismo. Así, Cambiemos retuvo únicamente la banca de Tonelli y logró la suplencia de López, tal cual requirió Carrió.
Daniel “el Tano” Angelici, por su parte, propuso nominar a Daniel Lipovetzky, pero Carrió lo frenó en seco. Pensó que esa candidatura podría destrabar el conflicto y dejar atrás la interna cordobesa, teniendo en cuenta que Schiaretti no iba a aportar sus votos para que Negri, un ferviente opositor a su gestión, repitiera mandato en la Magistratura. Todo lo contrario: el gobernador acordó con Massa y Cristina y logró que el diputado Martín Llaryora fuera como candidato suplente. Ante esa situación, Angelici habló con su equipo, le explicaron cómo venía la negociación y se retiró, dejando todo en manos de Torello y Carrió, a la sazón dos de sus principales adversarios dentro de Cambiemos. “Es el único que le cumplió a Mauricio. Consiguió tres consejeros en 2018”, lo defienden en la Casa Rosada.
Horas después de que se confirmara la derrota del oficialismo en Diputados, empezaron los cuestionamientos cruzados. La UCR criticó la “impericia” de la Casa Rosada ante la avanzada del kirchnerismo, los legisladores de Massa y un sector del interbloque Argentina Federal. A través de un comunicado, el presidente del partido a nivel nacional, Alfredo Cornejo, el senador Luis Naidenoff y el propio Negri hablaron de un “pacto de impunidad” que el PRO dejó correr.
El macrismo se desentiende de esa explicación y dispara: “Son relatores de la política. Se quejan, pero no se ocupan”. En la Jefatura de Gabinete ensayan la misma respuesta que, paradójicamente, también ofrece el sector de Emilio Monzó y Rogelio Frigerio: “No juntaron ni un voto. Ningún gobernador radical salió en apoyo de Negri”, fustigan.
El mensaje oficial de la UCR contiene un dardo venenoso para el ala política de Cambiemos. Si bien festeja los acuerdos para la sanción del Presupuesto, el radicalismo cuestiona: “Lo que no se entiende, es cómo a esa agenda económica no se le agregan los temas de agenda institucional que tienen, sobre la economía real, tanto o más impacto que un presupuesto o una ley tributaria”.
Desde el PRO replican: “Los radicales y Lilita congelaron el acuerdo con (Gerardo) Zamora y se quejan”. Según el oficialismo, si Cambiemos avalaba la designación de Santiago Argibay como juez federal de Santiago del Estero, el camino de Negri hacia la Magistratura no corría peligro y hubiese contado con el apoyo de los diputados del gobernador santiagueño, que finalmente respaldó el acuerdo entre el kirchnerismo y Massa.