La decisión del juez Luis Carzoglio de no ordenar la detención de Pablo Moyano diluyó el tono combativo que se esperaba para la reunión que este martes concretó Hugo Moyano con los principales dirigentes gremiales opositores. La cita en la Federación de Camioneros se suponía que iban a definir las armas del duelo que desencadenaría una eventual orden de detención de Moyano hijo, una vez que pusiera sus pies en el país, se transformó en un encuentro de agradecimientos por las reacciones frente a la fallida decisión judicial y puso el objetivo unos días más allá: en la movilización a Luján del sábado.
Acompañado por una mesa que expresó su núcleo de confianza, y en el que se destacaban Hugo Yasky de CTA, Esteban "Gringo" Castro de la CTEP y el presidente del Partido Justicialista bonaerense Gustavo Menéndez, Moyano concluyó como anfitrión un raid de reuniones que combinaron los planes para organizar la movilización que blindara en Ezeiza la llegada de su hijo, ahora innecesaria, pero también con la mirada puesta en la concentración que se realizará este sábado frente a la Basílica de Luján, que se espera multitudinaria.
Casi en secreto, Moyano encabezó este mediodía una cumbre en el Smata donde se reunió con buena parte de los intendentes peronistas de la provincia de Buenos Aires, con quienes acordó el esquema para que aporten columnas para el encuentro ecuménico en Luján. Ahí se selló la participación de Menéndez en el acto del barrio de Constitución, donde el jefe peronista recordó que Pablo es el vicepresidente 1° del PJ bonaerense.
Raudamente y camuflado en una ambulancia, Moyano partió del gremio de los mecánicos para encabezar un acto frente a la sede de la avenida Callao de la Secretaría de Trabajo, donde reclamó la apertura de la paritaria sectorial y un aumento del 17%, por lo que llevaría el acuerdo a un 42% anual.
Entre una actividad y otra, se conoció la decisión del juez Carzoglio de no hacer lugar al pedido de detención contra Moyano hijo solicitado por el fiscal Sebastián Scalera, algo que apaciguó al los ánimos, al menos en el entorno del veterano líder camionero, pero no enfrió sus epítetos.
"Este es el peor gobierno de la historia del país, peor que el de los militares", disparó Moyano, y aseguró que lo que le sucede al dirigente sindical "es lo mismo que le sucede a miles de referentes y dirigentes del país: lo que pretende el Gobierno es acallar la voz de los que luchan".
Desinflada la convocatoria inicial para rodear Ezeiza el jueves, donde de todas maneras se van a movilizar afiliados de Camioneros y algunos dirigentes, la centralidad de la agenda sindical estará marcada por la convocatoria ecuménica del sábado, que va a tener también su réplica el 24 de octubre cuando los principales gremios de todas las corrientes se movilicen al Congreso el día que se comience a discutir el Presupuesto 2019.
"El FMI es el que define, es muy vergonzante. Nos están llevando a una política de destrucción del país que va a costar muchísimo normalizarlo después", dijo Moyano cuando anticipó que los gremios que integran el Frente Sindical por un Modelo Nacional participará de la movilización para rechazar la ley de leyes.