Proyección 2019: los soldados de CFK para condicionar a los gobernadores
La ex presidenta puso candidatos propios por dentro y por fuera de los frentes peronistas en casi todas las provincias. Apuesta a replicar la estrategia que usó este año para captar intendentes.
Con el peronismo en pleno debate sobre cómo se reorganizará antes de que comience la carrera hacia 2019, Cristina Fernández de Kirchner empezó a dar señales a los gobernadores y puso sus fichas para 2017 en dirigentes propios a los que intentará trasladarles los votos que atrae su figura.
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Por adentro de los frentes peronistas o directamente por afuera, como Unidad Ciudadana, las listas que responden a Cristina empezarán a marcar este domingo el pulso de cuántos votos puede juntar la ex presidenta fuera de la provincia de Buenos Aires, donde los gobernadores ya la dan por ganadora.
Como relató Letra P la semana pasada, los mandatarios provinciales empezaron a discutir la forma de reorganizarse de cara a 2019 y buscarán fortalecer su posición frente a un eventual resurgimiento de Cristina con triunfos contundentes en sus distritos. “Es un tema de la provincia de Buenos Aires. El peronismo va a ganar en mi provincia. Cada uno tiene que ver qué pasa en su distrito”, dijo el tucumano Juan Manzur. Lo mismo repitieron el sanjuanino Sergio Uñac y el entrerriano Gustavo Bordet.
En ese escenario, varios gobernadores empezaron a evaluar qué harán en caso de que la ex presidenta obtenga un triunfo contundente en la provincia: hacerse fuertes y presentar batalla con un candidato propio o encolumnarse detrás de Cristina 2019. “El peronismo cordobés nunca estuvo con Cristina y tampoco vamos a estar con ella en el futuro”, definió en una entrevista con el diario La Vozel senador nacional Carlos Caserio, presidente del PJ cordobés, que vuelve al peronismo formalmente tras años de exilio.
Cristina sabe que tiene una carta ganadora. Si algo logró que los intendentes que después de la derrota de 2015 hacían fila para decir que formaba parte del pasado pasaran a proclamar su candidatura, fue la amenaza de que la ex presidenta empezara a pasearse por los distritos con sus propios referentes y les hiciera perder el control de los Concejos Deliberantes.
Más en defensa propia que por convicción – con la excepción de los más kirchneristas- los intendentes declinaron sus ansias renovadoras y se aglutinaron en torno a la ex presidenta, la figura que mejor medía en la provincia de Buenos Aires. Salvo los jefes comunales que se quedaron al lado de Florencio Randazzo –Juan Zabaleta (Hurlingham), Gabriel Katopodis (San Martín), Eduardo Bali Bucca (Bolivar) y Francisco Echarren (Castelli)- todos se rindieron ante el riesgo que significaba enfrentarse al efecto arrastre de la boleta de Cristina en sus distritos. Ese mismo escenario, aventuran algunos caudillos, podría replicarse en 2019 con los gobernadores, en caso de que Cristina decidiera buscar un nuevo mandato como presidenta.
LOS SOLDADOS. Mientras tanto, Cristina empezó a mostrar sus cartas. En Córdoba, tierra del peronismo de Juan Schiaretti y José Manuel de la Sota – rivales del kirchnerismo- apuesta por Pablo Carro, un comunicador social de extracción sindical que encabezará la lista del Frente Córdoba Ciudadana, que juega por fuera de la oficialista Unión por Córdoba. Carro promete que la provincia se saca “la espina del 70 a 30” en referencia al aplastante triunfo que obtuvo Mauricio Macri sobre Daniel Scioli en el ballotage 2015.
En Salta - también gobernada por el peronismo no alineado con Cristina que encabeza Juan Manuel Urtubey - la ex presidenta mandó a la primera línea de La Cámpora a apoyar al intendente de Tartagal, Sergio Leavy, que irá por afuera del oficialismo como candidato del Partido de la Victoria.
En Tierra del Fuego, en manos de la peronista Rosana Bertone, la ex presidenta también jugará por afuera del espacio oficialista y pondrá sus fichas en el diputado Martín Pérez, que encabeza el Frente Ciudadano y Social.
En cambio, en Chaco, también en manos del peronismo, el gobernador Domingo Peppo logró contener dentro del Frente Chaco Merece Más a gran parte del kirchnerismo, incluida La Cámpora. Las listas tienen el aval de ex gobernador Jorge Capitanich, hombre de confianza de la ex presidenta. Algo similar sucede en Entre Ríos, donde todo el peronismo forma parte del Frente Justicialista Somos Entre Ríos, que apoya el gobernador Gustavo Bordet. La diputada Carolina Gaillard, identificada con el kirchnerismo, ocupa el cuarto lugar en la lista de diputados nacionales.
En La Pampa, la sorpresa la dio el propio gobernador Carlos Verna, que nunca mantuvo buena relación con Néstor y Cristina Kirchner. Verna contuvo al kirchnerismo dentro del peronismo y colocó al kirchnerista Ariel Rauschenberger como cabeza de lista de diputados nacionales.
En Tucumán, el gobernador Juan Manzur abrió el juego a nueve listas internas. El cristinismo está representado por José Vitar, que encabezará la lista Unidad Ciudadana dentro del Frente Justicialista.
Entre los territorios que no gobierna el peronismo, en la Ciudad de Buenos Aires, el kirchnerismo jugará con la lista Unidad Ciudadana, que forma parte de la alianza Unidad Porteña, que aglutina a todo el peronismo. Unidad Ciudadana lleva a Daniel Filmus como primer precandidato a diputado nacional y a Mariano Recalde en la categoría legisladores.
En tanto en Mendoza, la apuesta de Cristina será el joven concejal Juan Jofré, primo del gobernador Alfredo Cornejo. Jofré encabezará la lista Unidad Ciudadana Para Tener Futuro dentro del frente Somos Mendoza, que aglutina a todo el peronismo.
En Chubut, el Frente para la Victoria tendrá una primaria de la que participarán seis listas. La Cámpora apuesta por Ricardo Fueyo, de Federación Peronista, aunque la lista Unidad Ciudadana estará encabezada por Néstor Hourcade, que recibió el apoyo de la senadora kirchnerista Nancy González.
En Neuquén, el actual diputado Norman Darío Martínez buscará renovar su mandato al frente de la lista Unidad Ciudadana para la Victoria, mientras que en Río Negro hará lo propio María Emilia Soria, del Frente para la Victoria.
Con los resultados sobre la mesa, el kirchnerismo apuesta a sentarse a futuro con los gobernadores para negociar cómo será el proceso de reorganización peronista.