“Es un tema de la provincia de Buenos Aires. El peronismo va a ganar en mi provincia. Cada uno tiene que ver qué pasa en su distrito”. En la puerta de la Casa de Entre Ríos el gobernador de Tucumán, Juan Manzur, adelantaba la línea discursiva que repitieron casi sin excepción todos los mandatarios provinciales que participaron de la reunión en la que unificaron la postura frente al reclamo de María Eugenia Vidal por el conflicto del conurbano, al ser consultados sobre el impacto que tendrá en el peronismo un eventual triunfo de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner en territorio bonaerense.
No se habló de Cristina durante el asado que compartieron los gobernadores en el tercer piso del edificio ubicado en la calle Suipacha. Pero su figura sobrevoló la reunión. Los mandatarios se reunieron con el objetivo de empezar a consolidar una liga con la que puedan plantarse frente al gobierno de Mauricio Macri y también frente al resurgimiento de la ex presidenta. Tras avanzar en esa agenda, todos los presentes coincidieron en lo satisfactoria de esta cumbre, como un buen primer paso para empezar a agruparse y jugar en bloque.
“Hay que esperar a ver qué pasa, si gana Cristina y por cuánto. Después veremos. El escenario va a ser diferente según cada caso. Después discutiremos cómo nos plantamos para tratar de equiparar de alguna forma su peso”, confió a Letra P uno de los mandatarios provinciales que participó del encuentro.
Tal como anticipó Letra P, los gobernadores quieren empezar a darle forma a un armado por el cual pretenden que empiece a pasar la toma de decisiones del espacio. “Hablamos sobre la reorganización del peronismo que se va a empezar a dar después de las elecciones de octubre”, anunció el cordobés Juan Schiaretti tras el encuentro del que participaron Lucía Corpacci (Catamarca), Gildo Insfrán (Formosa), Rosana Bertone (Tierra del Fuego), Carlos Verna (La Pampa), Gustavo Bordet (Entre Ríos), Domingo Peppo (Chaco), Juan Manzur (Tucumán), Sergio Uñac (San Juan), Juan Manuel Urtubey (Salta), José Neder (vicegobernador de Santiago del Estero), Sergio Casas (La Rioja) y el senador y candidato a gobernador de Corrientes, Carlos “Camau” Espínola.
Más allá de la necesidad de fijar una posición común frente al reclamo de Vidal, no todos los mandatarios llegaron a la Casa de Entre Ríos con intenciones de empezar a hablar sobre el futuro del peronismo. Corpacci, Insfrán y Neder, más cercanos a Cristina, se mostraron incómodos cuando sus pares quisieron avanzar en temas político-partidarios y empezaron a plantear la necesidad de que los gobernadores armen bloques parlamentarios propios a partir de diciembre. El debate quedó congelado. “Preferimos avanzar en los temas en los que tenemos coincidencias para no generar divisiones”, contó uno de los presentes a Letra P.
"Hay que ver si gana Cristina y por cuánto. Después discutiremos cómo nos plantamos para tratar de equiparar de alguna forma su peso”, confió a Letra P uno de los gobernadores."
Sucede que en la actualidad varios de los gobernadores que participaron de la reunión no tienen línea directa con los diputados de sus provincias, muchos de los cuales llegaron al Congreso de la mano del kirchnerismo. Tal es el caso de la fueguina Bertone y del sanjuanino Uñac. Ese problema no aqueja a Insfrán, muy cercano a Cristina.
En diciembre, la situación cambiará radicalmente: las listas de candidatos a diputados nacionales que se medirán en estas elecciones fueron confeccionadas por los mandatarios provinciales que asumieron en 2015. Los gobernadores pretenden que esos legisladores se unan al bloque Justicialista para formar una gran bancada peronista que les permita negociar con el Gobierno nacional desde una posición de mayor fortaleza. “Los diputados que ganen por la provincia de Tucumán van a formar parte del peronismo en la Cámara de Diputados”, adelantó Manzur.
“Cristina va a ganar en su provincia y nosotros vamos a ganar también”, resumió uno de los mandatarios al llegar al edificio de la calle Suipacha. En esa línea, la mayoría de los gobernadores admitió que esperarán a ver cuántos votos saca la ex presidenta en la provincia de Buenos Aires para definir la línea de acción. Allí aparece la disputa entre los que creen que deben abroquelarse rápidamente y armar un polo de poder para tratar de balancear el resurgimiento de Cristina y los que prefieren que las decisiones pasen por el Partido Justicialista, que conduce José Luis Gioja, donde los gobernadores más ligados a Cristina conservan en la mesa chica.
En ese contexto, los gobernadores acordaron volver a reunirse en septiembre, con los números de las primarias sobre la mesa y el panorama más despejado. Para entonces, los caciques que van por su primer mandato y pretenden impulsar la renovación del peronismo, sabrán si es posible armar un contrapeso federal al poder bonaerense de Cristina.