Letra P había contado en la última semana de julio cuál era el panorama de la tropa massista en el conurbano: había una mezcla de pesimismo y resignación que en difinitiva pronosticaba lo que iba a terminar sucediendo. El candidato a senador nacional por el frente 1País tuvo una mala elección -incluso en distritos en donde daba por descontado que ganaba con holgura- y hoy vuelve a estar en un dilema que intentará resolver en los próximos días. Mientras, descansará, evitará a los medios y evaluará cómo seguir, pensando en el 22 de octubre.
El cachetazo que recibieron el tigrense y su aliada líder del GEN, Margarita Stolbizer, aún es reciente y por eso las conclusiones que se sacan internamente son prematuras. Puntualmente en el conurbano, en donde Massa siempre contó con un buen caudal de votos provenientes del peronismo, "nadie sabe lo que se va a hacer ni cómo se va a encarar la cosa", según distintas fuentes principalmente de la Tercera sección. Allí, 1País salió tercero en todos los tramos, y a una diferencia considerable de Cambiemos: Massa, 14,42%; Felipe Solá, 13,88%; y Jorge D´Onofrio, 13,62%.
"Por cómo venía la cosa, se olfateaba que el massismo podía llegar a terminar; no Massa, sino el massismo, y realmente ahora hay riesgo de eso".
En este marco, todavía es muy pronto para asegurarlo, pero el aire que se respira en la zona más populosa de la provincia de Buenos Aires continúa preocupando al ex jefe de Gabinete de Cristina Fernández de Kirchner porque no es descabellado que muchos dirigentes empiecen a dar el salto hacia las dos fuerzas que empataron la elección. Previo al último domingo, el massismo del conurbano atravesaba una incertidumbre que amenazaba con implosionar post PASO: si la alianza con Stolbizer finalizaba en el tercer lugar y lejos de toda expectativa, la estrategia de Cambiemos de polarizar al extremo con Cristina los marginaría de la pelea y se reviviría el ballotage de 2015. Esto significaría -estimaban- prácticamente una inevitable fuga de varios dirigentes renovadores. Todo esto parece comenzar a suceder.
Los magros resultados obtenidos por 1País ya se sienten en el interior bonaerense. Como relató este portal, en Bahía Blanca -por ejemplo- dos concejales anunciaron que acompañarán al macrismo en las urnas. En la Tercera, dos de los tres concejales de Almirante Brown que ingresaron en 2015 que responden a Massa se aliarán al peronista Mariano Cascallares, mientras que el restante será de Cambiemos. Esta tónica se irá replicando en los próximos días en otros distritos, estiman por lo bajo.
Este último martes, Massa reunió a sus intendentes durante seis largas horas, en donde cada uno hizo catarsis e intentó explicar lo que pasó en su municipio, para luego comenzar a hablar de la nueva estrategia de campaña. Allí estuvo también presente la diputada nacional Graciela Camaño, quien el último domingo sufrió algún que otro reproche por su accionar precisamente como jefa de campaña. "Le adjudicaron parte de la culpa, que si bien no es toda, ella es la jefa", se sinceró un dirigente massista bonaerense, que graficó: "Acá pasaron cosas tan terribles como que una colectora le gane a la lista oficial, y eso es un absurdo, es insólito".
Un día después, junto a Stolbizer también se reunieron con diputados y legisladores de la fuerza.
El golpe que sufrió el espacio lleva a que algunos de los dirigentes que todavía le responden a Massa hagan pronósticos apocalípticos: "Esta debacle puede ser enorme, puede terminar en la desaparición total de esto". En este sentido, una fuente del conurbano fue aún más allá: "Por cómo venía la cosa, se olfateaba que el massismo podía llegar a terminar; no Massa, sino el massismo, y realmente ahora hay riesgo de eso". Resultados tan duros como el de Tigre preocupan por demás, y son un aviso.
Son varios los que, a la hora de hacer una autocrítica o mejor dicho, de echar culpas, apuntan contra varios de los candidatos renovadores, por "no hacer campaña, no caminar las calles, no pegar carteles". Es que en 2013 muchos candidatos a concejales ganaron sus bancas exclusivamente gracias a la marca Massa, al envión y la impronta que en ese momento tenía el tigrense. "Con eso alcanzó, pero luego de la debacle de 2015 fue distinto", analizó otra fuente consultada. "El modus operandi del Frente Renovador a partir de 2015 fue ser excluyente, sin reuniones, sin plenarios, sin discusión, con dedo, sin poder hablar con Sergio orgánicamente".
Todas estas evaluaciones se están empezando a hacer internamente. Massa esperará unos días -lo que resta de esta semana y parte de la que viene- para reaparecer públicamente y retomar su habitual diálogo frente a cámara.
"Sergio es joven, su carrera no va a terminar. Pero sí su estructura, eso es otra cosa, se le complicó demasiado. Acá estaba clara una cosa: o era senador o se terminaba, no hay massismo", resumió sin vueltas un renovador del conurbano, hablando en pasado.