Las elecciones legislativas de este año son un puente que tiene dos salidas posibles para Martín Lousteau: afianzarse como segunda fuerza política de la Ciudad de Buenos Aires y replicar el escenario del histórico ballotage de 2015 o caer en un incómodo tercer puesto que debilitaría sus intenciones de quedarse con la Jefatura de Gobierno. La decisión de abandonar la embajada argentina en Estados Unidos, que le confió Mauricio Macri, para competir como diputado nacional y enfrentar al PRO de Horacio Rodríguez Larreta en la Capital lo encuentra en el medio de esos dos caminos, que podrían definir su futuro político.
Con el objetivo de evadir la polarización y volver a condenar al kirchnerismo al tercer lugar, el economista pondrá el foco en consolidar el voto en las comunas donde superó los 25 puntos, bajar la intensidad de campaña en los bastiones PRO (Recoleta, Palermo y Belgrano) y hacer lo posible para “no estar solo”, como aparece visto por los electores porteños según revelaron los focus group que encargó. En ese sentido, siempre se moverá con sus candidatos y exhibirá que “tiene un equipo que lo acompaña”. Además, cuestionará al Gobierno de la Ciudad pero desde una “mirada pro-positiva” típica de la “oposición constructiva”, que pregona desde que fundó Energía Ciudadana Organizada (ECO).
Los encargados del diseño de la campaña son su primo y ex representante especial para la Promoción Comercial de la embajada argentina en EE.UU., Guillermo Laje, y el publicista Darío Lanis. También, participan de la discusión de la estrategia política junto al presidente de la Unión Cívica Radical (UCR), Emiliano Yacobitti, y su par del Partido Socialista, Roy Cortina. Por otra parte, Lousteau recibe reiteradamente consejos de dos históricos del radicalismo, que, si bien no participan de esos encuentros, influyen mucho: Chrystian Colombo y Enrique “Coti” Nosiglia.
En el equipo de campaña del economista los resultados de los focus group que encarga Laje encendieron una luz de alerta. El primo del embajador tiene una obsesión por este tipo de estudios de opinión y las últimas mediciones mostraron que Lousteau “está solo”. Los encuestados reconocen su trayectoria y ponderan su experiencia política, pero repiten que no se puede identificar quién lo apoya ni con quién hizo alianza en la Ciudad.
Ante ese mensaje del electorado, el economista buscará siempre mostrarse en campaña con un ejército de legisladores, candidatos y asesores reconocidos para dejar en claro que detrás de su figura hay un equipo que tiene la convicción de gobernar el distrito en dos años, tras un nuevo ballotage contra Rodríguez Larreta. Ese “equipo” está atravesado por el perfil de candidato ideal que postula Lousteau como referencia de característica de Evolución: hombres y mujeres profesionales que se destacan en sus áreas de trabajo y que “dejan todo”, abandonan la “comodidad”, para sumarse a un proyecto político repleto de dirigentes con vocación de servicio público.
No fue casual que cada uno de los candidatos que subiaron al escenario en el acto en el teatro El Cubo fue presentado tras una breve introducción de su profesión y su experiencia laboral y política. Esa identidad de candidato y de dirigente que integra la coalición que forjó con radicales y socialistas se ve claramente en la ex periodista Débora Pérez Volpin y en Christian Asinelli. La primera encabeza la lista para la Legislatura y en ese evento la presentó recordando su destacada experiencia periodística y su rol como comunicadora.
El mismo día del cierre de listas (24 de junio) oficializó, en el marco de una actividad el barrio de Flores, que Asinelli dejaba la Corporación Andina de Fomento (CAF) y se sumaba al pelotón de candidatos a legisladores. Incluso, reveló el sueldo que “dejaba atrás” el ex diputado peronista. Los renunciamientos de ambos se equiparan -argumenta Lousteau en privado- con su determinación de abandonar el cargo diplomático que ocupó para el gobierno de Cambiemos. Esa jugada, que le valió críticas y hasta descalificaciones públicas de miembros del PRO, la enmarca en una “firme convicción” por ofrecer otra opción política a los porteños. Tampoco es casual que en su equipo hablen de un “desgaste” de la gestión amarilla, que ya lleva más de una década.
Rodríguez Larreta hizo lo imposible por cerrarle la posibilidad de que compitiera en internas de Cambiemos en la Ciudad. Convenció a Macri y a María Eugenia Vidal de que la candidata que represente al Gobierno para cuidar el pago chico era Elisa Carrió, que aceptó tras más de un año de negociaciones que culminaron con una preponderancia de la Coalición Cívica en las listas PRO para estas elecciones de medio término.
Lousteau insiste en privado en que jamás se peleó con Macri. Incluso, afirma que el diálogo continúa. El 3 de abril de 2017, renunció a la embajada y se lo dijo al Presidente en una breve reunión en la Casa Rosada. Pocos sabían de ese movimiento, incluso en su frente político. Un legislador se enteró por los diarios, por ejemplo. En el medio de ese encuentro, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, ingresó al despacho presidencial. Antes de que emitiera sonido, Macri se le adelantó: “Perdí la apuesta”, dijo esbozando una fría sonrisa. El mandamás del Ejecutivo nacional creía que su embajador no competiría en 2017, aunque el ex ministro de Cristina Fernández de Kirchner se lo había adelantado al momento de asumir. Puertas adentro, Macri le pidió que “arregle” con Larreta. Ese acuerdo jamás llegó y Lousteau, como se sabe, competirá por afuera. Para esa estrategia, el alcalde porteño contó con el apoyo del ministro coordinador nacional, que, tras leer la carta de renuncia del ex embajador, decidió que debía renunciar pronto y antes de la cumbre con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Lousteau sabe que podrá hacer una elección digna en las comunas del norte de la Ciudad, pero que tiene un techo difícil de quebrar. Los barrios de Recoleta (Comuna 2), Palermo (Comuna 14) y Belgrano (comuna 13) son los históricos bastiones PRO. El equipo del economista disminuirá la intensidad de la campaña en esa zona, pero hará foco en el centro del distrito y en la zona sur, a donde más atacará “con datos” de la gestión del macrismo – larretismo. En una entrevista con este medio, Pérez Volpin admitió que buscará “auditar el presupuesto” y principalmente la gestión en el sur.
Evolución buscará ampliar el caudal en el “eje Rivadavia” (donde se asienta el voto radical) y en barrios como Caballito, Flores y Parque Chacabuco, donde obtuvo entre el 27% y el 29% en la primera vuelta. También, profundizará sus actividades en las comunas 10 (Villa Real, Monte Castro, Versalles, Floresta, Vélez Sarsfield y Villa Luro) y 11 (Villa General Mitre, Villa Devoto, Villa del Parque y Villa Santa Rita).
En paralelo, el economista machacará con la idea de una “oposición constructiva” que pueda presentar proyectos alternativos a las medidas del oficialismo, tal cual explicó en el acto de presentación de candidatos. Esta idea, junto al reclamo de “discutir prioridades” de gestión, integra el espíritu del armado de Lousteau desde que fundó ECO.
A fines de 2016, el gobierno PRO avanzaba con una ley para impulsar un complejo inmobiliario en la ex Ciudad Deportiva y enlazarlo con la urbanización de la villa Rodrigo Bueno -luego las iniciativas irían por caminos separados. En el bloque SUMA + -que responde a Lousteau- se abrió una leve grieta entre quienes rechazaban el proyecto y quienes pedían discutir algunos cambios con el oficialismo. Laje, al que todos creían en Washinghton, apareció en una reunión de bloque para aclarar el pensamiento del líder del espacio sobre el tema. “¿Para qué vamos a ser extremistas y decir todo que no? Lo que creemos bueno se acompaña y lo que no nos parece correcto, se propone una alternativa”, evangelizó el primo del ex embajador. Ése es el eje por el que debe moverse el rol opositor del frente Evolución, según la mirada de Lousteau.
Números y “Déja vú 2015”. El equipo de campaña de Lousteau se reparte entre reuniones en las oficinas del ex embajador sobre la calle Costa Rica y en el Comité Capital de la UCR, que presta Yacobitti. Laje y Lanis diagraman discurso, intervenciones en medios de comunicación y estrategia política. En paralelo, Bárbara Bonelli está al frente de los equipos técnicos de la alianza. De allí saldrán los informes y los números para “auditar” la gestión PRO y hablar de esos datos durante la campaña, que arranca oficialmente el 14 de julio.
Como explicó Letra P, el economista y sus asesores esquivaron las encuestas hasta que se definieron las listas que competirán en la Ciudad. Al cierre de esta nota, esperaban un trabajo encargado a la firma Aresco. Sin embargo, aseguran que los números en danza y la posibilidad de que Guga quede relegado a un tercer puesto son “un disparate”. Lanis y Laje repiten en las reuniones que “cuánto más digan que estamos abajo en las encuestas, mejor”.
Ambos son partidarios del efecto sorpresa y creen que puede repetirse lo sucedido en 2015. Tras una diferencia de 20 puntos porcentuales entre Larreta y Lousteau en la primera vuelta, el ballotage asustó al PRO y la diferencia se redujo a un 3% (51 a 48) en el tercer comicio del año. “No nos vieron venir y ahora cometen el mismo error. Nos subestiman”, disparan operadores de Evolución.
Esa teoría Dejá vú motiva al economista, que hace unos quince días sonrió cuando una jubilada le confesó, en el marco de una actividad en Villa Devoto, que “donde veo rulos, voto”. Esa confesión funcionó como flash back: en 2015, Carrió llamó a votar por Guga en la disputa por la Jefatura de Gobierno y dijo la misma frase.
Era otro tiempo, era otra la historia. La chaqueña y la Coalición Cívica, como también Graciela Ocaña y su partido Confianza Pública, integraban ECO y hacían campaña contra el PRO de la Ciudad, ya en manos de Larreta por ese entonces. Sin esos aliados, Lousteau se rearma nuevamente con el socialismo y el radicalismo, que colaborarán para consolidar el apoyo en el sector joven y universitario. En tanto, la figura de Pérez Volpin, admiten en Evolución, ayudará a captar la atención de los adultos mayores, principales espectadores del noticiero de la primera mañana.
La meta inmediata indica que el frente Evolución aspira a conseguir cuatro diputados nacionales y ocho legisladores porteños. No obstante, toda la estrategia de 2017 es un puente para el premio mayor: volver a insertarse en el ballotage en 2019 para conseguir la revancha frente a Rodríguez Larreta.