El gobernador Alberto Weretilneck regresa a la Legislatura a un año del discurso que anticipaba el complejo 2016 que viviría Río Negro. Tras su viaje a España junto al presidente Mauricio Macri, visitará el recinto a primera hora de este miércoles para describir la intrincada situación financiera que atraviesa su gestión y tratará de dejar certezas sobre el destino provincial.
Hoy, quizás, la única perspectiva tangible es el fluido diálogo con la Casa Rosada que le sirve de aliciente para contener los múltiples problemas que se generan en los puntos estratégicos de la provincia. El Plan Patagonia, lanzado en Viedma junto al resto de los mandatarios de la región más austral, muestra que los puntos de contacto atraviesan la coyuntura: el gobierno nacional aporta el 60 por ciento de recursos.
Entre conflictos con los sindicatos docentes y estatales, la proyección de un bono en dólares para obras que condiciona el contacto con intendentes propios y opositores, Weretilneck deberá timonear el gobierno en un año fundamental marcado por la oficialización de su partido, Juntos Somos Río Negro (JSRN), elecciones municipales y nacionales.
Hace un año, en el que se anticipaba austeridad y se rechazaba el endeudamiento para gastos corrientes, se contrarrestó el discurso con la generación de bonos para pagar sueldos y aguinaldos que abultaron la deuda (el déficit supera los 3 mil millones). El deterioro del salario real, que atentó contra la liquidez y efectividad de los recursos aportados por la Nación, e incluso los generados por la misma provincia, formaron parte de una exposición que intentó siempre ir por el medio.
“Cauteloso y precavido”. Esa fue la promesa que dejó anticipado que postergaría los objetivos trazados para ese período, y dejaría todo para este 2017. En ese proyecto, no vaciló en advertirles a jueces, legisladores, ministros y funcionarios, en que no hipotecaría el futuro rionegrino para su funcionamiento, pero si analizaría cada posibilidad de acceder al crédito en el caso que los eslabones de la producción así lo requieran.
“El cambio” nunca caló a los rionegrinos. Jugado en la candidatura presidencial de Daniel Scioli, Weretilneck –tras un desplante a Sergio Massa– aportó al notable triunfo del Frente para la Victoria (FpV) arrojando el contundente 62.86 por ciento (8250.621 votos)
RECLAMOS. Rodolfo Aguiar, titular de ATE y la CTA de los Trabajadores, comparó el estilo de Weretilneck con el del presidente Macri que atenta contra la estabilidad social que había detallado 365 días atrás. “Previsible”, “ordenado” y en “paz” fue la perspectiva que dejó en el inicio de su segundo mandato tras el aplastante triunfo del 2015.