LA NUEVA LEGISLATURA. NOTA IV

El doble poder de Larreta

Juraron los legisladores electos y el jefe de Gobierno tendrá mayoría y control absoluto del Legislativo porteño. El bloque único y el “deseo” de conformar Cambiemos en la Ciudad.

 

Los más de 50 puntos que cosechó Elisa Carrió el 22 de octubre dejaron una marca histórica para el PRO en elecciones de medio término. Se sobrepasó el objetivo de derribar el récord de 2013, cuando la fórmula Gabriela MichettiDiego Santilli para el Senado alcanzó el 39% de los votos. En paralelo, la victoriosa alianza Vamos Juntos modificó el mapa de poder en el territorio. El año parlamentario indica que la nueva camada debe asumir este 10 de diciembre, pero la jura se adelantó para este martes porque esa fecha cae día domingo. Además, con la sesión del jueves 7 culminaría el extenso año legislativo en la Ciudad de Buenos Aires.

 

Ante la imposibilidad de formar Cambiemos en su terruño y con la intención de licuar el poder de Lousteau, el alcalde porteño fue en busca de la Coalición Cívica y Confianza Pública (integradas a Cambiemos a nivel nacional), que en 2015 lo enfrentaron y acompañaron al ex embajador hasta la noche del ballotage por la Jefatura de Gobierno.

 

 

 

La confluencia con el sector de Carrió y Graciela Ocaña le genera la cómoda ecuación de 33 diputados oficialistas, formados en fila en un bloque único. A ese esquema de alianza hay que adicionarle el sector Radicales en Cambiemos, encabezado por Facundo Suárez Lastra y Jesús Rodríguez, representado en el Parlamento local por Guillermo Suárez.

 

La cantidad de legisladores aporta tranquilidad hacia las costas del larretismo, cuyas principales espadas ya están abocadas al proyecto de reelección para 2019. Macri lo intentó en tres oportunidades y no lo logró. Larreta tiene ahora dos diputados más que el buscado “quórum propio” de 31 bancas.

 

 

 

Al tener 33 legisladores, el oficialismo porteño alcanza el número deseado. No habrá invocación religiosa en esa cifra, pero sí le permitirá al Gobierno usufructuarlo como una salvación, teniendo en cuenta que el macrismo siempre debió acercarse a otros espacios para las leyes de 31 votos.

 

No obstante, con 31 representantes el oficialismo ya puede iniciar una sesión sin precisar de la oposición, sancionar el Presupuesto en soledad, tomar deuda y rezonificar terrenos, entre otras normas.

 

 

 

El bloque único Vamos Juntos, adelantado en exclusiva por Letra P, tendrá cuatro figuras clave: los macristas Francisco Quintana y Agustín Forchieri, el “lilito” Maximiliano Ferraro y Diego García Vilas, de extrema confianza de Ocaña. Este póker de legisladores se encargará de mantener la sinergia de las distintas alas de Vamos Juntos (Cambiemos porteño) y contentar a Larreta, Carrió, Ocaña y el vicejefe de Gobierno Santilli.

 

 

 

Quintana ejercerá la Vicepresidencia I del edificio de Perú 130, Forchieri presidirá el bloque, mientras que Ferraro y García serán los vicepresidentes de este nuevo método de conducción. Será un cambio en la lógica de poder de la Legislatura porque el PRO, acostumbrado a negociar en soledad con el resto de los espacios desperdigados en la oposición, estrena alianza en la Ciudad y en el distrito. Esta cantidad de legisladores propios atenta contra el resto de los bloques opositores, que harán pesar su lugar a la hora de discutir normativas que requieran una aprobación de 2/3. Por allí pasará el interés de Vamos Juntos en torno a la oposición y el primer mensaje empezará por la negociación de las comisiones parlamentarias.

 

Conforme avanzaba la campaña, Larreta, Ocaña y Carrió buscaron trasladar a la Legislatura la alianza forjada para los comicios. El alcalde quería un bloque único lo más rápido posible, pero se forjó un interbloque para mantener la libertad de cada espacio y no herir susceptibilidades. Esa etapa culmina con la nueva conformación Legislativa, cuando Larreta logre su cometido: el debut de un bloque único que reporte a las directivas emanadas de su despacho.

 

No será un camino fácil. Alianza no es sujeción y tanto Carrió como Ocaña han dado muestras de cómo reaccionan cuando se incumple la palabra. La chaqueña ya dio un aviso el fin de semana: salió a dinamitar la alianza entre Enrique “Coti” Nosiglia y Daniel Angelici para las internas de la Unión Cívica Radical. Sería una cruzada más contra ambos operadores del radicalismo salvo que Macri y el propio Larreta avalaron esa jugada, con múltiples e incluso distintas metas políticas, como explicó Letra P.

 

De esa interna, cree Rodríguez Larreta, depende la conformación de Cambiemos en la Ciudad, deuda pendiente reclamada por el Presidente. Hoy el bloque parlamentario se llamará Vamos Juntos, pero en la Jefatura de Gobierno confían en que un futuro cercano se denomine Cambiemos, como en resto de los distritos. Para eso sería vital un triunfo frente a la conducción radical actual, en manos de Emiliano Yacobitti y Nosiglia.

 

Suárez Lastra y Jesús Rodríguez, enfrentados con ese sector, aportan una franja del radicalismo al igual que Angelici, pero no controlan las decisiones políticas y orgánicas del partido. Este es el quid de la cuestión de la riña porteña por la UCR, iniciada discretamente por Larreta.

 

Para evitar tensiones y asegurar el buen funcionamiento de la coalición, será vital la química en la Legislatura. El póker bendecido por Rodríguez Larreta tiene una ventaja: estos legisladores se conocen y trabajan actualmente en conjunto, incluso hay relaciones de años que anteceden lo político.

 

 

 

Se trabajará en un esquema en el que “todos deben saber todo”, apuntan en el flamante bloque único. Abundarán las reuniones y las discusiones en torno a esta mesa de conducción, que se propone ser horizontal y discutir cada tema a abordar en el recinto. Una especie de tablero de control legislativo, aunque compartido.

 

 

 

PROPIOS Y NO TANTO. De los 33 diputados de Vamos Juntos, 25 son del PRO, cuatro de la Coalición Cívica, tres de Confianza Pública y uno de los radicales alineados a Rodríguez Larreta. La coalición suscripta también trajo una situación inédita: el PRO retrocedió en cantidad de bancas propias debido a que estuvo obligado a abrir la nómina para encontrar lugar a los nuevos aliados.

 

Desde el 10 de diciembre de 2017, estos serán los ediles PRO: Francisco Quintana, Agustín Forchieri, Andrés Freire, Paula Villalba, Victoria Roldán Méndez, Daniel Presti, Christian Bauab, Daniel Del Sol, Cristina García, Mercedes Gómez De Las Casas, Omar Abboud, Eduardo Petrini, Paola Michielotto, Ariel Álvarez Palma, Jorge Apreda, Claudio Romero, Lía Rueda, Guillermo González Heredia, José Luis Acevedo, Carolina Estebarena, Diego Marias, Eduardo Santamarina, Jian Ping Yuan, Maximiliano Sahonero y Marías Luisa González Estevarena.

 

 

 

Por Coalición Cívica Maximiliano Ferraro, Hernán Reyes, Claudio Cingolani y Cecilia Ferrero. En nombre de Ocaña integrarán Vamos Juntos Diego García Vilas, Gastón Blanchetière y María Sol Méndez. El único representante de Radicales en Cambiemos será Guillermo Suárez.

 

El oficialismo recorrerá tranquilo por el sendero de la mayoría propia, aunque necesitará de otros bloques para las leyes de 40 votos. Para eso será vital el futuro político de las bancadas opositoras. Como quiere el Gobierno porteño, los dirigentes de Lousteau harán un interbloque, al igual que el kirchnerismo y el peronismo, que confluirán en otro interbloque. 

 

Nicolás Massot, Miguel Ángel Pichetto (Encuentro Federal) con Cristian Ritondo (PRO). Esperan el llamado a extraordinarias. 
Alejandro Fantino en una de las entrevistas que le hizo al Presidente. Lule Menem lo baraja como candidato en Santa Fe.

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