DEBUT EN EL SENADO

La vuelta de CFK: cruce con Michetti, fastidio de Pichetto y un Congreso atento

Cristina se excedió dos veces en los tiempos de su discurso, que se siguió en el Senado y Diputados. La vicepresidenta reaccionó a uno de sus comentarios y le respondió. Afinidad con Rodríguez Saá.

La ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner se quedó con la atención de oficialistas y opositores en su regreso al Senado, en una jornada que dejó un fuerte cruce con Gabriela Michetti, mostró el fastidio de Miguel Ángel Pichetto y la complicidad con el puntano Adolfo Rodríguez Saá. Su discurso también se vio en varios despachos de Diputados: Graciela Camaño la siguió desde su teléfono y lo comentó con Leopoldo Moreau.

 

Cristina fue la última senadora en ingresar al recinto, luego de que se entonara el himno nacional. Para entonces, la presidenta del cuerpo, Michetti, ya había dado por iniciada la sesión en la que se trataba el Presupuesto 2018. La ex presidenta se ubicó en una banca que da al pasillo - lo que le facilita el ingreso y la salida – a la izquierda de su jefe de bloque, Marcelo Fuentes, y cerca del puntano Rodríguez Saá, con quien intercambió varios comentarios. Se saludó con el catamarqueño Dalmacio Mera y el tucumano José Alperovich. Enseguida pidió hacer uso de la palabra para plantear una cuestión de privilegio.

 

En su primera intervención, la ex presidenta se refirió al pedido de desafuero que envió al Senado el juez federal Claudio Bonadio y redobló la apuesta contra el oficialismo y también contra la oposición. “He escuchado a senadores decir que hay que constituir la comisión de Asuntos Constitucionales para tratar el pedido de desafuero de la senadora. Debo decirles que para constituir el pedido de desafuero no hace falta constituir ninguna comisión. Por una razón muy sencilla. Esta Cámara, con dos tercios puede tratar el desafuero y cualquier otra cuestión porque así lo habilita el reglamento", arremetió Cristina, en un claro desafío a sus pares para que avanzaran con el tratamiento.

 

 

 

El discurso continuó con referencias al fallo de Bonadio y una referencia a la propia Michetti. “Ese mismo juez que desestimó la denuncia por encubrimiento fue el que la sobreseyó a usted, señora presidenta, por la firma del memorándum con Qatar”, dijo Cristina. La presidenta del cuerpo dijo inmediatamente que “no” con la cabeza y después miró al secretario parlamentario, Juan Pedro Tunessi, para confirmar si Cristina tenía razón en su afirmación.

 

 

 

Luego llegaron las críticas al modo en que el Ejecutivo envió el paquete de reformas económicas al Congreso y denuncias de presiones de la Rosada sobre los gobernadores y sus respectivos legisladores. “Estamos ante una fuerte amenaza de cercenar la representación popular en el parlamento, recurriendo a métodos y procedimientos y formas que creíamos definitivamente desterradas de la política argentina", dijo Cristina, que calificó la práctica como “mafiosa”. Para entonces, la ex presidenta ya llevaba 19 minutos de discurso.

 

“Senadora, las cuestiones de privilegio tienen 10 minutos y le he dado nueve más”, la interrumpió Michetti. “Le voy a pedir algo, señora presidenta, tanto que reclamaban mi presencia en la comisión de Presupuesto y Hacienda y además han hecho un módico tratamiento de las normas... 10 minutos más o 15 para una cuestión tan importante me parece que puede ser. No les voy a demandar mucho tiempo más”, respondió Cristina, generando un murmullo en el recinto. “Permitame senadora, pero acá hacemos cumplir el reglamento y si le doy a usted 30 minutos, después imagínese que tengo 30 minutos para todos. Si puede redondear...”, insistió Michetti. “Bueno, vamos a redondear, señora presidenta”, concedió Cristina. Pero siguió varios minutos más. Y volvió a la carga para decir que piensa “discutir todo” en el Senado. “¿Sabe por qué? Porque para eso me votaron. Es posible que a usted, al Presidente y al oficialismo no le guste el tipo de oposición que nosotros hacemos. Y a mí no me gusta el gobierno que ustedes hacen pero los votaron y tienen que gobernar. Y yo soy oposición porque me votaron y también tiene que ser oposición”, remató.

 

Michetti volvió a insistir sobre el tiempo. A los 25 minutos, Cristina finalmente cerró su discurso y agradeció “por los minutos demás”. A contramano de lo que indica el reglamento, la vicepresidenta decidió responderle: “Para su aclaración, yo no firmé el Memorándum con Qatar”.

 

La incomodidad quedó flotando en el recinto después del discurso de Cristina quedó clara segundos más tarde, cuando pidió la palabra la senadora Magdalena Odarda para plantear una cuestión de privilegio relacionada con la tragedia del ARA San Juan. “¿En qué le afecta eso en sus fueros? ¡No tiene nada que ver!”, empezó a gritar Pichetto desde su banca, mientras hacía gestos de fastidio. “Déjeme terminar. Me extraña, senador Pichetto”, le respondió Odarda. Más tarde, el presidente del interbloque Argentina Federal mantuvo un debate con Rodríguez Saá por una cuestión reglamentaria. Cristina respaldó con gestos lo que dijo el puntano.

 

 

 

Una vez comenzado el debate por el Presupuesto, la ex presidenta se retiró a su despacho, ubicado en el tercer piso del Palacio, y lo siguió por televisión. Volvió al recinto sobre el final de la discusión, para la hora de los cierres. Desde su banca, siguió con atención el discurso de Rodríguez Saá, Fernando “Pino” Solanas, Maurice Closs y Ángel Rozas y tomó apuntes de lo que dijo cada uno, mientras dialogaba con Fuentes y con su asesora, la ex senadora por Santa Cruz Virginia García.

 

 

 

El regreso de Cristina no solo alborotó a la Cámara de Senadores. La diputada Camaño siguió su discurso desde su celular y lo comentó con Moreau cuando se lo cruzó en el ascensor de Diputados. “Ahhh, estás siguiendo el discurso de mi jefa”, la chicaneó el diputado del Frente para la Victoria. “Fue a marcar el territorio”, comentó Camaño minutos después, durante el brindis de los diputados del Bloque Federal Unidos por una Nueva Argentina con periodistas acreditados. La jefa del bloque apuntó, divertida, el constante “sí, ya voy, ya cierro” que utilizó Cristina para estirar su tiempo de discurso una y otra vez ante los pedidos de cierre de Michetti. La arremetida de la ex presidenta contra los senadores por el desafuero también fue motivo de comentario. “Les redobló la apuesta”, dijo con cierto asombro Felipe Solá.

 

“Es gracioso verlo. Están todos girando alrededor de ella aunque no quieran”, apuntó otro diputado muy crítico del kirchnerismo. Cristina volvió a abusar del tiempo reglamentario durante el discurso de cierre que dio pasadas las 20, en el que arremetió contra el Gobierno por el endeudamiento, recordó su rebeldía cuando la expulsaron del bloque peronista en la década del ´90, por negarse a votar con el menemismo, y aseguró que “dar gobernabilidad no es decir todo que sí”. Michetti se dio cuenta de que se había excedido de los 20 minutos cuando ya iban 23. “Ya voy, ya voy”, volvió a contestar la ex presidenta. Terminó de hablar cuando el reloj marcó la media hora.

 

Martín Lousteau, durante el debate de los fondos reservados de la SIDE de Javier Milei. 
Edgardo Kueider, senador de Unidad Federal, durante el debate de Boleta Única. 

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