"La elección es un plebiscito sobre Piñera y sobre las reformas"

-Cuando uno habla de legado no habla de un período, sino de dos períodos de Bachelet. Y creo que después de ocho años Bachelet va a dejar un país donde los límites de lo aceptable se corrieron. En materia de género, algo evidente además por su condición de mujer, pero también en materia de educación pública, donde hay un piso alto. En salud pública, también pero en educación se avanzó mucho. Tarde y mal, pero se avanzó más que otros gobiernos y por eso, nobleza obliga, ella abraza las mismas banderas que yo abracéen mi primera campaña. Sería un malcriado si no abrazara un legado que se parece a lo que yo decía que había que hacer. Yo lo habría hecho de otra manera, con otros resultados, pero ella fue la elegida.

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-La novedad en el mapa político chileno es el Frente Amplio. La izquierda lo mira con simpatía, el oficialismo lo seduce porque lo necesita, lo trajeron a Pepe Mujica para buscar ese votante. ¿Lo siente así?

-No creo nada en ese fórmula de la novedad. Yo no puedo creer que Pepe Mujica y Alejandro Guillier, que suman más de cien años, sean la novedad. Esta no es una elección sobre novedad, sino sobre las reformas. Si hay novedad explicame porque ganó Piñera en primera vuelta, que es candidato hace 200 años.

-¿Por qué?

-Porque yo creo que la novedad es producto del marketing alimenticio, no de la política. Explicame porque Cristina Fernández, acusada de los peores horrores, sacó 35%. ¿Era la novedad? ¿Era nuevo (Mauricio) Macri en su primera campaña? ¿Era nuevo Tabaré Vázquez en su primera campaña? ¿Era nuevo Lenin Moreno? No hay novedad, aquí se trata de controversias éticas y aquí hay una controversia sobre si va primero el sujeto público o el sujeto individual. Esta discusión se da en Chile, que es un laboratorio mundial desde la Unidad Popular con Allende, con Pinochet que hizo una revolución. A mi me parece que ahí sí es interesante lo que va a pasar este domingo.

-Mirando el vaso medio lleno, los voceros del oficialismo dicen que lograron que su agenda sea la agenda de la política chilena, más allá de las diferencias sobre su instrumentación. ¿Coincide?

-Sí, por supuesto. Pero los empujamos a ello, no es que este Gobierno lo haya impuesto. La sociedad, yo mismo, el movimiento estudiantil, empujamos esa agenda y ellos no la ejecutaron bien, pero tomaron las reformas correctas.

-Aquí tienen un conflicto con la comunidad mapuche desde hace mucho tiempo. En Argentina reapareció ahora. ¿Qué recomendación le haría a Macri sobre cómo manejarlo?

Le diría que mire como se descolonizó Africa. Cuando se descolonizó Africa se establecieron ciertas normas, mar de por medio, idioma propio. El tema mapuche es extremadamente complejo, porque no hay un mar de por medio pero hay lengua propia, identidad propia y una forma de gobierno totalmente distinta. Si hay un ejemplo a no seguir es el de Chile. Si hay un estado terrorista es el de Chile, que ha sido un gran terrorista, que ha perseguido y maltratado. Debe haber una relación nueva, horizontal, cuotas de poder a los pueblos originarios. No solamente tema de tierras sino solución a la neozelandesa, políticas de reparación, de perdón y de horizontalidad entre Estado y pueblos originarios. Cuotas de espacio parlamentario.