LA NUEVA CONCESIÓN. NOTA II

Madrid, Lyon y París: los subtes europeos que pujan por operar en Buenos Aires

Las empresas que administran las redes de estas ciudades mantienen interés por controlar el subterráneo porteño. También hubo contactos con Montreal. Los sindicatos, punto clave en la negociación.

 

El Ejecutivo porteño tiene en mente presentar el pliego de bases y condiciones en diciembre de 2017 o en el primer mes del año próximo. La tarea recae en el ministro de Desarrollo Urbano y Transporte, Franco Moccia, aunque también mediarán el jefe de Gabinete, Felipe Miguel, y el propio Rodríguez Larreta.

 

El jefe de Gobierno viajó a Europa en mayo de este año para entrevistarse con sus pares de Madrid, París y Berlín. La agenda que le diseñó la Secretaría General y Relaciones Internacionales, conducida por Fernando Straface, contempló reuniones con empresarios de distintas ramas de la producción, pero hubo un tiempo considerable para entrevistas con compañías expertas en operación de servicio subterráneo de transporte de pasajeros.

 

Tras esos roadshow, se desprendieron conversaciones con los operadores de los subtes de Lyon, París, Madrid y una “catarata” de preguntas de inversores alemanes, según pudo saber Letra P. Mientras tanto, el Gobierno porteño continúa con el asesoramiento de Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB) para confeccionar el pliego.

 

Por esta razón, TMB no se ha inmiscuido en la negociación. Sin embargo, el metro de Madrid, administrado por la Comunidad de Madrid, ha mostrado interés en la operación de las seis líneas del subte porteño y el premetro. Este servicio de transporte público se presta a través de Metro de Madrid S.A.

 

 

Autoridades del Gobierno porteño recibieron consultas de Keolis y RATP, sociedades que controlan y operan el metro de Lyon y Paris, respectivamente. La primera intenta desembarcar en América Latina desde hace años pero, a pesar de algunas competencias por licitaciones en Brasil, jamás ingresó al mercado de transporte de este lado del Atlántico. Para esta sociedad mixta entre privados y el Estado francés, la operación del subte de Buenos Aires implicaría una vidriera para el resto de la región.

 

El grupo Keolis opera en 16 países y transporta más de tres mil millones de pasajeros por año, al tiempo que también administra servicios de tranvía, tren y colectivos. Con esa cifra, supera por amplio margen el requisito de “experiencia” que establecerá el Gobierno en el pliego, como señaló Letra P.

 

El 70% de Keolis es propiedad de la SNCF, la compañía estatal francés que administra, opera y controla los ferrocarriles y el subte. El 30% restante pertenece a la Caja de depósitos y colocación de Québec (CDPQ), un grupo inversionista institucional canadiense que nació por decisión del gobierno de ese país para manejar fondo de pensiones. Tiempo después, administró el dinero de organismos públicos y desde hace algunos años invierte en emprendimientos privados, como el aeropuerto Heathrow (Londres) o el metro de la esteña ciudad de Lyon.

 

 

 

 

La RATP (Régie Autonome des Transports Parisiens, en francés) no solo es la autoridad de transporte de la ciudad capital de Paris, sino que es un gigante europeo en materia de transporte público urbano, con operaciones en quince países y cuatro continentes. Además, es la preferida de Larreta y Moccia para operar la pequeña red porteña de subtes. Sólo en la región parisina administra 14 líneas de metro (incluidas dos líneas automáticas), además de dos líneas regionales de trenes expresos, siete líneas de tranvía y unas 350 líneas de autobús.

 

RATP es un consorcio estatal administrado por una junta directiva que se rige por lo que en Francia denomina “regla de los tres tercios”. Esto implica que en el Consejo de Administración de RATP debe garantizarse la siguiente representación de sectores: un tercio de los representantes estatales, un tercio de los representantes de los empleados y un tercio de las “personalidades calificadas” en el ámbito del transporte o las políticas de viaje.

 

En la gira europea, Larreta y la comitiva que lo acompañó participaron de un arduo encuentro con empresarios berlineses, interesados en la administración del subterráneo porteño. A pesar de que el alcalde abría las conversaciones hablando en el difícil idioma alemán como señal de respeto, los empresarios teutones se mostraron inflexibles y fueron tajantes e insistentes con dos preguntas: “¿Cómo es la situación sindical? ¿Cuántos trabajadores contempla?”. Los funcionarios porteños debieron explicar la riña local entre Metrodelegados y la UTA, que llegó a la Corte Suprema, y vieron cómo el interés se desvanecía conforme avanzaba el relato.

 

 

 

Este punto, como adelantó este medio, forma parte de las tres condiciones elementales que plantearon la mayoría de las empresas interesadas para empezar a hablar de una negociación por el subte capitalino. Según pudo saber Letra P, Larreta prosiguió su recorrida hacia Paris a sabiendas de que no volvería a charlar con empresarios alemanes para negociar un desembarco en la Ciudad.

 

En el marco de la reunión anual de la International Association of Public Transport (UITP) en Canadá, emisarios del Gobierno porteño y la Sociedad de Transporte de Montreal coincidieron y entablaron un diálogo informal. La Ciudad estuvo representada por Subterráneos de Buenos Aires Sociedad del Estado (SBASE), la firma estatal que en nombre de la administración porteña se encarga de las obras de infraestructura del subte y de coordinar su servicio con el concesionario, que en la Ciudad es Metrovías desde 1994.

 

Entonces, representantes de SBASE y la Sociedad de Transporte canadiense coincidieron en Montreal. Los norteamericanos mostraron interés por el nuevo contrato y pidieron más detalles, aunque la negociación está únicamente en manos Moccia, Miguel y el propio Larreta.

 

¿Continuará el interés de Sbase para que Metrovías siga con la operación del subte y así evitar conflictos sindicales? El pliego de la licitación dejará en claro que el futuro operador tiene que “absorber” a toda la planta laboral dedicada en exclusiva al subte, por lo cual ese punto estaría saldado sea quien sea el nuevo concesionario. Las autoridades de SBASE podrían abrir el juego y consultar con el diputado peronista Claudio Palmeyro, que en diciembre vence su mandato y tiene boleto de destino hacia ese organismo. Con años de trayectoria en el sindicato de peones de taxis, el edil brindó un aporte clave en el proyecto de ley con el que la Legislatura autorizó a Larreta a diseñar un nuevo contrato para el subterráneo.

 

 

 

La Sociedad de Transporte de Montreal opera el metro de esa ciudad, además de otros servicios públicos de transporte. La administración está a cargo de un Consejo Directivo conformado por concejales, alcaldes, representantes de los usuarios, de los jóvenes y los discapacitados.

 

Por otra parte, como detalló Letra P, Metrovías analiza forjar una alianza con una empresa extranjera de reconocida experiencia en el rubro para anotarse en licitación. No sería una novedad para la compañía del Grupo Roggio: ese esquema ya lo ensayó en Brasil, con trabajos en la operación de los metros de San Pablo y Río de Janeiro. El 31 de diciembre de 2018 vence la concesión, prorrogada la semana pasada, y el Gobierno apunta a "transparentar" el nuevo contrato, mientras la negociación con compañías extranjeras aún se mantiene en el marco de conversaciones.

 

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