EL POST KIRCHNERISMO

La tensión entre los K y el PJ dialoguista rompió el bloque del FpV porteño

El tweet de Santa María aceleró un quiebre que se arrastraba hace meses. El PJ y el sindicalismo harán bloque propio, alejados de La Cámpora y el kirchnerismo duro.

A quince días de que el titular del PJ porteño, Víctor Santa María, anunciara a modo de “joda” la creación de un nuevo bloque dentro del Frente para la Victoria, la broma se hizo realidad y la bancada que conduce Carlos Alfonso Tomada cedió ante las internas que se arrastran desde hace meses y se rompió, cristalizando una diferencia entre el kirchnerismo duro y el PJ dialoguista que se vivía desde hacía meses y que, en definitiva, no es más que una réplica de lo que viene sucediendo -con los matices de cada caso- en el Congreso de la Nación y en la Legislatura bonaerense.

 

Ahora, el sindicalismo y el peronismo se refugiaron en el Bloque Peronista y se apartaron de la bancada kirchnerista, que quedará conformada por nueve diputados agrupados en fuerzas como La Cámpora y Nuevo Encuentro.

 

Los tres diputados que dejaron el bloque de Tomada son María Rosa Muiños –que presidirá la nueva bancada-, Silvia Gotero y Claudio Heredia. Las legisladoras están vinculadas directamente a Santa María y a su compañero de ruta en el PJ porteño y ex titular de la Magistratura, Juan Manuel Olmos. En tanto, Heredia reporta al titular de UPCN, Andrés “El Centauro” Rodríguez.

 

Según expresaron mediante un comunicado, Muiños pondrá a disposición del cuerpo parlamentario su cargo de vicepresidenta segunda “por entender que lo ocupaba representando al Frente para Victoria”.

 

“Queremos trabajar en un espacio que exprese al peronismo en la Legislatura”, aseguraron los legisladores, quienes se corrieron del kirchnerismo y se reagruparon “como un aporte a la necesaria renovación de las ideas y los métodos de construcción política en la Ciudad de Buenos Aires, desde nuestra identidad política”.

 

Además, en una ácida crítica a la conducción de Tomada, sostuvieron que “las diferentes posiciones dentro de un bloque deben ser saldadas apelando al consenso ya que cuando se pretende imponer solamente el criterio de un sector, se quiebra el equilibrio interno y se impone la necesidad de tomar nuevas formas de organización parlamentaria”.

 

“No alcanza con tener una misma visión positiva sobre los logros alcanzados durante los 12 años de gestión de Néstor y Cristina; ni con coincidir en el rechazo a las medidas anti populares que está llevando a cabo el gobierno de Mauricio Macri”, expresaron y marcaron que “hace falta coincidir en cómo se construye una fuerza parlamentaria que exprese lo que pensamos sobre las políticas públicas en la Ciudad y lo lleve legislativamente a la práctica”.

 

Según adelantaron, serán una oposición “sin renunciar a ser parte de los consensos parlamentarios cuando estemos de acuerdo en lo sustancial de un proyecto o iniciativa que mejore la vida cotidiana de los habitantes de la Ciudad”.

 

“El peronismo no puede renunciar a incidir sobre la realidad de los vecinos y de sus barrios a través de las leyes. Debemos participar de los debates y lograr que nuestras propuestas se plasmen positivamente”, concluyeron, en un nuevo tiro por elevación hacia el kirchnerismo duro, especialmente a La Cámpora, la agrupación a la cual acusan de hacer “antimacrismo”.

 

A pesar de que hasta la semana pasada se barajó la posibilidad de que se reflote el interbloque kirchnerista para que la ruptura no sea tan drástica y queden todos bajo el paraguas del FpV, este martes se confirmó que ese camino, al menos por ahora, quedó atrás. De todas formas, la figura del interbloque no existe y no figura en el reglamento interno del Parlamento. Fue un recurso que encontró el PRO años atrás para que el kirchnerismo y sus distintos sectores (agrupados en bloques como Nuevo Encuentro o Sindical Peronista, por ejemplo) se mantengan unidos y operen en el recinto como una segunda fuerza que aporte gobernabilidad a la administración de Mauricio Macri, en tiempos en que ocupa el sillón de Bolívar 1, primero, y Uspallata 3160, después.

 

La interna en el bloque FpV viene desde hace meses. Comenzó con la discusión por la votación del traspaso de la Policía Federal y se acrecentó semana a semana. Se suspendieron las reuniones de bloque, empezaron a votar divididos, Santa María amenazó con romper el espacio una vez –durante el debate por la Agencia de Bienes- y volvió a hacerlo una semana atrás.

 

Lo que sus interlocutores en el Parlamento definieron y trataron de explicar a sus colegas como “una joda de Víctor” terminó de cristalizar una posición rupturista que se venía trabajando desde hace tiempo y que tiene al titular del SUTERH y el líder de UPCN, como aglutinadores de la idea de formar un nuevo espacio dentro del FpV, alejado de la conducción de La Cámpora y el kirchnerismo duro, principalmente.

 

LA GRIETA. Carlos Tomada encabezó la lista de legisladores porteños del Frente para la Victoria del año 2015. Una vez electo, nadie dudó de que su experiencia de 12 años como ministro de Néstor Kirchner y Cristina Fernández fuera condimento suficiente para encarar la conducción del siempre convulsionado bloque del FpV porteño.

 

Antes de asumir, se entrevistó personalmente con cada uno de sus futuros compañeros en la Legislatura porteña y les transmitió su intención de presidir la bancada. Además, buscó consenso para dejar atrás la figura del interbloque, inventada en el edificio de Perú 160 para que el kirchnerismo contenga a todas sus fuerzas y discuta espacios de poder con el PRO. Superada esa etapa y consolidado el bloque único, comenzaron las diferencias.

 

Al momento de votar el traspaso de parte de la Policía Federal a la Ciudad, un sector del bloque se opuso tajantemente ofreciendo dos argumentos: planteando “dudas” sobre el convenio firmado entre Mauricio Macri y Horacio Rodríguez Larreta y explicando que no sería prudente que el FpV acompañe al PRO en momentos que el nuevo oficialismo nacional “hostiga” al anterior. En el despacho del ex ministro de Trabajo se hizo una votación nominal entre los legisladores y ganó la abstención, que varios de los ediles la confirmaron a regañadientes.

 

Tiempo después, el bloque se enfrentó a la discusión por la Agencia de Bienes, que incrementó la riña interna y desencadenó un hecho simbólico: se terminaron las reuniones entre los 12 diputados. El FpV votó dividido esa iniciativa.

 

No obstante, el hecho que aceleró la ruptura, ya inevitable por ese entonces, fue un polémico tuit de Santa María en el que anunció la creación de un nuevo bloque.

 

Omar Perotti, el gran apuntado por la debacle del peronismo en Santa Fe.
Victoria Villarruel y Javier Milei

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