Javier Milei festeja con Homo Argentum y desordena el cine nacional
El Presidente yerra cuando dice que la película no tuvo financiamiento público. El titular del INCAA la vio por Tik Tok. Impuestos y fondos que no se asignan.
Javier Milei festeja con Homo Argentum y desordena el cine nacional
El presidente Javier Milei lleva más de diez días festejando el éxito de Homo Argentum. Vio el filme al menos cinco veces en espacios privados y políticos. Lo celebra como una película “que representa las ideas libertarias” y que “fue financiada sin dinero público”, lo que es equivocado.
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La discusión sobre el rol del Estado en el financiamiento del audiovisual es un clásico para el gobierno libertario y sus seguidores.
Con casi dos semanas en cartel, la película protagonizada por Guillermo Francella es un fenómeno de taquilla. Ya vendió 1.100.000 entradas, seis de cada diez personas que van al cine la eligen y disputa récords con tanques nacionales históricos como Relatos Salvajes y Metegol.
La "batalla cultural" de Javier Milei
La nueva escena de la “batalla cultural” del gobierno de Milei evidencia un intento deliberado por imponer una narrativa ideológica simplista. Y se combina con el desprecio y el desconocimiento del funcionamiento del sector audiovisual.
Una muestra evidente de esto se observó en el intercambio televisivo entre el reconocido crítico de cine Pablo Manzotti y Carlos Luis Pirovano. Allí, el funcionario defendió la película que, sin embargo, reconoció solo “haber visto en recortes de Tik Tok”.
El titular del INCAA, Carlos Pirovano, se puso a polemizar en TN con un crítico de cine sobre la película de Francella hasta que el crítico se cansó y le preguntó: --¿Usted vio la película? --No, yo dije que vi TikToks. Cuando vos ves muchos TikToks, ves casi toda la película. pic.twitter.com/MHiEkW6DP5
Designado presidente del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) en marzo de 2024 mediante el decreto 202, el nombramiento de Pirovano generó debate, ya que es un economista sin experiencia previa en la industria audiovisual.
Según su perfil en Linkedin, es licenciado en Economía por la Universidad de Buenos Aires (UBA) y especialista en finanzas y planeamiento estratégico.
El cine argentino, en crisis
Más allá de los nombres de la gestión y los prejuicios sobre la producción audiovisual nacional, el éxito contundente del nuevo filme dirigido por Mariano Cohn y Gastón Duprat llegó en un momento complejo para el cine argentino.
La decisión tiene un impacto muy negativo para la industria local. Se sostiene en el discurso gubernamental que demoniza una producción cultural que, en su esencia, es la única política de Estado de largo plazo para el sector, vigente desde 1994. Esta ofensiva pone en riesgo la sustentabilidad de la industria audiovisual.
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Javier Milei festeja con Homo Argentum y desordena el cine nacional
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El financiamiento de la producción de cine y series en Argentina, como en la mayoría del mundo, es un ecosistema híbrido y complejo. Los fondos públicos no compiten con el capital privado. En muchos casos, actúan como un motor y se potencian mutuamente. Por ello se definen como "industrias culturales" y no sólo "actividades culturales".
El cine es cultura, los contenidos para plataformas lo son. Pero también son actividades económicas, generan empleo e inversión. La idea de que el dinero público es un "gasto" innecesario se desmonta al ver que estos fondos actúan como "capital semilla".
Homo Argentum y la inversión del Estado
El caso de Homo Argentum es notable. Su inversión fue de $2.400.000.000, de los cuales la empresa sostiene haber destinado en la Ciudad de Buenos Aires $1.236.163.401, a partir de lo cual recibió como devolución de impuestos (o cash rebate) $150.000.000.
Esta contribución pública, del Fondo de Fomento Metropolitano, equivalente al 12,13% del costo total del filme, es el engranaje que pone a girar un proyecto que tiene también otros capitales, privados.
Así lo defendió el jefe de gobierno porteño Jorge Macri, enfrentado con Milei pero, a la vez, parte de su acuerdo electoral. A pesar de todo el ruido, la mayoría de las producciones en la Argentina tienen algún tipo de apoyo estatal.
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Productoras reconocidas y de renombre se beneficiaron de estos programas. Sin ir más lejos, en la primera edición del Fondo de Fomento Metropolitano (2023) resultaron ganadores proyectos de productoras como Haddock Films (de Vanesa Ragone) y Storylab (de Nacho Viale), entre otras que filman contenidos para ser estrenados en plataformas globales, de capitales extranjeros.
En la tercera edición (la vigente), se seleccionaron proyectos como Parque Lezama de 100 Bares (la productora de Juan José Campanella) para Netflix, Envidiosa (temporadas 3 y 4, producida por Kapow para Netflix) y otra de Storylab para Disney.
Hay plata
El superéxito protagonizado por Francella llevaba recaudado hasta el 26 de agosto $7.454.689.620. El 10% debería aportar al Fondo de Fomento del INCAA para generar nuevos films. Sin embargo, la gestión actual tiene paralizado este proceso y no se conoce el destino de los recursos, que cuentan por ley con “asignaciones específicas”.
Debatir en serio estas cuestiones demandaría indagar, por ejemplo, cómo incluir lo que se recauda por el IVA a las plataformas. O analizar todo lo que pone el Estado (cuando recauda y cuando deja de recaudar vía exenciones impositivas) en todas las jurisdicciones.
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Enfocar los intercambios en si el personaje del abuelo o el presidente de ficción defienden al gobierno y lo interpretan de acuerdo al plan es mirarse el ombligo.
En un mundo globalizado y plataformizado, en el que las grandes corporaciones transnacionales (Netflix, Amazon, Disney, etc.) dominan la distribución y el acceso, el Estado tiene un rol fundamental en proteger y fomentar la producción local.
El financiamiento público es una inversión estratégica. Y esto, a pesar de los tuits presidenciales y del uso de la cultura para denostar. No debería ser objeto de burla, sino de debate serio.