ECONOMÍA

El salvataje de Scott Bessent: qué es un swap, cómo funciona y por qué impacta en las reservas del BCRA

Es un mecanismo de intercambio de monedas entre bancos centrales. Estados Unidos lo usará para asistir al Gobierno y reforzar el respaldo financiero.

En las últimas semanas, Estados Unidos pasó a ocupar un lugar inesperado en la política cambiaria argentina. A través de su secretario del Tesoro, Bessent, el Gobierno norteamericano compró pesos, confirmó un acuerdo de swap por 20.000 millones de dólares y avaló el esquema de flotación entre bandas, adoptado por el Banco Central de la República Argentina (BCRA).

El respaldo, que operó como un rescate financiero, fue interpretado como una maniobra política para dar aire al Gobierno de Javier Milei y evitar una crisis cambiaria en la antesala electoral. La operación dejó como saldo un descenso moderado del dólar y una mejora en los bonos soberanos, pero también abrió interrogantes sobre el grado de autonomía de la política monetaria local frente a los intereses geopolíticos de Washington.

El rol de Scott Bessent

El rol del virrey Bessent fue clave para habilitar la intervención. Su gestión fue leída como un movimiento pragmático de la administración de Donald Trump, en busca de evitar una desestabilización mayor en la región.

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El swap es un acuerdo financiero entre dos bancos centrales para intercambiar monedas bajo ciertas condiciones de tasa, plazo y devolución. En términos simples, un país entrega su divisa local y recibe a cambio la del otro, con la posibilidad de usar esos fondos para fortalecer sus reservas, intervenir en el comercio bilateral o enfrentar presiones cambiarias.

En el caso argentino, este tipo de acuerdos no son nuevos, pero su peso creció en los últimos años por la debilidad estructural del BCRA. El acceso a dólares líquidos se volvió limitado, y los swap se convirtieron en una herramienta de contención simbólica y reaseguro político, más que en una solución de fondo.

El swap con China

El antecedente más longevo de este mecanismo en Argentina es el acuerdo con el Banco Popular de China, vigente desde 2009 y renovado en distintas oportunidades. El último tramo activado representó más de 18.000 millones de dólares en yuanes, aunque no todos ellos están disponibles para el uso inmediato.

Estos recursos, si bien figuran en la contabilidad como parte de las reservas brutas, tienen condiciones de uso y deben ser devueltos en moneda china, con tasas pactadas. Su principal utilidad fue facilitar operaciones de comercio bilateral y sostener la imagen de solidez financiera en momentos críticos.

Al igual que ocurre ahora con el respaldo de Estados Unidos, el swap con China plantea una paradoja: amplía las reservas, pero genera nuevas dependencias y compromisos futuros.

Scott Bessent, el virrey de Donald Trump en Argentina.
Javier Milei y Toto Caputo apuran el acuerdo comercial con Estados Unidos.

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