Toto Caputo y la presidenta del FMI, Kristalina Georgieva
Tras el final de la rebaja temporal de retenciones, las exportaciones del campo se desploman y anticipan semanas de menor ingreso de divisas. El FMI insiste con la necesidad de un tipo de cambio flexible para acumular reservas. Mientras tanto, Toto Caputo y el Banco Central enfrentan un mercado de pesos tenso y problemas para controlar al dólar.
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Entre febrero y junio, el campo motorizó la entrada de dólares al mercado con un promedio de u$s 200 millones diarios en Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior (DJVE), que incluso treparon a u$s 300 millones en mayo y junio gracias a la baja transitoria de retenciones.
Este incentivo dejó de regir el 30 de junio y el resultado fue inmediato: desde el 1° de julio, las DJVE se derrumbaron a u$s 26 millones diarios, apenas el 10% del ritmo previo, según datos de LCG.
Se terminan los dólares del campo
Hasta este martes, la liquidación en el mercado oficial se sostuvo gracias a las ventas pendientes que los exportadores tenían tiempo de concretar en los 15 días hábiles posteriores. Esta ventana se cerró. En julio, el sector agroindustrial liquidó hasta ahora u$s 3.200 millones (contra u$s 3.800 millones de junio) y se espera que, en las próximas semanas, el ingreso de divisas caiga a un rango mensual de u$s 500 a 1.000 millones.
La magnitud del ajuste no es menor. Se trata de al menos u$s 2.000 millones menos por mes, un monto que duplica lo que el Tesoro planea colocar en bonos BONTE en este mismo período. Y lo más preocupante: el agro ya no tiene incentivo para apurar la venta de dólares, por lo que la oferta podría seguir en niveles magros mientras los productores retienen la cosecha en busca de mejores precios o condiciones.
Liquidación del agro junio 2025.
Liquidación del agro junio 2025.
Toto Caputo, el Banco Central y el dólar
El Banco Central sigue sin intervenir en el Mercado Libre de Cambios (MLC), pese a la volatilidad creciente, pero forzó una baja en la cotización del tipo de cambio con fuertes ventas de contratos de dólar futuro. El precio oficial bajó 20 pesos este martes hasta los $ 1.280 en el Banco Nación. La contracara es que la autoridad monetaria convalida un fuerte aumento de la tasa de interés, con mucha volatilidad en las cauciones a un día.
Las reservas brutas cerraron en u$s 40.650 millones tras una suba de u$s 263 millones, pero buena parte de esta mejora se debió al movimiento de encajes y no a compras genuinas.
La estabilidad del tipo de cambio parece sostenida más por la intervención en el mercado de futuros -en el que el interés abierto saltó u$s 2.300 millones en ocho ruedas hasta u$s 6.304 millones- que por la oferta genuina de dólares.
Si bien las posiciones en futuros no pueden atribuirse únicamente al BCRA, la dinámica del mercado hace pensar que su participación fue decisiva. En este contexto, la reacción del mercado ante la menor oferta de divisas del agro es una incógnita.
El mercado de pesos, tensionado y sin ancla
La salida de pesos tras la última licitación del Tesoro y la política de no intervención del Banco Central tensionaron el mercado monetario. Las tasas de corto plazo se dispararon: la caución a un día superó el 50% intradiario y las Lecaps cortas quebraron el 40% de Tasa Efectiva Mensual (TEM), mientras los bonos CER rinden hasta 17% real.
Según Max Capital, esta volatilidad responde al esquema de agregados monetarios que limita la intervención del BCRA y a las colocaciones quincenales del Tesoro, que generan sobrantes o faltantes de liquidez entre licitaciones.
En este contexto, el mercado busca anclar expectativas a la próxima licitación del 31 de julio, fecha en la que el Tesoro suele expandir pesos con mayor comodidad.
Para el BCRA, las soluciones pasan por definir un corredor de tasas con pases, intervenir en el mercado secundario o coordinar las expansiones del Tesoro. Sin embargo, la entidad evita estas opciones para no asumir riesgos de financiamiento indirecto o presión inflacionaria. La consecuencia es un mercado de pesos con alta dosis de volatilidad estructural.
Lo pide el FMI
El Fondo Monetario Internacional volvió a remarcar la necesidad de sostener un tipo de cambio flexible -una manera elegante de sugerir una devaluación- que permita acumular reservas, en línea con el programa acordado con la Argentina.
Aunque el último informe del organismo pone foco en la estabilidad global y la necesidad de redes de seguridad financiera, el mensaje para la política cambiaria local sigue siendo claro: la acumulación de reservas sigue siendo clave y la flexibilidad del dólar es una herramienta central para lograrlo.
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La caída del ingreso de dólares del agro, combinada con la renuencia del BCRA a intervenir de manera directa, podría volver a poner presión sobre la cotización si la demanda supera la oferta en el mercado oficial.
El escenario que se avecina es de menor holgura cambiaria y creciente monitoreo del Fondo sobre el cumplimiento de las metas, especialmente en momentos donde los compromisos de deuda externa y las necesidades de intervención en los mercados financieros se mantienen elevados.
Un equilibrio precario
El mercado financiero argentino transita un equilibrio frágil, sostenido por intervenciones puntuales en futuros, compras esporádicas del Tesoro y la expectativa de una licitación que alivie tensiones de corto plazo.
Pero sin los dólares del agro y con un FMI que sigue pidiendo tipo de cambio flexible y acumulación de reservas, el Banco Central y el Tesoro enfrentan semanas en las que la estabilidad cambiaria dependerá de su capacidad para manejar la oferta escasa de divisas y un mercado de pesos propenso a la volatilidad.
El próximo test será la licitación del viernes 25, que se liquida el 31, pero la incógnita verdadera es cómo sostener la calma más allá de este punto sin las anclas tradicionales del agro y sin margen para intervenciones cambiarias masivas.