El escenario electoral 2025 en Buenos Aires no lo definirá solamente la interna entre Cristina Fernández de Kirchner y Axel Kicillof o la decisión de Karina Milei y Mauricio Macri sobre un posible acuerdo de partidos. La UCR, en la figura de Maximiliano Abad, tendrá la llave para abrir una dimensión territorial nada despreciable para quien quiera valerse del triunfo.
En las últimas semanas, tanto el PRO como La Libertad Avanza ensayaron invitaciones al radicalismo a sumarse a esas fuerzas para vencer al kirchnerismo. Nadie en la provincia desconoce que, en las 27 intendencias que la UCR controla, radica un poder territorial mucho más fuerte que las desconocidas figuras libertarias locales o los apellidos amarillos que vienen sufriendo el mismo desgaste que su partido.
Cada caso es particular y, según la cantidad de personas habilitadas para votar en cada distrito, el radicalismo tiene más o menos peso. Pero en ningún caso es un espacio político para desestimar. Dato central: es la fuerza de la oposición que más intendentes y legisladores tiene.
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Maximiliano Abad, líder de la UCR en Buenos Aires.
El peso de las intendentes de la UCR
El Foro de Intendentes Radicales de la provincia se reunirá el 9 de mayo en Tandil, tierra que gobierna desde hace 22 años el histórico Miguel Lunghi, de 81 años de edad. Allí, como es habitual, los jefes comunales intercambiarán problemáticas de gestión por la mañana y, después del almuerzo, abordarán temas político-electorales. Aseguran que no tomarán ninguna decisión en ese sentido y que todo lo que pase este año dependerá de lo que defina el comité provincial de la UCR, todavía conducido por Abad.
La referencia es sobre si el partido centenario aceptará alguna de las invitaciones que vienen haciendo Macri o algunas voces libertarias que saben de la importancia de conseguir un poder territorial que no tienen. Las Fuerzas del Cielo solo cuenta con dos intendentes y ninguno ganó sus municipios con la boleta de Milei en 2023. A eso hay que sumarle las estructuras electorales que asoman, crecen, pero que por ahora no dominan el mapa del interior.
El caso del ingeniero va en el mismo sentido. Quiere capitalizar el fichaje de sus exsocios por si las cosas con LLA no salen como lo soñó. Una reedición de JxC no estaría mal como alternativa, algo que su tropa bonaerense intentó hace dos meses cuando iban a reencontrarse en una actividad en La Plata, pero que la cúpula amarilla con Cristian Ritondo y Diego Santilli hizo detonar con una foto previa junto a Javier Milei y su hermana, la secretaria general de la Presidencia.
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El Foro de Intendentes de la UCR se reunirá en Tandil el 9 de mayo.
Maximiliano Abad manda
La prórroga que la Justicia estableció en el mandato de Abad al frente del partido en Buenos Aires es solo un dato institucional: 22 de los 27 intendentes y 16 de las 23 bancas radicales en la Legislatura bonaerense pertenecen a su espacio. Enfrente está el sector que se referencia en Martín Lousteau, por un lado, y en Facundo Manes, por otro, que le presentó una lista opositora a su sector en las elecciones partidarias del año pasado.
Si bien el economista y el diputado comparten un bloque legislativo en la cámara baja provincial, en ese sector no radica la misma cohesión que en el abadismo, ya sea por las aspiraciones o por la pertenencia política de sus líderes. Es decir, la mayor parte del radicalismo bonaerense se alinea detrás de Abad y deja en sus manos el destino del espacio, ya sea con rumbo a un gran frente anti-K junto al PRO y LLA o cerca del PRO no libertario y sectores de centro que asomen como una oferta tan lejos de Milei como de Kicillof.
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Maximiliano Abado con intendentes de la UCR.
Las ocho elecciones
Como contó Letra P, en el territorio que concentra casi el 40% del padrón electoral habrá ocho elecciones en septiembre. No habrá una candidatura nacional que levante a los postulantes seccionales o locales. La fortaleza estará en la mejor estrategia que cada fuerza política pueda emprender y en las sociedades que pueda construir. Así, nadie debería desestimar a un partido que fue furgón de cola del PRO durante cinco elecciones, pero que aparece como un sello a tener en cuenta en secciones como la Cuarta, la Quinta y la Sexta, donde gobierna varios municipios.
Así, tal vez las luces de los apellidos con dimensión nacional, como Kirchner, Kicillof, Milei y Macri, no estén alumbrando a un actor importante y del que algunos de ellos van a necesitar. No necesariamente deban hacerlo en el nombre de Abad, pero sí del partido que controla, de sus aparatos electorales, de fiscalización, de territorio, de sus intendentes y sus bancas legislativas que siguen levantando una de las banderas más tradicionales de la política nacional.