La posibilidad de que Cristina Fernández de Kirchner sea candidata por la Tercera obliga a que los demás pongan lo mejor que tienen. Algo similar a lo que ocurre en la Primera, donde suenan los nombres Sergio Massa, Malena Galmarini y Gabriel Katopodis. Otros nombres para competir en el conurbano: el PRO libertario Diego Santilli, el armador de LLA Sebastián Pareja y el exintendente Néstor Grindetti.
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Cristina Fernández de Kirchner, de recorrida.
Para poder hacerle frente a un peronismo unido, el PRO y LLA necesitan ir juntos y aun así una victoria en esas secciones no sería sencilla. El año 2023 ofrece un ejemplo. En la Primera, UP se impuso con el 44% de los votos, Juntos por Cambio tuvo el 26% y LLA 24%. Si los números fueran similares este año y la oposición fuera junta, podría alcanzar el 50% de los votos y un triunfo.
En la Tercera los números son más complejos para la oposición: en 2023 el peronismo sacó el 51%. Ni sumando los votos de todas las fuerzas se lograría un triunfo. La única oportunidad que la oposición tiene para quedarse con la victoria en el histórico bastión del sur del conurbano es que el peronismo no logre surfear sus diferencias internas y llegue dividido a la elección, es decir, una lista cristinista y otra de Axel Kicillof.
En ambas secciones hay que mirar, además, qué harán las terceras vías, ya que los pisos electorales pueden permitirle a sectores que no tienen chances de negociación con las alianzas más fuertes poner legisladores. En la Tercera, el piso es 5,5% y en la Primera, 12,5. Esto puede propiciar la dispersión de listas. Con todo, parece improbable que el peronismo se arriesgue yendo dividido: el golpe de efecto de un triunfo libertario en el corazón del voto kirchnerista sería una herida difícil de cicatrizar.
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Diego Valenzuela jugará como armador de La Libertad Avanza en la Primera. Diego Santilli se resiste a ser candidato provincial.
Segunda sección electoral
La sección del norte de la provincia elegirá apellidos para 11 bancas en la Cámara de Diputados. El peronismo tiene cuatro, con Naldo Brunelli, Fernanda Díaz, Carlos Puglielli y Lucía Klug; el PRO suma tres con Fernanda Antonijevich, Paula Bustos y Matías Ranzini (jefe de bloque) y el radicalismo cuenta con dos en una bancada, Viviana Dirolli y Julio Pasqualin, y dos en otra con Claudio Rossi y Belén Malaisi.
El kirchnerismo tiene una fuerte influencia a través de las figuras del senador Sergio Berni y de la titular del Puerto de San Nicolás, Cecilia Comercio, que milita en La Cámpora. Por el kicillofismo juegan un puñado de intendentes: Ricardo Alessandro (Salto) y Cecilio Salazar (San Pedro). Como en la mayoría de las secciones, el peronismo no debiera prescindir de la unidad para retener sus bancas e incluso si quisiera conseguir alguna más.
El ritondismo, a través de Ranzini y el intendente de Zárate Marcelo Matzkin, pretende conservar lo que tiene el PRO y podría robustecer esa estructura. En esta sección es insoslayable la figura de la familia Passaglia, en San Nicolás, la cabecera distrital. Juegan en el PRO, pero tienen autonomía en los armados. El partido amarillo podría ensayar un acercamiento a LLA, que en la última elección salió tercera con 28 puntos, lo que le permitió meter un senador.
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La familia Passaglia juega en los armados seccionales del PRO
Cuarta sección
La Cuarta sección electoral pondrá en juego siete bancas para el Senado, de las cuales tres son del peronismo (todos de las filas de CFK), dos del radicalismo, una del peronismo federal y una del PRO. LLA no pone nada en juego, pero ya en 2023 mostró presencia logrando el ingreso de cuatro figuras libertarias a la Cámara de Diputados. En ese entonces la división entre libertarios y el PRO benefició al peronismo, que logró quedarse con un triunfo en una sección que siempre le fue esquiva. El resultado fue 37,7% UP, 36,2 JxC y 25,9 LLA.
Si se analizara mirando los números, un acuerdo entre el PRO y LLA podría garantizarles un triunfo, no obstante, hay reticencia en el partido de Macri a ese acuerdo y en la sección prefieren volver al matrimonio con el radicalismo. El argumento tiene que ver con el poder territorial, clave en una elección desdoblada, la falta de figuras fuertes libertarias y la mala relación con los dirigentes que responden a Javier Milei en los dos municipios gobernados por el PRO, donde son férreos opositores.
Aunque controla diez intendencias, el peronismo necesita ir unido. De lo contrario, sus chances se evaporan. El PRO gobierna solo dos distritos, pero cuenta con el de mayor volumen electoral: Junín. El radicalismo controla cinco -aunque todos de diferentes líneas internas-, uno es del Peronismo Federal de Miguel Ángel Pichetto y uno vecinalista, Chivilcoy.
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El intendente de Junín, Pablo Petrecca, juega en el team Mauricio Macri
Quinta sección
La región costera de la provincia renovará sus cinco bancas en el Senado, de las cuales al peronismo le pertenecen dos, a la UCR otras dos y al PRO una. La Cámpora tiene a Pablo Obeid, de Mar del Plata; Gabriela Demaría responde a Juan Pablo de Jesús, del Partido de La Costa; los radicales Ariel Martínez Bordaisco y Flavia Delmonte se referencian en Maximiliano Abad y Alejandro Rabinovich reporta al intendente marplatense Guillermo Montenegro.
El peronismo no puede jugar dividido si quiere sostener sus bancas. El predominio del armado en la Quinta es del cristinismo desde hace varios años en la figura de Fernanda Raverta, aunque en los últimos meses emergieron dirigentes kicillofistas como el intendente Gustavo Barrera (Villa Gesell) y el diputado Gustavo Pulti. Una síntesis entre todos los sectores sería lo ideal para el peronismo si quiere mantener sus bancas.
La UCR, que arriesgará dos escaños, tiene que definir su estrategia. Si se mantiene al lado del PRO, deberá aceptar lo que en esta sección parece un hecho: una alianza electoral con LLA. Es probable que los libertarios se queden con un lugar en la cámara alta y releguen a una del partido centenario. El radicalismo cuenta con 12 intendentes en esta sección que buscarán influir en el armado.
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Encuentro Marplatense fue la alianza del peronismo en 2023. Hoy Gustavo Pulti juega con Axel Kicillof y Fernanda Raverta con CFK.
El PRO tiene solo dos intendencias, pero controla Mar del Plata, cabecera seccional. Habrá que ver si quiere conservar ese poder en el sello que fundó Macri o si jugará con Las Fuerzas del Cielo y le aporta a los libertarios aún más chances de tener representación en el Senado.
La sexta sección
En la Sexta sección, la pelea por las 11 bancas de diputados bonaerenses tiene final abierto. La fractura del PRO hizo que se reconfigurara el mapa del reparto de bancas, pero en la elección de 2021, lo que entonces era JxC sacó más 52 puntos y se quedó con siete escaños. Hoy, esos sillones se reparten entre los bloques del PRO, LLA, la UCR y el Acuerdo Cívico. El peronismo, que entonces sacó 28 puntos, se quedó con cuatro bancas (dos kirchneristas, un axelista y una massista) que ahora deberá pelear para conservar.
La gran incógnita para 2025 es cómo quedará el armado de LLA y el PRO. En la elección de 2023, entre JxC y los libertarios cosecharon más del 60 por ciento, mientras que el peronismo mejoró su perfomance de 2021, con un 32,6 por ciento. Si repitiera esa elección podría retener sus cuatro bancas.
La Séptima sección
En la Séptima se renuevan tres bancas de senadores, que hoy están dos en manos del radicalismo y una del peronismo. Como el piso de votos para conseguir una banca es muy alto -33,3 por ciento-, es una elección que suele terminar con sorpresas y muchas veces con una sola fuerza llevándose los tres senadores. En 2021, por ejemplo, el peronismo sólo logró superar esa barrera por 500 votos, los que le permitieron conseguir arañando la banca que hoy ocupa en el Senado Eduardo Bucca.
Cristina Fernández de Kirchner y Eduardo Bucca
Cristina Fernández de Kirchner y Eduardo Bucca.
El peronismo ahora tendrá que remar para conservarla. En 2023, el resultado en la sección mostró que JxC y la LLA cosecharon, entre los dos, más de 60 puntos. El peronismo, en tanto, sacó poco más del 35%. Si repite ese resultado, conservaría la senaduría. Una de las grandes incógnitas es qué pasará con el radicalismo. La UCR hoy tiene dos bancas que deberá defender en solitario o en algún acuerdo con el PRO.
Octava sección
La Región Capital (La Plata) pondrá en juego seis bancas de la Cámara de Diputados, de las cuales tres son de Unión por la Patria (UP) y otras tres pertenecen a Juntos por el Cambio (JxC). La Cámpora, el kicillofismo y el massismo tienen una cada uno: Ariel Archanco , Lucía Iáñez y Juan Malpeli. En el caso de las de la coalición, dos son del PRO -Julieta Quintero Chasman y Fabián Perechodnik- y una del radicalismo - Claudio Frangul -.
Tomando de referencia los números de la elección de 2023 (UP: 40,34%, JxC: 33,52%, LLA: 21,05%) y proyectando resultados similares, el peronismo está obligado a ir a las urnas con una sola boleta, lo que desataría una batalla brutal por el tercer lugar en la lista. Se aseguraría dos bancas y tendría alguna mínima chance de sumar otra.
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Julio Alak y Florencia Saintout.
UP enfrentaría esa dificultad sin importar lo que haga LLA y el PRO. Yendo juntas, las dos fuerzas opositoras se quedarían con cuatro butacas. Incluso podrían quedarse con dos cada una yendo divididas. Las cuatro bancas a las que podría aspirar allanarían el camino para un entendimiento prolibertario. Dos por lado. En ese esquema, el gran interrogante es qué hará el radicalismo, si se integra en ese pacto o va por afuera buscando retener la banca que tiene.
(Informes: Juan Rubinacci, Macarena Ramírez y José Maldonado)