LA INTERNA LIBERTARIA

Martín Menem demora la expulsión de Marcela Pagano para que ayude a blindar los vetos de Javier Milei

La diputada votó con la oposición y no se va del bloque. El oficialismo preveía armar una nueva bancada sin ella, pero esperará hasta las elecciones.

La diputada Marcela Pagano ayudó a la oposición con el cuórum y su voto en la última sesión, que permitió acelerar los debates de emergencia en pediatría y financiamiento universitario. Igual, en los papeles, la experiodista continuará en el bloque de La Libertad Avanza: al menos hasta las elecciones, Martín Menem no tiene previsto expulsarla.

La decisión del riojano se debe a la fragilidad del oficialismo en las últimas sesiones a partir de una rebelión de sus aliados: la UCR, el PRO y el espectro de los partidos provinciales. Como explicó Letra P, estas tensiones, relacionadas con el proceso electoral, complican al Gobierno para conseguir el tercio de ambos recintos que, tarde o temprano, necesitará para blindar eventuales vetos a leyes con impacto fiscal.

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Este miércoles, Pagano saltó el cerco por primera vez, aunque desde hace un año mantiene un fuerte enfrentamiento con Menem, que se inició cuando el titular de la cámara baja desconoció la elección de la diputada como presidenta de la comisión de juicio político.

Para llegar a ese cargo, la exconductora televisiva había tenido respaldo del entonces jefe de LLA, Oscar Zago, además de opositores que creían que era la candidata del oficialismo. La orden de desplazarla provino de Karina Milei, mandamás de Menem.

En la última sesión, la secretaria General de la Presidencia pagó el precio de su mano dura. Zago y su ladero Eduardo Falcone también votaron con la oposición; al igual que Lourdes Arrieta, otra enemiga de Menem que armó un monobloque y, como Pagano, ayudó con el cuórum. La mendocina motoriza una denuncia contra el jefe de la SIDE.

Martín Menem, por ahora espera

Desde que se peleó el año pasado con Menem, Pagano abandonó las reuniones de bloque y empezó un duelo público con el riojano. Tuvo su día de furia en febrero, cuando sacó un megáfono en el recinto para acusarlo de presionarla.

Con el antecedente de Arrieta, a quien echaron por nota luego de denuncias similares, se esperaba que Pagano fuera obligada a renunciar del bloque, pero eso no ocurrió. Karina Milei y Menem prefirieron dejar de perder votos por peleas personales y evitar castigos.

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“Mientras vote con nosotros, no podemos darnos el gusto de expulsarla”, era la frase repetida esos días entre las autoridades libertarias. Algunos diputados oficialistas se desconcertaron el 1 de marzo, cuando hubo un saludo fraternal de Milei a Pagano y su hijo, cuando el Presidente ingresó al recinto para dar la apertura de sesiones.

Con esa escena, muchos libertarios creen que la diputada sigue hablando con Milei, quien no interviene en su pelea con la hermana. El Presidente tampoco toma postura en los durísimos cruces, políticos y personales, que Pagano tiene en las redes con la diputada Lilia Lemoine, convertida en una sombra del jefe de Estado.

Las peleas entre ambas diputadas no tienen pausa: el miércoles, luego de dar cuórum, Pagano fue filmada por Lemoine en pleno recinto y evitó responder a sus provocaciones, para no alimentar sus interacciones en redes sociales.

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La pelea para diciembre

Lo cierto es que la decisión de Pagano de votar con UP sería, en el plan trazado hace unos meses por Karina y Menem, el elemento que faltaba para echarla de la bancada. Había hasta un mecanismo legal para desplazarla en tiempo récord: como la diputada no prevé irse del bloque oficialista, el trámite para que no forme parte era armar una nueva bancada sin incluirla. Así no tendría otra opción que buscar destino.

Este trámite es el que usó en 2017 Miguel Pichetto en el Senado para no recibir a Cristina Fernández de Kirchner y su grupo más cercano. Pero por ahora, Menem prefiere esperar, temeroso de seguir perdiendo votos.

“Nos van a culpar de cada derrota que tengamos”, advierten desde la conducción de la bancada LLA. La advertencia en la Casa Rosada es que en agosto, Menem y Victoria Villarruel necesitarán reunir un tercio del recinto para aceptar vetos presidenciales a leyes sensibles.

Es probable que, en esa fecha, justo antes del inicio de la campaña electoral, ambas cámaras tengan que volver a considerar la emergencia en discapacidad, el aumento a jubilaciones, la asistencia al Hospital Garrahan y el refuerzo al presupuesto universitario. Será la última oportunidad de Pagano para ayudar a Milei. Hasta podría tener el voto clave.

Para evitar estos riesgos, en diciembre, luego de las elecciones legislativas, Karina y Menem se conforman con alcanzar un tercio propio en cada cámara, una misión difícil, pero no imposible. Tal vez requieran garantizar aliados que ahora son volátiles para los últimos dos años de Gobierno. Pagano no estaría en esa cuenta. Para esa fecha, la quieren afuera.

Eduardo Lule Menem, enfrentado a Santiago Caputo. 
Javier Milei.

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