Horas después de que el Senado aprobara con modificaciones la ley ómnibus y la reforma fiscal, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, se reunió con las autoridades de los bloques de la oposición dialoguista y dejó un mensaje: el Gobierno quiere reflotar la reforma de Ganancias y Bienes Personales cuando los textos regresen al recinto de la cámara baja.
En el resto de los temas, Francos dio a entender que prefiere que Diputados ignore las modificaciones realizadas por la cámara alta. De esta manera, no es intención de la administración de Javier Milei validar los acuerdos que hizo en el Senado para conseguir los votos que permitieron aprobar los proyectos.
Los proyectos se tratarán en comisión el martes 25 de junio y llegarán al recinto dos días después, cuando Diputados tendrá dos opciones: validar el texto aprobado en ese recinto o aceptar las modificaciones de sus colegas del Senado. En la Casa Rosada prefieren la primera opción, aunque les cueste el vínculo con la cámara alta del Congreso, donde, de mínima, este año necesitan aprobar el Presupuesto 2025.
La reunión se realizó en el despacho de Martín Menem y participaron Cristian Ritondo, Silvia Lospennato y Silvana Giudici (PRO), Nicolás Mayoraz y Santiago Santurio (La Libertad Avanza), Rodrigo De Loredo (UCR), Eduardo Falcone y Cecilia Ibáñez (Mid), Juan López (Coalición Cívica), Miguel Pichetto y Juan Brügge (HCF), Pamela Caletti (Innovación Federal) y Carolina Piparo (Buenos Aires Libre).
Prioridades de Guillermo Francos
Francos destacó la necesidad de sancionar la reforma de Ganancias y de Bienes Personales que el Senado desechó en la mañana de este jueves y constituyen el corazón del paquete fiscal.
Ambas se aprobaron el 30 de abril en Diputados y en el Gobierno hay confianza en repetir esas mayorías en la sesión del 27. “De lo contrario, cada uno tendrá que explicar porqué cambió de opinión”, es el mensaje que circula entre los voceros libertarios.
En la oposición dialoguista de Diputados creen que estos capítulos podrían ser sancionados, aunque antes querían escuchar el pedido de Francos. A los gobernadores de JxC les molestó que, durante la negociación que arrancó en enero, les hayan atribuido un interés en la reforma de Ganancias, cuando en realidad era una necesidad de Milei para recaudar más y un pedido expreso del FMI. Francos no tuvo problemas este jueves en admitir públicamente que es un impuesto que el Gobierno busca subir. Lo repitió ante los bloques de Diputados.
Antes de ir al Congreso, el jefe de Gabinete habló con los mandatarios para que activen los votos y garanticen la reversión de Ganancias, que suma coparticipación en las provincias. En el Senado se trabó porque los patagónicos consideraron que afectaría a los trabajadores portuarios y petroleros de su región. Tampoco se pusieron de acuerdo en un texto alternativo.
El capítulo de Ganancias reduce los mínimos imponibles del impuesto a $1,8 millones para solteros y $2,2 millones para casados. Suma contribuyentes y permite recaudar 0.4% del PBI. Bienes Personales va en el sentido contrario: sube los pisos y habilita un pago anticipado a cambio de estabilidad fiscal hasta 2038. Se resigna 0.44% del PBI y hasta 0.6% en cinco años.
Francos sostuvo que la reforma de bienes personales es la que empuja el blanqueo, que sí pasó el filtro del Senado. En la UCR evalúan pedir que esa recaudación se utilice para la suba de jubilaciones aprobada la semana pasada en Diputados, que Milei amenaza con vetar si es sancionada.
En HCF, el bloque coordinado por Pichetto aún no hay acuerdo en cómo seguir. Hubo discusiones en el chat grupal sobre si en esta ocasión es preferible ayudar al Gobierno, pero sigue predominando un espíritu colaboracionista. Los partidos provinciales obedecen a sus gobernadores. Los no patagónicos quieren los cambios en Ganancias. Cuánto antes.
Todo vuelve a empezar
En la reunión con Francos, los representantes del PRO y LLA tomaron la voz cantante de ignorar las revisiones realizadas por el Senado y sancionar el texto que enviaron a esa cámara hace poco más de un mes.
La propuesta del jefe de Gabinete de elegir los textos definitivos abrió un debate en los bloques sobre qué modificaciones pueden ser bien consideradas. “De esas deliberaciones, saldrá una síntesis que será ley”, fue una definición del oficialismo.
Además de privatizaciones, el Gobierno defiende la mayor parte de la versión original del Registro de Incentivos a las Grandes Inversiones (RIGI). Aceptan algunas modificaciones técnicas, pero no las que acotaron los rubros a beneficiar con las excepciones impositivas y cambiarias, a cambio de invertir US$ 200 millones. También se creó un registro de proveedores pymes que Diputados deberá evaluar.
La única dificultad que habrá en la Cámara baja será insistir con capítulos que fueron modificados en el Senado por dos tercios. Es necesaria la ayuda de Unión por la Patria. No hay muchos. Algunos fueron la moratoria, la creación de un régimen para reducir en 2% del PBI los gastos tributarios y la suba al 5% de las regalías mineras, para nuevas inversiones.
Además, con esta noticia, Unión por la Patria será el árbitro de cualquier tema en el que no haya acuerdo entre los dialoguistas.
Con el juego abierto, la UCR pedirá recuperar dos artículos que fueron eliminados en el Senado: la moratoria previsional, y el reemplazo por una prestación proporcional a los aportes; y la posibilidad de retirar la cuota sindical, a pedido de los empleados. Ya no es posible el plan original del radicalismo, que era impedir el cobro compulsivo de este aporte.
De todos modos, el bloque UCR sigue dividido entre referentes de gobernadores y outsiders, cómo Fernando Carbajal, quien, según su interpretación del Reglamento, el Senado no puede tratar moratoria previsional, Ganancias y bienes personales. Lo contradijo, también por Twitter, el secretario parlamentario del bloque, Alejandro Cacace, cercano a De Loredo. La interna radical, otra vez dominará la negociación de los proyectos que pide Milei.