Se espera que este jueves la Legislatura porteña trate el proyecto de presupuesto 2026 de Jorge Macri.
La Legislatura porteña abrirá muy probablemente durante la tarde de este jueves una sesión cargada: presupuesto, ley tributaria, plan de obras y política penitenciaria. Pero la negociación avanza bajo fuerte tensión de La Libertad Avanza (LLA), que presiona para obtener una rebaja mayor de Ingresos Brutos a entidades financieras y reclama reconfigurar los cargos de conducción del cuerpo.
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El oficialismo de Jorge Macri esperaba llegar a la sesión con un esquema de acuerdos más ordenado, pero el ambicioso paquete presentado quedó atrapado en un tablero legislativo en el que LLA decidió hacer valer su peso. El temario se definía este jueves a partir de las 9.30, al filo de la sesión convocada inicialmente para las 11 pero que a última hora del miércoles se pasó para las 16.
La sesión incluye como proyectos principales el Presupuesto 2026, Ley tributaria, el plan de obra pública centrado en el transporte, creación de la Agencia Penitenciaria y Ley de Ejecución Penal. Sin embargo, en los pasillos del palacio Legislativo circularon durante el miércoles versiones sobre el estancamiento de la negociación por la insistencia libertaria para forzar una reducción significativa de la alícuota de Ingresos Brutos aplicada a las entidades financieras, un pedido que recalibra la discusión fiscal del paquete económico.
En paralelo, se recalentó la negociación por la disputa por los cargos de conducción de la Legislatura. La definición de las tres vicepresidencias se incorporó de lleno a la negociación. La vicepresidencia primera es el cargo más preciado. El puesto, actualmente en manos del macrista Matías López, podría cambiar de dueño si el mileísmo logra imponer su demanda de veto sobre el legislador que cuenta con el reconocimiento de buena parte del arco político porteño.
El presupuesto de Jorge Macri
Mientras tanto, el temario formal avanza con temas de alto impacto presupuestario e institucional. La ley de leyes para 2026 del PRO reivindica como marca propia al equilibrio fiscal, proyectado para el año que viene por quinto ejercicio consecutivo, pronostica una variación del nivel de actividad del 5% e inflación del 10,1% y se diferencia de la gestión libertaria destinando el 61% de los recursos a servicios sociales, educación y salud.
El tratamiento de la ley tributaria complementaria suma capítulos sensibles, como la actualización de tasas y la estructura de Ingresos Brutos que se convirtió en el epicentro de la pulseada con LLA, que despliega una doble estrategia: alinearse con la política económica nacional y afianzar su rol como actor determinante dentro del esquema porteño.
El plan de obra pública contenido en el presupuesto ocupa otro lugar central, especialmente por dos proyectos de alto peso político: las intervenciones de AUSA -que incluyen obras viales con financiamiento mixto y tiene epicentro en la reformulación de la autopista Dellepiane- y el inicio de la Línea F de subte, una iniciativa que vuelve a escena después de años de postergación y que el Ejecutivo reivindica como señal de reactivación urbana. La combinación de obras estratégicas y restricciones fiscales abrió una discusión intensa sobre prioridades, plazos y fuentes de financiamiento.
Una política penitenciaria propia
El capítulo penitenciario suma una capa adicional de debate. La creación de la Agencia Penitenciaria y la Ley de Ejecución Penal marcan un giro en la arquitectura institucional de la Ciudad para el tratamiento de personas privadas de libertad.
El Ejecutivo sostiene que la nueva estructura es necesaria para acelerar la transferencia penitenciaria y adecuar estándares propios, mientras que parte de la oposición reclama garantías de control civil y transparencia en la implementación. El dictamen de este proyecto fue acompañado en disidencia tanto por los libertarios como por los peronistas, dos bloques clave para su aprobación.
La Constitución porteña establece que el presupuesto debe enviarse antes del 30 de septiembre y que si no se aprueba en tiempo y forma se prorroga el vigente. Ese riesgo, habitualmente remoto, hoy aparece en las conversaciones de los bloques como un horizonte improbable aunque no descartable si la negociación con LLA no se ordena. El oficialismo admite que el poroteo está abierto y que la definición llegará “sobre el filo”, en un escenario donde cada voto depende de una combinación distinta de concesiones fiscales, compromisos políticos y cargos en disputa.